24/07/3015
Desde que tengo memoria, siempre hemos sido tú y yo. Quizás fue casualidad o tal vez el destino, pero la mayor parte de mi vida siempre estuviste presente. Así que dime...
¿Aún recuerdas?
Sentados sobre los columpios, tú y yo nos saltábamos las clases, éramos solo dos niños imaginando historias absurdas: agentes secretos, magos, incluso criaturas que ni siquiera existían. Teníamos varios secretos... Por supuesto, nadie nos atrapo; siempre cuidábamos que no nos descubrieran en el pasillo. ¿Recuerdas? Tú izquierda y yo derecha… A veces extraño esos días.
¿Era divertido, no crees?
Incluso rescatábamos a más chicos como nosotros, tratando de ser héroes. Parecía que nuestro grupo crecía. Ya no solo éramos nosotros, pero tampoco era tan malo. Solo lamento que siempre tuvieras que cuidarme… pero eso ya no importaría.
Crecimos y, con los problemas que traía, tuve que cambiarme de escuela. Era difícil mantener el contacto, no le agradaba a tu familia y además en ese tiempo era difícil tener un celular a esa edad. Así que... nos olvidamos. Los años pasaron y solo podía preguntarme dónde estarías.
En la secundaria, todos eran diferentes. Nadie pensaba ya como nosotros. Sentía que me quedaba atrás, ¿acaso era inmaduro? Tenía una mente muy infantil. La mayoría se aprovechó de mí e incluso llegué a tener problemas: bullying, abuso, peleas y… fue una época muy oscura para mí. Parecía que la oscuridad me estaba rodeando... Sabes, incluso quise suicidarme. ¿Soy un tonto por pensar eso, verdad?
Seguro me gritarías ahora...
Mi único consuelo en esa época era jugar un rato en la consola, solo frente a esta pantalla vieja. Pequeñas luces resplandecían, dejando atrás mi sombra. Me avergüenzo de pensar en aquel niño, pero... ¿Quién diría que, por casualidad, te volvería a encontrar? ¿Realmente era tan malo jugando como para que conectaras tu micrófono solo para gritarme? "¡Eres tan malo, ¿por qué juegas si no sabes?" gritabas mientras golpeabas mi personaje. Ahora que lo recuerdo, agradezco ser tan malo… ¿Por qué eres tan buena persona? Pudiste solo gritarme e irte. No era necesario acercarte, incluso enviarme una solicitud de amistad para enseñarme a jugar. Parecía extraño… Pero gracias a eso, ahora éramos un dúo imparable, o al menos eso creía. Incluso cuando entrábamos a una casa, siempre era tu izquierda y yo derecha…
¿Recuerdas?
Era extraño. Incluso después de poco tiempo quisiste que nos reuniéramos. ¿Quiénes que se conocen en línea quieren verse? Pensé: puede ser un viejo de 56 años. ¿Estará loco? ¿Qué dirás al verme? ¿Arruinaré todo si no voy? Tenía miedo pero... ¿Acaso tenía algo que perder? Me dije, pensando que no podía perder nada.
Sabes no pude equivocarme más…
Quería escaparme, estaba nervioso. ¿Había sido buena idea? ¿Debía huir? Pero como si fuera una broma, nos volvimos a encontrar. De alguna forma, lo supe en cuanto te vi. Eras tú, Dan. Las lágrimas no paraban de recorrer mis mejillas. No sabía por qué, pero fue el momento más feliz que podía haber imaginado…
El tiempo pasó y me hiciste perseguirte como un cachorro a su padre. No me dejabas flojear: debía comer bien, hacer ejercicio y ayudar a los demás. ¿Por qué siempre me vestía con ropa fea? Mi vida había dado una vuelta de 360° grados, y todo gracias a ti…
Siempre tuve miedo y tú siempre me cuidabas. Incluso cuando aprendí a conducir, tú fuiste quien me apoyó. En este mundo donde la gente no piensa en los demás,tu eras quien mas atencion prestaba, era difícil tenia miedo para mí incorporarme a una calle de doble sentido me llenaba de preocupacion, pero como siempre, tú me dijiste: "Tu derecha y yo izquierda…"
Lo siento...
Lo siento....
Por favor…
Fue mi culpa, estaba tan acostumbrado. Ese día pensé que me habías dicho que sí estaba bien. No me di cuenta de que estabas mensajeando con tu celular. Así que, Dan, por favor, dime algo.
Yo….
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16/08/3015
Hola Dan,
No sé cuándo vaya a acabar esto. Los médicos dijeron que varios de tus órganos están apenas funcionales, que es un milagro que sigas con vida. No puedo creerlo, incluso ahora, que te veo con miles de cables y máquinas unidas a tu cuerpo sin siquiera ser consciente.
No puedo soportarlo más.
Por eso, quiero regresarte una parte de la felicidad que me diste, Dan. No sé cómo expresar esto. No quiero que te odies, no quiero que te culpes, no quiero que estés triste. Por favor, toma todo lo que necesites.
Deja que mis piernas te ayuden a levantarte, que mis brazos sostengan tus lágrimas. Deja que mis pulmones sean tu aliento, que mi corazón lata donde estuvo el tuyo. Y por favor, deja que mis ojos vean tu futuro, y si estos lloran, que sea de la alegría que tú siempre me diste.
Perdón, realmente soy malo escribiendo cartas, ¿no?
Gracias por todo.
Atte: Ray.