"Nazneen odiaba permitirse este consuelo sabiendo que este hombre no tenía las intenciones que ella quería que tuviera. Pero su instinto era demasiado fuerte. Era muy desafiante olerlo, escuchar su latido del corazón y su respiración y aún así mantenerse alejada. Era muy difícil ignorar el anhelo en ella de estar finalmente en los brazos de su compañero de raza. Había sido lo único que la mantuvo cuerda y viva todos esos años en la oscuridad. El único consuelo que encontró y ahora se veía privada de él.
Se acurrucó contra él, inhalando su aroma mientras las lágrimas le corrían por la cara. Sólo esta noche se permitiría este consuelo. Se imaginaría que él era un dragón y que sentía lo mismo por ella y con ese pensamiento, encontró consuelo y se durmió.