Las palabras del Sacerdote Chanan la dejaron sumida en pensamientos profundos y un sentimiento desconocido en su pecho. ¿Ella era culpable? Sus ojos se humedecieron cuando recordó ese día en que perdió a toda su familia y volvió a casa sola. ¿Por qué ella? Esperaba la muerte. Sabía los mundos peligrosos en los que vivía, moriría antes o más tarde, pero pensaba que moriría con su familia. No sería dejada sola. Compartiría su ausencia. Su dolor.
Ravina intentó tragar el gran nudo en su garganta, pero era doloroso y solo se volvía más grande. Más pesado. ¿Estaba bien ser feliz? ¿Cómo? Para ser feliz, ella tendría que ser egoísta. Tendría que abandonar esta misión, huir y encontrar a Ares. Vivir feliz con él, aunque solo fuera por unos días. Tendría que ignorar encontrar a su hermana o salvar a su gente.