"Ares se encontraba otra vez en un sueño, esta vez emergiendo desde las profundidades del océano y nadando hacia arriba, siguiendo un sonido familiar que le llamaba.
—Domador de dragones —le llamaron mientras se elevaba lentamente hacia la superficie.
El clima estaba sombrío y él podía presagiar que llovería. Las olas eran perturbadas por el viento, produciendo un sonido de salpicaduras al golpear la tierra donde dos mujeres aguardaban por él.
Se acercó a ellas con pasos firmes y determinados, como si supiera que se encontraría con ellas. Una de ellas era la primera mujer que había aparecido en su sueño y que le llamó domador de dragones y la otra mujer que él simplemente sabía era también una domadora. Como él mismo.
—¿Su Alteza?
—¿Ares?
Esto parecía muy real. Podía verla claramente.
—Tu estas... vivo —dijo ella acercándose.