El encapuchado volvió a ponerse la capucha con rapidez para que lo vea lo menos posible, mientras que aún Atarashii lo veía con sorpresa. Fue real lo que acababa de ver?
Tienes las orejas comos los elfos!! Eso es increíble!!-dijo muy animado el pelinegro al recuperarse de la sorpresa, haciendo que está vez el peliverde lo vea sorprendido- cual es tu nombre niño elfo!?-pregunto emocionado.
M-mi nombre es Saiko- respondió intentando no ver a Atarashii.
Es un bonito nombre, pero es nombre de chica, eres niño o niña?-pregunto incrédulo el pelinegro.
Soy chica-respondió sin verlo a los ojos.
Oye, mirame a los ojos cuando me hablaras- exclamó Atarashii, haciendo que Saiko levantará la vista hacia su dirección- esos chicos te molestaban por tus orejas? Que clase de idiotas harían eso!?- volvió a exclamar molesto, bajo la mirada expectante de Saiko- Saiko-chan, juguemos algo!-pidio emocionado el pelinegro.
He!?-la chica de pelo verde pareció sorprendida por la petición-y-yo no he jugado nunca-dijo con nerviosismo la chica.
Eso no importa! Hagámoslo igual!-dijo el chico emocionado, la peliverde asintió.
Pasaron unos minutos divirtiéndose, hasta que Atarashii se dio cuenta de cómo encontró a la chica, estaba volviendo a casa por qué ya era tarde.
Saiko! Ya es muy tarde, deberíamos volver a nuestras casas, volvamos a vernos mañana en el parque que esta allí a la mañana, para tener más tiempo!-pidio el pelinegro, y la peliverde asintió. Atarashii empezó a caminar hacia su casa, mientras Saiko solo se le quedaba viendo con su capucha puesta.
Dime tu nombre!-grito con curiosidad, el pelinegro se dio la vuelta y respondió con una sonrisa.
Soy Atarashii Yoshi! Puedes llamarme ashi!- grito y volvió a tomar camino hacia su hogar, la peliverde se quedó viendolo un rato y empezó a tomar rumbo a su hogar.
Esto fue algo... nuevo-susurro Saiko tomando rumbo a su hogar.
Con Atarashii, el empezo a correr al asegurarse de que Saiko no lo veía más. "Me mataran" susurraba constantemente corriendo hacia su hogar, debía llegar antes del anochecer, no en el anochecer.
Llego en unos minutos a su casa bastante cansado, entro por la puerta llamano la atención de sus tres familiares.
Hijo!! Adónde habías estado?! Y nos preocupaste- dijo Sarah llendo a abrazar a su hijo.
Sabes muy bien que debes llegar antes del anochecer!-dijo molesto Dante imitando a su esposa.
Idiota, no debes preocuparnos-dijo Toki posicionandose alado de ellos.
Lo siento!! Estaba por venir antes pero me distraje!-dijo la verdad, si distrajo por las palabras que salían del callejón dónde estaban golpeando a Saiko.
Tranquilo, vamos a la mesa y nos cuentas lo que sucedió-dijo su padre separandose, y los 4 se dirigieron a la mesa.
Se sentaron y mientras Sarah empezaba a servir la cena Dante le preguntaría sobre lo sucedido a Atarashii.
Y que fue esa "distracción" que encontraste mientras venías?-pregunto el pelinegro mayor al menor.
Pues, estaba viniendo hasta que encontré a 2 niños con una niña molestando a alguien que no se podía defender. Así que intervine y los aleje, aunque me llame un poco-conto Atarashii.
Por qué hiciste algo tan peligroso! Mira el golpe que tienes-dijo su madre al ver parte de su cara roja.
Pero era injusto que estuvieran 3 contra uno-se defendió el pelinegro menor.
Debiste aver buscado a un adulto que estuviese cerca-dijo Sarah
Pudiste detenerlos?-pregunto el padre viéndolo.
Si, pude hacer que dejen de golpearla-dijo orgulloso Atarashii
Está bien hecho, pero no siempre dees usar la fuerza-dijo Dante
Al menos no salimos muy lastimados, ella esta bien y a mí no me duele-dijo El pequeño pelinegro. Toki se levantó y tocó con un dedo la cara de su hermano quien gimió de dolor.
Enserio no te duele? Yo diría lo contrario- dijo el rubio en tono burlón volviéndose a sentar.
Solo un poco!- dijo resignado el pequeño pelinegro.
Ellos siguieron hablando de cosas hasta que Atarashii saco un tema del que tenía curiosidad.
Es posible que alguien tenga orejas de elfo?- pregunto con curiosidad el pelinegro menor.
Es muy obvio que no, de dónde sacaste esa locura?-pegunto Toki viéndolo.
No es una locura, es que la chica que salve tiene orejas así!-exclamo
No digas idioteces, no existen elfos en este mundo-volvio a hablar el rubio.
Tuviste que haber visto mal, no es posible que hayas visto eso-dijo Dante
Pero es cierto! Te aseguro haber visto eso, algún día se lo mostrare-dijo seguro Atarashii.
En otro lugar...
Saiko llegaría a su casa, abriría la puerta y entraría.
Llegué a casa!-grito la peliverde al entra y cerrar la puerta.
Buenos días hija! Cómo te fue hoy?- pregunto la que parecía ser su madre, poseía el cabello negro, largo y liso con ojos marrones.
Bien-respondió secamente la menor, y su madre saco un suspiro.
Te volvieron a molestar?-pregunto viéndola, y la pequeña asintió- cuántas veces tendremos que hablar con sus padres, ve con tu papá, el tratará tus heridas-dijo la mayor volviendo a la cocina-la comida estará lista pronto-añadió
Saiko fue a la sala donde estaría su padre y se sentaría enfrente de el.
Otra vez?-pregunto y la peliverde asintió. Su padre poseía cabello marrón y ojos del mismo color, ninguno de los padres tenían algún parentesco con su hija. Su cabello eran diferentes, sus ojos también, hasta sus orejas eran completamente diferentes- realmente lo siento mucho por lo que hice-dijo buscando las cosas necesarias en para sus heridas- prometo que haremos que paren de hacer eso- dijo de forma segura, y Saiko sintió.
Su padre trataría sus heridas, aunque está vez no eran tantas como otros días.
Al menos no estás tan lastimada, me alegro- dijo con una sonrisa.
Alguien me protegió, y luego se ofreció a pasar el día conmigo-dijo Saiko con un poco de felicidad, mientras que su padre escuchaba atentamente- era un niño pelinegro llamado Atarashii- añadió con una sonrisa-mañana quiere volver a verme, puedo ir con el?-pregunto.
Claro que sí, me alegra mucho que hayas encontrado a alguien diferente-dijo el padre con una gran sonrisa de felicidad.
Es cierto, pero no olvides hacer tus deberes, son importantes también- añadió la madre llegando con mucha alegría, había escuchado todo porque estaba por avisarles que la comida ya estaba lista. La madre se acercó dándole un abrazo, y luego el padre se unió a ellas.