—¿Cómo te atreves a cuestionar mi amor por mi hermana? La amo y haría cualquier cosa por ella —declaró Jason con una fiereza que sorprendió no solo a él, sino incluso a Shawn, quien claramente estaba poniendo a prueba su punto débil.
—Vamos, ¡lánzalo! ¿Te atreves a negar que no puedes ver sus sufrimientos? —provocó Shawn aún más.
Cuando Jason notó el brillo malicioso en los ojos de Shawn, se sintió más enfadado consigo mismo que con Shawn, ya que entendió que había caído en la trampa que Shawn había tejido cuidadosamente para exponer su debilidad, provocándolo deliberadamente.
—¡Maldición! —maldijo mientras se reclinaba en su asiento—. No sabía que Shawn era tan despreciable y manipulador.
Pero de nuevo, no estaba sorprendido. ¿Cómo más podría haber ascendido a la cima del círculo de los negocios en Baltimore y más allá si no fuera tan calculador y manipulador en sus tratos con los demás?
Lo que le sorprendió más fue cómo Shawn pudo descubrir su debilidad hacia su enfermedad.
