Chereads / Mi insólito matrimonio - El rescate de Gaia / Chapter 9 - La esposa y la búsqueda. La salida del bosque, la ciudad de Tsukue. Intento de escape de Gaia. Mikonos y Gregory son parte de una tribu. Rhin y el encuentro con Júpiter. -

Chapter 9 - La esposa y la búsqueda. La salida del bosque, la ciudad de Tsukue. Intento de escape de Gaia. Mikonos y Gregory son parte de una tribu. Rhin y el encuentro con Júpiter. -

La esposa y la búsqueda. La salida del bosque, la ciudad de Tsukue. Intento de escape de Gaia. Mikonos y Gregory son parte de una tribu. Rhin y el encuentro con Júpiter. -

Hasta el momento solo estamos

recorriendo, nuevas aventuras y nuevos personajes.

- Seren estaba con una rama jugando en medio de un lago. Me

preguntaba si esta niña, tenía el mismo problema que Libia. Ambas perdidas en medio de estos lugares. Seren a diferencia de Libia, poseía un aspecto sucio, e incluso en su vestimenta. Me dio un poco de pena, al verla en ese estado. Libia se comportaba un poco mejor. No poseía ese aspecto salvaje.

Libia jugaba en la altura de un tronco, y yo decidí sentarme. Tomé mi lanza para verla. Era el arma que me había dado Mikonos. Era bastante interesante, parecía de acero, pero no era tal. Es muy liviana en su maleabilidad, inmediatamente no sé lo que toqué en ella, que una luz comenzó a reflejarla haciendo que la suelte de inmediato por el miedo.

- ¿Qué ocurre? ¡Maldito Cucho!.Esa suspicacia me irrita las

venas. ¡Ese gato quisquilloso me las va a pagar! – Podía ver su mirada, antes de separarnos y en casa momento bregando con seres extraordinarios que detestaba. –

- Esa arma es ideal para ti.

- ¡Claro! Como si supiera manejarla.

La luz se propagó por todo mi alrededor y parecía querer consumirme, antes que pudiese escapar se fue mimetizando en mi

 

 

 

 

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cuerpo cegándome y extinguiéndose en mi cuerpo. Libia saltó del árbol y fue en dirección a mí, y junto a ella se acercaba Seren. Me arrodillé al suelo un tanto aturdido con una jaqueca que me molestaba con punzadas en mi cerebro. Me mantuve en el suelo unos momentos y cerré los ojos. En mi mente se generó una serie de colores como si estuviera ingresando a esos aparatos de realidad virtual, viajando por un ente dimensional.

- ¡Dios! ¡¡Cuchooo!! ¡¡Tu!! ¡¡Y tus armas!!

- Eso te pasa por tocar, algo sin sabes – Sentía la voz del gato.

- ¡¡Danna!!, te lo dije. Es tu culpa.

- Gaia, ¿Tu también?

Sus imágenes se iban escuchando en mi mente como formando una broma entre ellos. Era un sueño no tan profundo. -

- No, ya te dije que no quiero salir contigo, no podemos ser

pareja - La voz de Josefina

- ¡Oye!, ¿Tu qué rayos haces aquí en mi sueño? Y no me

interesas en lo más mínimo, estoy enamorado de Gaia. Lárgate

de aquí

- ¿Otra vez esa mujer? – Dijo Gaia.

- No, amor no es lo que piensas.

- Yo me retiró – Dijo silbando despacito Josefina.

- Lo importante es encontrar la respuesta – Comenta Tristán

- ¿Y tú?...¡¡Ahh!!..Gracias por tu respuesta ambigua, me ha

quedado una claridad en mi cerebro. Siento como mis neuronas

se activan, unas con las otras – Comenté con sarcasmo.

- ¡¡Danna!! No interrumpas – Expresa enojada Gaia.

- ¡Ey!..tu mujer te está hablando – Se ríe Mikonos. –

- ¡Cállate! Gato mugroso..¿Qué me hiciste?

- Júpiter…dejar de hacer idioteces… -Gregory, se encuentra en un

pupitre escribiendo.

- Gregory..tu eres el único cuerdo aquí..¿Qué hago?

 

 

 

 

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- ¿Cuerdo?.. ¡Ja!..¡Ja! –y arroja un sinfín de papeles.

