Un incómodo silencio se asentó sobre la habitación mientras Rafael y Arabelle se contemplaban mutuamente mientras Cai seguía su alegre camino. Rafe aún estaba intentando procesar todo: su audacia, su conexión con Cai, y la chispa innegable de intriga que ella despertaba en él. Ahora que habían sido presentados, Rafe podía recordar vagamente lo que sabía de la Familia Frost. Ella era una de las cuñadas del hermano Frost, si no estaba equivocado... ¿de Gabe? No estaba seguro así que no dijo nada. Simplemente estaba aliviado de que ella no fuera una niña pequeña.
Arabelle rompió el silencio primero, inclinando su cabeza con una sonrisa astuta. —¿Estás en shock porque tus buenas intenciones hayan sido en vano? Pero no te preocupes. Me gustas —dijo ella.