"Cuando Demetri comenzó a conducir, Nora se puso tensa, su mirada fija en la carretera, los ojos como platos, los labios apretados en una línea tensa. Demetri lanzó una mirada de preocupación hacia ella, desacelerando rápidamente y estacionando el coche al borde de la carretera. En un abrir y cerrar de ojos, abrió la puerta del pasajero y le aconsejó urgentemente:
—No permitas que tu estómago te traicione.
Con esas palabras flotando en el aire, se precipitó a la farmacia, comprando apresuradamente remedios para la resaca y medicamentos contra el malestar estomacal. Para cuando regresó, Nora había sucumbido al sueño. Un suspiro de alivio se escapó de los labios de Demetri mientras conducía de regreso a casa, depositó a su pequeña esposa en la cama sin mucho alboroto y dejó los medicamentos en la mesita de noche.
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Habían pasado veinte y ocho minutos desde que su hermano los dejó e Ian y Seb continuaron mirando sus móviles, fascinados... Nadie sabía el paradero actual de su hermano y estaban demasiado curiosos, lo que les impidió concentrarse en el trabajo... En el minuto veintinueve, sus móviles vibraron simultáneamente. Casi sincronizados, los dos buscaron sus aparatos, su compostura casi se desmoronaba. Pero eso no fue suficiente, lo que el mensaje reveló les hizo dudar de su propia existencia.
Era una foto de su hermano llevando a una mujer en brazos... Aunque la imagen estaba tomada desde atrás, los trajes idénticos que llevaban el hombre y su hermano insinuaban que este era, de hecho, Demetri Frost. Ian amplió apresuradamente las manos que rodeaban el cuello de su hermano, buscando desesperadamente cualquier indicio que pudiera revelar la identidad de la mujer.
—¿Qué te tiene tan absorto? —dijo una voz tranquila.
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Seb guardó rápidamente su móvil, metiéndolo en su bolsillo, mientras que Ian deslizó sigilosamente su móvil debajo de sí mismo, sentándose efectivamente encima. ¡Maldita sea! ¡El Demonio había reaparecido con una precisión sobrenatural! ¡Maldita sea!
Necesitaban escapar y preguntar a Gabriel sobre dónde y cómo había tomado esta foto y si conocía la identidad de esta mujer que tenía el poder de no sólo convocar a su hermano desde la reunión sino también de actuar como su chófer personal!
Mientras Demetri los ignoraba, Seb, disimuladamente, miró su móvil y pinchó el icono del grupo 'Primos Frosty'. El grupo estaba formado por Ian y Seb, que trabajaban en el sector de la hostelería de Frost Industries, y sus primos Gabriel Frost y Lucien Frost, que trabajaban en el sector bancario.
El grupo se había formado idealmente para mantenerse al tanto unos a otros ya que los primos habían crecido muy unidos. Demetri Frost no formaba parte de este grupo, ya que se utilizaba principalmente para chismorrear sobre él y burlarse mutuamente.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Demonio les dio un respiro y se les permitió quince minutos. Utilizando este tiempo, Ian y Seb escaparon rápidamente con sus móviles en las manos.
La foto seguía ahí, junto con el comentario de Gabriel, «¿Es quien creo que es?»
Gabriel ya había estado impaciente y había enviado una docena de mensajes de ellos pidiendo confirmación sobre sus dudas. Finalmente, Ian y Seb se miraron y Ian tecleó sombríamente, «Es quien tú piensas que es.»
Ese único mensaje pareció causar una explosión en el grupo.
Gabriel: «¡Santo ciel*! ¿Es ese realmente Demonio?»
Lucien: «¿Qué diablos es esto? Olvídate de si ese es Demonio, ¿quién es la mujer en sus brazos?»
Seb: «¿Dónde conseguiste la foto, Gab?»
Gab: «Iba a El Bar... pensé que había visto a Demonio, pero no estaba seguro ...»"
—¡Deja de perder tiempo y descubre la identidad de esta mujer! —Ian.
—Sí. La identidad de la mujer es especial. Estaba en medio de destripándonos cuando ella lo llamó. ¡Como están fuera de El Bar, debe estar borracha y lo llamó para que la rescatara! —Seb.
—¿Podría ser un error? ¿Tal vez esta persona se parece a Demetri por detrás? —Lucien.
—¿Crees que no he intentado descubrir la identidad de la mujer? Pero la advertencia de Demetri ya ha llegado a estas personas. Nadie en el restaurante está dispuesto a decir una palabra. —Gab.
—Su nombre empieza por N. —Ian.
—¿Cómo lo sabes? ¿Dónde lo averiguaste? —Gabriell.
—Demonio tiene su número guardado en sus contactos. —Ian.
—¡Alguien necesita hackear el móvil de Demetri! ¿Nuestro experto residente en TI? ¿Lucien? —Seb.
—No tengo deseos de morir. —Lucien.
—¡Tenemos que quedar pronto! ¿Va a caer nuestro soltero residente? ¡Y si conseguimos una cuñada, necesitamos asegurarnos de que está firmamente de nuestro lado! —Gab.
—¡Estaba casi seguro de que Demetri jugaba para el otro equipo! Un cuñado... —Lucien.
—¡Cállate, Lucy! —Ian, Seb, Gab.
Mientras el chat del grupo vibraba con fervor, los cuatro primos reaccionaban con el dramatismo exagerado que era característico de sus interacciones. Los dos principales personajes involucrados permanecían ajenos al caos que habían causado. Con uno sumergido en el trabajo y la otra en el sueño.
***
Era casi de mañana cuando Demetri finalmente llegó a casa. El silencio de la casa le ofreció un momento de paz antes de que la preocupación por la chica desmayada le hiciera revisarla. Después de un golpe suave, abrió la puerta y desvió rápidamente la mirada. ¿Había estado practicando fútbol la chica mientras dormía? La había dejado recostada de lado, con la cabeza en la almohada. Ahora, yacía boca abajo, una pierna colgando de la cama, su vestido subido exponiendo... Intentando evitar mirar su piel expuesta, trató de ajustar la manta pero parecía imposible. Su manta estaba atascada debajo de ella. Suspirando, Demetri se dirigió a su propia habitación, cogió la colcha extra y la metió dentro, antes de apagar las luces. Se detuvo un momento en la puerta, mirándola intensamente a la cara y se preguntó por enésima vez, si no había cometido un error impulsivamente sólo porque su cara parecía...
Evitando pensar en el pasado, Demetri cerró la puerta y se marchó."