Otra semana ya había pasado y los entrenamientos de Light habían progresado arduamente. Albert cuando vió que su hijo ya podía realizar los movimientos básicos con precisión y estabilidad, procedió a enseñarle el verdadero uso de la espada.
Los ejercicios para el cuerpo se intensificaron un poco para el niño, puesto que los anteriores ya los podía hacer normalmente.
No solo eso, ya llevaba una semana absorbiendo mana y formando poco a poco su núcleo mágico. Para poder absorber mana del ambiente, Light primero se sentó de piernas cruzadas y relajó su mente.
Para un niño de 3 años era fácil, puesto que su mente estaba libre de estrés y responsabilidades cotidianas que perturban la mente del niño. Con su entrenamiento no tenía problemas ya que lo podía abordar tranquilamente.
Es por eso que cuando cerró los ojos, su mente había entrado en un estado de serenidad y en pocos minutos empezó a sentir y ver pequeñas partículas blancas que flotaban a su alrededor.
Cuando empezó a ver las partículas pequeñas de mana, concentró su mente y empezó a absorberlas lentamente. En el libro mencionaba que al empezar a absorber mana, se tenía que hacer de una forma segura, ya que si absorbe rápidamente puedes sobre cargar tu cuerpo y tu recién inestable núcleo.
Crear daños era fácil cuando apenas eres un niño de 3 años y ni siquiera tienes un núcleo, por lo que Light tomó precauciones y empezó a realizar el proceso sin prisa alguna. Las mejores cosas tardan en llegar, y cuando lo hacen, traen efectos sorprendentes.
Así fue como pasó su segunda semana de entrenamiento. Las cosas subieron a otro nivel y tanto el cuerpo como la mente de Light, se desarrollaban rápidamente.
Pasando semanas tras semanas, ya era el último fin de semana del mes. El entrenamiento de Light se intensificaba cada vez que mejoraba, tanto así que Albert ya podía practicar personalmente con su hijo. Claro, Albert mostraba movimientos suaves para no lastimar a su hijo.
Light por otro lado, atacaba con estocadas precisas y sus movimientos eran ágiles. De vez en cuando tropezaba, puesto que llevaba varios movimientos al extremo y por el corto tamaño de su cuerpo, fallaba y se caía.
Aun así, para un niño de 3 años luchar de tal forma, pues, sorprendió a Albert por lo talentoso que era su hijo y por lo rápido que aprendía. Con una sonrisa, Albert se le acercó a Light mientras este apenas se levantaba de la torpe caída que interpretó.
—Bien hecho, hijo —felicitó Albert al pequeño—. A diferencia del hijo de Zirion, sin duda tu eres más talentoso.
Light a menudo escuchaba sobre el tal, Zirion y su hijo, la verdad el no se sentía atraído hacia ese par, pero en vista de que su padre y su abuela Susan lo mencionan de vez en cuando, tal vez preguntar una o dos cosas de ellos no era tan malo.
—Padre, ¿que tan talentoso es ese tal hijo de Zirion? —preguntó Light.
—Bueno, no tanto como tú, pero mejor que el resto de niños promedios —le respondió Albert—. Según Susan, el ya podía manejar las palabras casi fluidamente, además de que se adapta rápido a la lectura.
—¿Solo eso? —dijo Light un poco decepcionado.
Albert al ver el rostro de su hijo y el tono con el que habló, solo soltó una pequeña risa.
—Light, que ustedes ya tengan un nivel de conciencia y percepción alta a una edad tan joven, es sorprendente, además de que podrán aprovechar mejor las cosas y poder entenderlas mas rápido que cualquier otro.
—Entiendo, padre.
Light por una parte entendía ese concepto. Poder hacer cosas que un niño normal no podía, era significado de alabanza. Por ejemplo, un niño de tres años apenas estaba aprendiendo a hablar, sin mencionar que su cerebro no es capaz de formar una madurez apropiada.
Incluso caminar les costaba, un niño de tres años caminaba un poco torpe y al no tener un nivel de consciencia madura capaz de hacerlo pensar apropiadamente, no era consciente de adaptarse a su caminata para mantener un equilibrio seguro.
