—¿Qué quiso decir? ¿Qué estaban haciendo? ¿Y cómo estaban desnudos?
—Lo miró interrogándome. No podría ser lo que ella pensó que él quería decir. ¿Quién estaba en la puerta?
Sus ojos miraron hacia el lado y él continuó escuchando. ¿Podía oír todo el camino hasta afuera y saber quién era? Entonces eso significaba que quien estuviera fuera también podía oírlos desde tan adentro. ¿Por qué si no le diría que estuviera en silencio?
—¿Quién? —ella balbuceó, sin hacer ningún sonido.
—Zoila. Saul —respondió él balbuceando justo cuando llegó otro golpe. Ugh.
—¡Malachi compórtate! —le dijo ahora más fuerte.
—Él se sorprendió durante un momento pero fue rápido en seguirle la corriente—. ¿Why? ¿No estás disfrutando de mi desobediencia?
Su cara se puso roja. —No...
—Tu cuerpo dice algo diferente.
—¿Qué? —Ahora sus mejillas estaban en llamas. Ella apretó la cuchara más fuerte. Este tipo de conversación no era para ella. Su mente hojeó las páginas de los libros eróticos que había leído.