—Un trato —murmuré, sin siquiera querer hacerlo. Me había estado sintiendo extraño los últimos días. Pensé que el secuestro de Evelyn me afectaría menos. Aunque no la extrañaba mucho (nunca pasamos demasiado tiempo juntos), quería que estuviera a salvo.
—Lo que estás sintiendo es completamente normal —me dijo Azul cuando le conté esto—. Un hermano se supone que debe preocuparse por su hermana.
—Excepto un hermano de mierda —Ella no dijo esto, pero estoy bastante seguro de que lo pensó. Todavía lleva puesto ese collar que le di en su cumpleaños y nuestra noche de bodas para que yo no pudiera leer su mente. Pero ya no necesitaba eso. Siempre podía bloquearme para que no entrara en su mente y leyera sus pensamientos. Sin embargo, lo llevaba de todos modos.
—Es tu primer regalo para mí. Lo llevaría para siempre —me diría cada vez que lo mencionaba.