(Desde la Perspectiva de Azul)
—Sí, hombres lobos —dijo él—. Nacemos hombres lobos porque nuestros padres son hombres lobos. No podemos convertir a nadie mordiendo o lanzando maldiciones o algo así.
—¿Eso significa que si los padres son hombres lobos, el niño también será un hombre lobo? —pregunté.
—Bueno, normalmente es así. Pero un hombre lobo y un humano también pueden crear a un hombre lobo, aunque hay algunos factores a considerar. El humano tiene que ser el compañero del hombre lobo —explicó él.
—¿Compañero? ¿Es como si alguna diosa eligiera un hombre lobo en particular para ser un hombre lobo?
—Sí, es así.
—¿Dos humanos pueden llegar a engendrar un hombre lobo?
—No. No es posible —contestó él—. De todas formas, cuando cumplimos dieciocho, encontramos a nuestro compañero.
—Vale —dije, confusa sobre por qué me había traído aquí en primer lugar. Él tenía veinticuatro años; seguramente ya tenía una compañera. Entonces, ¿por qué tenía que traerme aquí? —Entonces, ¿un Hombre Lobo sólo puede tener una compañera Hombre Lobo, verdad?
—Sí —respondió él. Ahora era claro. Tenía una compañera y me había traído, Dios sabe por qué. Pero ¿y si su compañera estaba muerta? Entonces quizás esa era la razón por la que quería casarse conmigo. Pero yo no era su compañera. Dijo que un hombre lobo y un humano también podrían tener hijos hombres lobo. ¿Pero cómo lo hacían si el humano no era el compañero del hombre lobo? Debe haber una razón. Pero ¿quería ser su compañera? Supongo que el tiempo lo dirá.
—Entonces, ¿por qué estoy aquí? No soy tu compañera. Tienes que tener una compañera, ¿verdad? Eres mayor de dieciocho. Seguramente ya has encontrado a tu compañera —dije antes de que pudiera contenerme.
—Yo soy el Alfa, lo que significa que soy el rey de los hombres lobos. Tras la muerte de mi padre, he sido el rey por ser el hijo mayor. Y los reyes tienen la oportunidad de elegir a su propia compañera. Pueden elegir a cualquier mujer lobo que no tenga compañero o incluso a un humano —dijo.
—Pero ¿por qué no has elegido a alguien antes? Quiero decir, ¿por qué esperar tanto tiempo?
—Esperé a que llegaras a la edad suficiente —respondió él.
—¿Qué?
—Te dije que te conozco desde hace mucho tiempo. Si quiero convertirte en mi compañera, primero necesitas cumplir dieciocho para marcarte. Cumplirás dieciocho en dos días, así que pensé que ya era hora.
—¿Marcarme?
—Marcaje y hacerte mi compañera. Verás cómo funciona.
—¿Qué sucederá si me marcas?
—Entonces nadie puede alejarte de mí. Serás totalmente mía —él dijo—. Pronunció la palabra 'mía' con demasiada fuerza y determinación, lo que me dio la idea de que nadie podría arrebatarle algo si fuera suyo.
—Pero ¿por qué yo? Soy solo una humana. Podrías tener a cualquier lobo como tu compañera. Son fuertes y más hermosas también —dije.
—Pero yo no las quiero. Te quiero a ti.
—¿Por qué?
—Hay muchas razones, pero la principal la descubrirás más tarde. La razón es dulce, Azul —dijo, sonriendo ligeramente.
Por la forma en que él miraba, no parecía ser la persona que sonreiría y hablaría amigablemente. Se sentía extraño.
—Bueno, ya que eres el rey...
—Vas a ser la Reina.
—No estaba a punto de decir eso —murmuré mientras soñaba despierta con la idea de convertirme en Reina. «Una reina y yo», pensé. Parecía imposible. Estaba segura de que nunca sería capaz de creer eso hasta que realmente me convertiera en la Reina. —Iba a preguntar, ya que eres el Rey, ¿vives en un castillo o algo así?
—Sí, vivo en un castillo. Es enorme. Te va a encantar.
—¿Hay un Terraplén? Quiero decir, un montículo terrestre con la parte superior plana?
—No. El castillo está en una llanura. Un castillo de terraplén y empalizada es una fortificación europea. El nuestro no es así —dijo.
Sus palabras me hicieron creer que él también sabía mucho sobre varias cosas. Me alegró de alguna manera. Al menos, entendería lo que estaba diciendo, mientras que la mayoría de la gente asumía que estaba loca por todo lo que decía.
—¿Y una casa de la puerta?
—Sí, tenemos una casa de la puerta. Es importante para la seguridad.
