—¿Por qué no puedo creer que no estás celoso? Sé que notaste la chispa entre Ariel y yo en ese restaurante, no vas a negar eso, ¿verdad? —bromeó Geo.
—Y estoy bastante segura de que esas chispas no empezaron en esa mesa, así que ¿podrías dejar de dar rodeos y decirme qué está pasando? —replicó exasperada Lauren.
—Está bien —suspiró George—, la verdad es…, tampoco entiendo qué está pasando.
—¿En serio? ¿De verdad crees que me tragaré eso? —contraatacó Lauren—. Estuviste claramente poniendo a mi pobre amiga nerviosa y en vilo toda la noche hasta que te fuiste. ¿Qué juegos estás jugando o has jugado con ella en el pasado?
En lugar de la rápida negativa que esperaba escuchar de George, fue un sonido sordo lo que llegó del otro lado. Lauren miró la pantalla, aturdida.
—¿¡Qué?! ¿¡Me colgó?! —exclamó con incredulidad Lauren al ver el 'llamada finalizada' parpadeando en la pantalla de su teléfono. Intentó llamarlo varias veces, pero cada intento terminó en rechazo.