- ¡Grr!..ven aquí tu escritor…no te olvides de mí…. – Expresa

Luna. -

- Ya voy.. y tú también Júpiter debes ir..

Todos estaban en fila e iban desapareciendo en sus imágenes. Solo estaba Gaia frente a mí, mirándome y reflejándose en los ojos de mi razón y corazón. -

- ¡Gaia!, ¿realmente eres tú? Ya no me regañes

Ella lanzó una de sus risitas.

- No lo haré tontín..debes quedarte en tu mundo. Solo soy tu

mente que invoca lo que amas.

- No lo haré. Vine por ti, y solo me iré contigo.

Ella se acercó

- ¡Todo estará bien Danna! – Acarició mi mejilla con su mano y

fue acercándose para darme un beso. – Por favor regresa, no tengo solución – Expresó triste

- ¡¡Me rehúso!! – Objeté de mala gana y la abracé. – Somos un

equipo, ¿Lo recuerdas?

Ella colocó un semblante triste y de emoción a pesar de solo ser una imagen. Hasta los recuerdos suelen tener sentimientos, y no nos damos cuenta de ella. Sus labios se juntaron con los míos y su figura se fue desmantelando.

Al abrir los ojos sentía corrosión en mis labios, y estaba abrazando un tronco. Al verlo lo solté de inmediato lanzándolo a un costado de mi brazo derecho. Libia y Seren me miraban con signos de interrogación en su cabeza.

- ¿Júpiter, está bien? – Pregunta Libia – Libia preocupada. -

Seren se colocó a mi lado.

 

 

 

 

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- Tranquilas. Estoy bien.

De inmediato, se formó en mi mente visual una pantalla. Al ver a ambas niñas. Se armó en mi frente de aquel difusor, una serie de ítems. Podía ver como un cuadro de todas las características de aquellas. Era muy extraño. Con mi mano izquierda me tomé la cabeza, por la jaqueca que estaba concluyendo.

- ¿Esto?..¡¡Mikonos!!

- Ya te dije, que te servirá. ¡¡Eres un idiota Júpiter!!

- ¿Todavía estas aquí gato mugriento?

- ¡Es cierto! ¡Perdón!, ¡Soy solo parte de tu mente!...¡¡Adiós!! -

Se esfumó

Las niñas me miraban sin entender. Y seguía avistando lo cuadros. Al parpadear, aquellos desaparecieron.

- ¿Se borró? – Me pregunté. Levanté el dedo índice de mi mano

izquierda y volvió aparecer. Parpadee y desapareció. Era como un juego de esos de plataforma. Pero no entendía que estaba pasando. Respiré hondo y Libia me expresó que debíamos ir por tal lugar. Seren no se me despegaba. Ella es mucho más pequeña que Libia. Podría entender un cierto miedo.

- Niñas, sigamos, mejor.

Libia estaba aferrada a mí como con un miedo.

- ¿Y a ti que te ocurre?

Hizo un ademan negativo. Como no soy una persona que sepa bien de los niños supuse que estaba cansada.

- Ven te cargaré – Y la tomé sobre mis brazos y hombro.

Claramente Libia me vio y fue de inmediato a mí.-

- Libia, también quiere que la carguen.

 

 

 

 

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- ¡Oye!, ¡Espera tu turno!.. túestás bien. Aparte es por el bien de

mi espalda. -

- No…

- ¡¡Demoniosss!! – Respirando hondo – Bueno luego te cargaré a

ti. Sigamos – Con mi bolso en mi espalda, y llevando a Seren. Libia estaba con cara de enojo y celos, me tomó de la mano. – ¡Ahh!..Esto de ser padre, ¡¡maldición!! ¡¡Maldición Mikonos!!

- ¡¡¿Mmm?¡¡ ¡Sshuff! – Estornudo. -

- ¿Qué ocurre Mikonos?

- Sentí que alguien me maldijo - Y Se rió al decirlo. - ¡Ja!..¡Ja!

- ¿Por qué te ríes?

- Creo que Júpiter, encontró el pequeño regalo que le dejé. -

- ¿A qué te refieres?

- Nada especial – Ladeó la cabeza – Luego, te explicaré como

usarlo, y observa el arma que le dio.

