"Ravina miró fijamente las oscuras montañas que se fusionaban con el oscuro cielo nocturno. Las estrellas estaban esparcidas por todo el lienzo negro y la luna creciente brillaba con su luz plateada. Las hojas de los árboles se balanceaban suavemente con la brisa nocturna y el sonido del río que fluía debajo zumbaba en el silencio.
No podía explicarlo, pero sentía algo diferente en su interior. Se sentía más despierta, más concentrada y menos cansada. Era difícil de entender y explicar, pero se sentía más ligera como si alguien hubiera levantado pesas pesadas de su mente y pudiera ver y sentir mejor.
Era ese sueño. Tenía que ser. No podía recordar la última vez que había tenido un sueño reparador. Casi maldijo cuando se despertó.
Con cuidado esta vez, se levantó de su asiento. Sus músculos estaban adoloridos mientras se levantaba para apoyarse en el borde y luego miraba el río.