Jade abrió los ojos sorprendida ante James. ¿Por qué hablaba como si le estuviera haciendo un favor?
¿Y cómo sabía James que Starlight era suya? ¡Si hasta su padre desconocía su identidad ya que estaba utilizando un alias!
Pero este no era el momento para esas preguntas. ¿Cuáles eran sus opciones?
Jade ya tenía bastantes problemas y si añadía la queja de James que vendría con el peso de la manada de la Luna Roja, Jade estaba segura de que las cosas irían mal para ella. Muy mal. No le importaban las guerras entre hombres lobo y otras tonterías, pero ¿y si su padre la encerraba en casa? ¿Y si la casaba con alguien viejo y feo?
Jade maldijo su suerte y su decisión de venir a la manada de los Aulladores Oscuros y luego dijo:
—Treinta.
James arqueó una ceja ante ella:
—Cuarenta y cinco.
—Por favor. Es todo lo que tengo —dijo Jade y cerró los ojos—. Cuarenta.