Por otro lado, Light con tres años de edad ya podía leer, hablar y caminar con una fluidez increíble, además de que su nivel de consciencia ya era apta para pensar en cosas que un niño no podía.
No solo eso, Light leía libros de historia, lenguaje y magia, aprendiendo al mismo tiempo de ellos, desarrollando su capacidad cerebral a un nivel sorprendente. Además de estar aprendiendo el uso de la espada y estar ejercitando su cuerpo para un mayor rendimiento.
Si se podía calificar la mente de Light, sin duda competía con la capacidad de un niño de 12 nacido de una gran familia. Y si incluimos su madurez mental, sin duda lo superaría. Light era considerado un prodigio talentoso.
A pesar de ser eso, su familia lo mantenía en secreto. No por nada malo, solo que no había necesidad de mencionarlo en un pequeño pueblo donde solo había un mago, y esa era Susan.
El resto de personas en el pueblo eran personas común y corrientes. Los únicos que entendían cosas sobre la importancia de la magia y esas cosas eran los guardias que cuidaban el pueblo, y aún así eran los mismos pueblerinos.
Además, la familia sentía que con la aparición del hijo de Zirion, el pueblo se sentía orgulloso, por lo que no había necesidad de presumir a su hijo.
Light también se sentía cómodo como estaban las cosas, tampoco veía la necesidad de ser el centro de atención. Muy bien iba su vida, su entrenamiento y sus estudios en casa. Ailyn al ver que Light le gustaba leer y solo entrenaba todos los días, aprovechó para enseñarle cosas a su hijo.
Cosas como suma, resta, multiplicar, dividir, el lenguaje de su raza, las culturas básicas y otras cosas que según ella, ayudarían a su hijo en el futuro.
Light tampoco reprochó las lecciones, total, seria una vez a la semana por lo que no interrumpía su entrenamiento. Gracias al estudio, Light supo más del pueblo donde vivían y que clase de cultura compartían.
El pequeño pueblo donde vive se llama Nion. Se encuentra alejado de las grandes ciudades y sobre todo de la capital del reino. También se encontraba cerca de un pequeño bosque llenos de bestias salvajes, pero no eran tan peligrosos.
Cada cinco años, el pueblo realizaba un festival de alimentos para celebrar la gran siembra, ese mismo día, mercaderes andantes visitan el pueblo en busca de cambiar cosas con el pueblo por alimentos y llevar a otros pueblos.
Cinco años era tiempo suficiente para que la siembra crezca y la almacenen para poder canjearlas y venderlas al público y mercaderes.
Light aprendió muchas cosas en todo el mes. No solo su entrenamiento y creación de su núcleo de mana mejoraban, si no su conocimiento sobre el mundo cotidiano.
Así, un mes pasó lleno de estudios y entrenamientos intensos.
El segundo mes había llegado. Light había mejorado mucho en muchos aspectos. Su conciencia ahora era más amplia, por lo que pensar y manejar múltiples tareas era más fácil que antes.
Su apariencia había cambiado un poco, su tamaño ya era la de un niño de 4 años, la única diferencia era que su cuerpo mostraba extremidades bien formadas para ser las de un niño. Su vocabulario era mas educado y más maduro.
En la practica con su padre, ahora que había crecido un poco, realizar varios movimientos se habían vuelto algo más fáciles. Su aprendizaje de la espada sin duda daba frutos.
Albert al ver el progreso de su hijo con la espada, quiso llevar las cosas un poco más allá. Decidió enseñarle a luchar cuerpo a cuerpo, aprovechando su talento y su rápido aprendizaje, quiso enseñarle todo lo que sabia para sacarle provecho a su pequeña edad.
Albert no necesitaba ser un experto para saber que si su hijo seguía creciendo de tal forma, sus oportunidades para seguir mejorando en el futuro eran grandes. Eso lo llenaba de orgullo, siempre sonreía al ver a su hijo practicar con la espada y ver lo bien que mejora.
Este nuevo mes los entrenamientos y las enseñanzas de Light siguieron aumentando.
En cuanto a su formación del núcleo de mana, Light poco a poco iba aumentando la extracción de mana para así formar el núcleo. Light leyó que el tener una buena base, podría traerle buenos beneficios cuando su núcleo despertara.
