—Esto no es alguna atracción que haya quedado, de acuerdo. —La voz de Rafe resonaba con frustración mientras su mano golpeaba la mesa con fuerza, el fuerte golpe rompiendo el silencio cargado de tensión entre ellos. Observó cómo sus ojos se abrían de par en par, su expresión cambiando a algo que él no podía descifrar.
Un remordimiento lo golpeó de inmediato. ¿La había asustado? La repentina oleada de ira se sentía ahora demasiado, incluso abrumadora, incluso para él. Abrió su boca, una disculpa formándose en sus labios, pero antes de que pudiera pronunciar una palabra, la mirada de ella se desvió hacia abajo. Su enfoque ya no estaba en él sino más bien en algo sobre la mesa.
Curioso y un poco inquieto, Rafe siguió la dirección de su mirada. Su pecho se tensó cuando lo vio.