"Nazneen yacía en la cama y observaba a Ares agacharse junto a su cuerpo para sacar la bala de su estómago. Ésta era la segunda vez, pero él no fue quien la disparó en esta ocasión. Simplemente lo observaba ahora sin preocupaciones, habiendo recuperado su fuerza, no le dolía tanto como cuando él la disparó.
Él hurgó en su estómago con la daga y cuando ella no hizo muestras de dolor, la miró para asegurarse de que estaba bien. —Deberías tener más cuidado que para saltar a un barco de armas.
—Podrías haber muerto si yo no lo hubiera hecho —comentó Nazneen —.
Ares sonrió suavemente. —Mi vida es corta de todos modos, pero tú puedes vivir mucho tiempo —respondió—.
—¿Cuál es el punto si no es contigo? —articuló Nazneen, decidiendo ser directa con él también—.
Una expresión de preocupación se instaló en su rostro y él se concentró en remover la bala en cambio. ¿Qué era eso?