Susan de vez en cuando miraba a Light practicar con su padre, y a veces lo veía en su habitación meditar. Lo único que le tomaba en serio al niño era el entrenamiento con Albert, puesto que cuando veía a Light meditar, solo podía pensar que estaba analizando lo que leía.
Ella nunca llegó a pensar que el niño estuviese formando ya su núcleo de mana, eso era algo imposible a pesar de ser un talento bendecido. El formar el núcleo mágico era algo que se empezaba a partir de los 10 años, sin mencionar que para hacerlo, se necesitaba ser instruido por un mago que haya pasado por el proceso y sea preciso en explicarlo.
Por lo que pensar que Light creaba su núcleo de mana aún no entraba en su mente, ni en las de sus padres.
Dos semanas habían pasado desde que el mes empezó. Los días de entrenamientos se mantenían de acuerdo a los pensamientos de Light, cada fin de semana ayudaba a su madre en los quehaceres o la acompañaba al pueblo, además de estar en constante estudio con ella.
Albert como siempre lo instruía en el camino de la espada y le enseñaba el combate cuerpo a cuerpo. En momentos de intriga, Light le preguntaba a su padre como el sabia luchar y usar la espada.
—Pues, el padre de Zirion una vez trabajó como guardia personal de un conde, por lo que un día le ocurrió un accidente y como compensación, el conde le regaló estas tierras cuando era joven —dijo Albert—. Ahora él es el jefe del pueblo y él personalmente nos instruía al principio, incluso lo sigue haciendo de vez en cuando.
—Ya veo, Entonces, ¿Zirion por eso es el jefe de los guardias?, ¿por sus antecedentes? —preguntó Light.
Albert se sorprendió por las palabras y el entendimiento del niño, después recordó que es fanático a las historias y que su madre le enseñaba cosas. Una sonrisa irónica apareció en su rostro.
—Así es, es por sus antecedentes y porque el es mayor y su entrenamiento es mejor que el de nosotros —respondió Albert.
—Entonces, ese niño... Helleans, ¿su entrenamiento en la espada y esas cosas es mejor que el mío? —Light siguió preguntando, puesto que quería ver que tan bueno era ese niño.
—En realidad, Helleans no tiene un entrenamiento como el tuyo. Susan dice que el niño no es tan bueno en eso y que solo se enfoca en aprender sobre la lectura y mejorar su conocimiento.
Light dejó de preguntar e indagar por el niño, después de todo, cada vez que lo hacia, las respuestas que obtenía no eran tan interesantes.
—Bien, entremos a la casa, por las nubes oscuras, estará a punto de llover, además, mama ya debió de preparar el almuerzo —dijo Albert.
—Esta bien, padre.
Light entró junto a su padre a la casa y se fueron a duchar, después de eso fueron a almorzar y Light descansó un rato para pasar la tarde leyendo y seguir meditando para formar su núcleo de mana.
Como había dicho su padre, la fuerte lluvia había caído. Light miraba por la ventana como las gotas caían y como bajaban lentamente por la ventana.
En eso, Light también observó como un pequeño topo entraba a su madriguera para protegerse, cuando de repente, un Alcón descendió del cielo y rápidamente se llevó al pequeño animal.
Light sintió un poco de lastima por el animal, después de todo, aún seguía siendo un niño, y su corazón y mente eran inocentes aún. Light después de presenciar la escena, decidió relajar su mente y comenzar a absorber el mana.
Se cruzó de piernas y luego cerró los ojos, Light inhaló y exhaló y después de unos segundo empezó a ver las pequeñas partículas blancas que representaban al mana.
Estuvo así durante dos horas hasta que un fuerte trueno azotó los cielos, haciendo que Light perdiera la concentración. El repentino estruendo lo asustó, por lo que después de relajar su mente, volvió a la absorción de mana.
Light pasó toda la tarde así. La lluvia hizo compañía también, no fue hasta tocar la noche que la fuerte tormenta se detuvo. Light al terminar su meditación, bajó a cenar y después se fue a dormir. Para el pequeño, esa era su rutina de siempre, por lo que después de pasar dos meses en ese plan, se adaptó a el.