Efraín observó cómo el caballero se le acercaba, devolviéndole la sonrisa. —Ares estará bien, y me alegra verte de nuevo también —dijo él.
Se percató brevemente de su complexión más enfermiza antes de ofrecerle un asiento. Se sentaron a la mesa con un gran paraguas, que les proporcionaba protección contra el sol caliente.
—Espero que cualquier empresa en la que hayas estado, te esté yendo bien —comenzó Efraín.
Ares, pareciendo un poco incómodo, tiró de su collar para aflojarlo. Se aclaró la garganta y respondió:
—Gracias. Las cosas han estado progresando bien. He estado pasando tiempo con el Clan X.
—Un humano entre dragones. ¿Cómo va eso? —preguntó Efraín.
Mientras Ares le informaba de lo que estaba sucediendo, Efraín no pudo evitar notar la tensión en su comportamiento. Solo había conocido al hombre una vez antes, pero no obtuvo esta impresión de él. Había parecido bastante relajado, casi despreocupado incluso cuando debería estarlo. ¿Qué estaba pasando con él?