- ¡¿¿??!!

- ¡Démonos prisa!. Estamos por entrar en una primera ciudad del

reino.

- Tú, si que eres extraño.

- Deberías escribir sobre todo lo que vayan a vivir en ésta

aventura.

- Solo quiero encontrar a Luna.

- ¡Deja de llorar!, eres un escritor de ciencia ficción, no estaría nada mal.

- Con llegar sano y salvo a la tierra.

- Eso no lo puedo asegurar - Expresa con cierta duda, sonriendo

con unas muecas bastante desagradables.

- Eso me asusta por tu parte.

- ¡¡Hey!!... ¡¡No debes preocuparte, estoy aquí contigo!! ¡¡Peor

sería que estuvieras solo!!.... Caciope ya me ha dado coordenadas para poder dirigirnos sin peligro.

 

 

 

 

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- Gracias por el alivio de tu seguridad..no me asegura nada, pero

es algo – Suspira con sarcasmo.

- Tu sí que eres en algún punto idéntico a Júpiter…¿No serán

hermanos?

- ¿A qué te refieres? ..Es un amigo que apenas conocí, en medio

de un año. - 

- Eso no importa. Las almas se destinan, por el tiempo. En otras

palabras, fueron amigos en otras vidas, en otros tiempos, en otros espacios. -

- ¡Bueno!, ¿Si uno cree en la reencarnación?... -

- ¡No solo ello! Lo comprenderás de a poco. Todos están

destinados a encontrarse de nuevo; hallarse en otro sitio. Como si estuvieran destinados a una misma misión

- Es una misión bastante ardua diría. - 

- ¡¡Eres igual de supersticioso, que Júpiter!!..Eso hace que se entiendan

muy bien. Dos orates fuera de contexto en el que se deberían ubicar. 

- ¡Oye, tú!.. – Se enfada Gregory. -

- ¡¡Ja!..¡¡Ja!..No lo tomes a mal. Pero el de entenderse es una

realidad. Por ello nacen las almas gemelas. Júpiter y Gaia están hechos el uno para el otro, quizás ocurra lo mismo contigo.

Gregory, pensó en Luna…

- ¡Ya..Vámonos!

Los dos continuaron por un camino pedregoso.

Probando el artefacto del cilindro, no podía comprender su uso. Claro debe ser fácil. ¡¡¡Cierto que no lo es!!!! . No entendí que botón apreté, y se transformó en dos armas fuego. Eran como poseer un revolver. Parecidas a las que poseía Josefina y Gregory. -

 

 

 

 

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- Bueno, supongo que con disparos me veré más tranquilo.

Aunque me da la sensación de que es una especie de arma multiuso. – ¿Por qué no viene con manual incluido? Suspiré sin remedio con rostro y ojos deprimidos y resignados.

Recogí ambas armas y apunté en una dirección probando, y luego a otro sitio. Libia me iba indicando el uso, pero no me duró la alegría ser un francotirador, cuando volví apretar el botón y regresó a su forma usual.

En el palacio todo se gestaba en una parsimonia total. El clima ayudaba en cuanto los jardines se manifestaban de sabor a un olvido que un pequeño ser contemplaba desde una ventana lejana desde el último piso.

Rhin recorrió un corredor que la llevó a la sala principal. Era un salón adornado de mármol con estatuas de lo que parecían los dioses olímpicos que se mostraban en diferentes posiciones atléticas. Al abrirse las puertas caminó por la alfombra de color violeta. Cada figura denotaba vida en sus semblantes pétreos. Ello demostró que todo aquí era una clara evidencia de vida. En el fondo un trono y un hombre de barba añeja con ojos irritados y cabello grisáceo largo, ojos color avellana. Su atuendo era una bata fina de terciopelo color rojo y blanco que llegaba a sus pies. Pantalón de seda, y zapatos marrones. Tendría unos sesenta años de edad terrícola, pero mucho más de edad pleyadiana. Sus dedos largos y añejos llevaban anillos. Estaba firme sin decir palabra alguna. A su lado una bella mujer de casi su edad con un cabello rubio y ojos color rojo. Un largo vestido color crema. Y zapatos de taco. Un busto prominente y en su cuello fino y blanco, un collar de oro con una imagen.

