(Desde la perspectiva de Azul)
Evan parecía demasiado serio y me insistía sin parar para que le mostrara mi brazo al doctor Dimitri. Entonces, lo llamé a la habitación de Evan, para que pudiera revisar mi brazo frente a él, ya que tanto lo deseaba.
—¿Te cuesta moverlo?
—Un poco —dije. En realidad, dolía, pero no lo suficiente para demostrar que me había roto el brazo.
—Intenta moverlo, pero no muy fuerte. Despacio —dijo él.
Hice lo que dijo, o al menos lo intenté. Pero tuve que detenerme con un gemido debido a que el dolor me atravesó con el movimiento.
El doctor Dimitri frunció el ceño y revisó mi brazo por un rato. Luego, soltó un suspiro. Fue suficiente para hacer que Evan entrara en pánico.
—No está roto —dijo el doctor Dimitri—, sin embargo, hay una fractura.
Me giré hacia Evan inmediatamente. Él murmuraba algo por lo bajo otra vez y me miraba con una expresión de disculpa en su rostro.