"Ir al frente durante el paseo había sido una buena opción ya que bajar montaña abajo la habría obligado a apoyarse en él y parecería que estaba desesperada por abrazarlo. No ayudaba el hecho de que él no llevase nada en la parte superior de su cuerpo.
Él era mejor manteniéndose erguido, pero al ir adelante, ella tenía que confiar plenamente en su fuerza y estaba cansada. Cuando el caballo dio un tirón, casi se cayó hacia delante antes de que su mano agarrara su cintura.
—Sé que no te gusta que te toque, pero aguanta un poco —dijo él.
—No me gusta que nadie me toque —dijo ella.
—¿Por qué?
¿Por qué?! ¿Por qué no?
—No me gusta que nadie se acerque demasiado —dijo ella.
—¿Por qué? —se preguntó él.
—¿Qué quieres decir con eso? ¿Dejas que cualquiera se acerque a ti?
—No, pero tú te proteges más —dijo simplemente.
—Solo... no estoy acostumbrada a esto. Y la gente se aprovecha —explicó ella.