—¿Foso?
—Sí, nuestro castillo está rodeado por un foso. Hay un puente que lleva al interior. Es la única entrada. El foso está lleno de agua y dificulta la entrada a los invasores —dijo.
—Tienes un gran salón, ¿verdad?
—Cada castillo tiene un gran salón. A veces se encuentra en un edificio aparte. En ese caso, se llama casa de la sala. Pero el nuestro está en el castillo. Ahí es donde se celebrará la cena de gala para ti."
—¿Para mí?
—Cuando seas la reina, invitaremos a otros reyes y reinas a nuestro castillo para cenar. Es tradición —dijo.
—Oh, claro —dije—. Era extraño pensar en mí misma como una reina. ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Simplemente pregúntame, Azul —dijo—. No tienes que pedir mi permiso.
—Um... cumpliré dieciocho en dos días. Entonces, ¿cuándo...
—Dos días más tarde. No quiero perder más tiempo —respondió sin dejarme terminar—. Él hacía eso mucho. Me daba la extraña sensación de que podía leer mi mente.
—Oh, ok.
—¿Quieres preguntarme algo más?
—Bueno, hay otra cosa...
—Dilo.
—¿Te estás casando conmigo sólo para tener hijos? —exclamé de repente y contuve la respiración, sin encontrarme con su mirada.
—Mírame, Azul —dijo, en una voz fría y tranquila.
Levanté la vista hacia él, mis labios temblaban ligeramente mientras intentaba disculparme. Sin embargo, él presionó su dedo en mis labios, provocando que temblara aún más.
—Me estoy casando contigo porque quiero que seas mi esposa. Los niños no son mi preocupación en este momento. Mi preocupación eres tú y eso es todo —dijo con calma.
—Ok. Eso es todo. Haré más preguntas cuando se me ocurran. Ahora mismo, se siente extraño, pero algo claro.
—Esperaba que preguntaras acerca de mi hombre lobo.
—¿Me lo contarás? —pregunté. Quería hacerle muchas preguntas sobre eso, pero no pude. Supuse que sería inapropiado o algo así. Me sentía extraña haciéndole preguntas, especialmente después de que él dijera que era el rey. Temía que se ofendiera y me castigara.
—Si realmente quieres saber, te lo contaré.
—Entonces, ¿puedes transformarte en un lobo?"
—Los hombres lobos pueden convertirse en lobos. Pero como yo soy el Alfa, me convierto en una criatura mucho más temible. Todavía es un lobo, pero mucho más grande y de aspecto diferente —dijo.
—¿Me lo mostrarás?
—Soy aterrador.
—No me importa. Solo quiero verlo. Quiero decir, ya he visto a lobos antes. Solo quiero ver cuánto te diferencias de ellos.
—¿Has visto lobos antes?
—Sí. Bueno, había un lobo que posiblemente fue disparado por un cazador. Lo llevé al veterinario. Debido a eso... —No pude terminar. Me vino el recuerdo de ser golpeada por Draven. No podía simplemente decirle eso. Parecería débil.
—El tampoco preguntó nada al respecto —Estaba agradecida por eso—. Más bien, incluso tuvo el sentido de cambiar de tema.
—Mi lobo es bastante alto. También soy alto, pero él es masivo. Y es de color negro. Dado el color de mi piel en mi mano, podrías haberlo adivinado.
Asentí. —Así que, uno de estos días, te mostraré cómo se ve mi lobo. Es difícil mirarlo porque es muy aterrador. Pero eres valiente, ¿no? Estoy seguro de que sí. Sé que no te echarás para atrás.
Sus palabras eran consoladoras —Excepto por mí misma, nadie me había llamado valiente nunca—. Sonaba extraño, pero también demasiado bueno para mis oídos.
—¿Estás lista para ir al castillo entonces? —preguntó.
—Sí.
—Se levantó y me ayudó a levantarme —Me di cuenta de que siempre sostenía mi mano, y eso no me molestaba en absoluto—. De alguna manera, se sentía bien. Era como si su contacto me hiciera sentir segura, como si nadie pudiera lastimarme si estaba con él.
—¿Tu familia también está allí, verdad? —pregunté nerviosamente.
—Sí. Ellos te están esperando.
—¿Saben de mí?
—Lo saben. No solo ellos, sino todo el reino te está esperando —dijo—. Están esperando a su Reina.
[1] No es solo una simple reacción, es más bien como si hubiera perdido su habilidad de decir cualquier otra cosa al escuchar esto
[2] Presiento un flashback... no te preocupes, no te preocupes, explicaré esto más tarde y, por supuesto, más de lo que sucedió"