Un poco más adelante un hombre de cabello oscuro largo y grandes barbas, con una nariz achatada. Su rostro era oscuro como sus ojos a pesar de tener piel blanca. Traía consigo una túnica extensa como la

 

 

 

 

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de un monje. Se encontraba firme antes de llegar a las escalinatas que dirigían al rey y la Reina.

Rhin llegó ante él, y se arrodillo.

- ¡Mi señor!

- Querida..Dirigió la palabra el monje. El rey y la reina. No se

expresarían. La observó fijamente. Ella no levantaba la mirada. – deberás dirigirte a la zona sur septentrional en la Rivera de Arkadia.

- ¿Arkadia? – Ella tuvo un recuerdo de aquel sitio.

- En efecto. Nos ha llegado información de que alguien ha pasado

por el portal dimensional desde radio 8. Mejor conocido como la tierra. La delicada situación nos da a entender que quieren a la princesa Gaia. – Expresó con furia y maquiavelismo.

- ¡Señor averiguaré quien o quienes son! – Respondió Rhin obedeciendo.

- Quiero que los encuentres y les des muerte.

- ¿Señor?

- Con certeza, las fuentes dicen que son tecno-terroristas.

Los tecno-terroristas son un grupo insurrecto a las órdenes de la organización de planetas de las pleyades. Fueron los que hacen muchos años escaparon a radio-8 y se infiltraron con los humanos. Muchos se han mantenido pasivos y desaparecieron en el tiempo.

- ¡Pero señor! ¡No hay indicio de ello!

- Estamos seguros. No contradigas las palabras que vienen de su

majestad.

- Lo siento – continuaba con la mirada al suelo y el pelaje de la

alfombra violeta.

- En Arkadia en las cuevas del submundo hemos recibido

información de un terrícola, aunque no tenemos más pistas que esas debido a la falta de transmisión. Allí debes tener cuidado con la demonio exiliada del clan del rey destructor. Otros

 

 

 

 

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grupos se han infiltrado, sino los detenemos tendremos problema. Debemos deshacemos de todos los insurrectos que conspiran ante la nación. Debemos destruirlos. ¿Entendido? No podemos permitir que la paz de la nación se ves corrompida por la falta de cumplimiento del acuerdo con los saurios. El terrícola es un colosal guerrero, no dudes en destruirlo.

- Así será señor. Traeré su cabeza y luego iré por los demás

inmediatamente.

- Así está bien. Heralda Rhin. Grimor dará los detalles.

- La paz depende de ti Rhin. Tú nunca me has fallado. – Expresó

algunas palabras el Rey con una voz de piedra que a ella le pareció extraña. La reina se mantenía en silencio. – puedes retirarte HeraldaRhin.

- Así lo haré mi señor. Con su permiso. Mi rey, mi reina, mi lord.

Rhin se incorporó y sin darse la vuelta regresó por el camino mientras era inspeccionada por las estatuas. Entre ellas un Júpiter, una Hera y una dama con una túnica y flores a su alrededor.

- Rhin – Se dijo el monje – Rhini Milfed. Una de las mayores

sicarias del reino. Un arma peligrosa. La asesina. Ejércitos han caído ante ella. Sera un trabajo simple – Se rió por sus adentros. – Mi señor, con su permiso.

El rey asintió.

El monje fue en dirección contraria a la de Rhin. Un corredor que muy pocos conocían.

- ¿Crees que es lo mejor?

- Sera lo mejor – Dijo el rey a su reina.

Los dos eran diferentes desde que a la corte el monje tuvo acceso. Como si la majestuosa y magnánima bondad hubieran desaparecido en la ausencia de Gaia.

 

 

 

 

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- Owen! – Expresó el monje. – Prepárate tu también. ¡Je! ¡Je!

Tendrás un largo viaje.

- ¡Sí!, mi señor.

Aquel hombre de entre las sombras que con palabras afirmó, se desvaneció en una bruma de niebla.

- Pronto darán noticias. Eso me será favorable – Se dijo aquel

hombre.

El primer poblado al que arribamos, era como una ciudad medieval. No podía creer que teniendo tanta tecnología pareciera que estuviéramos en un mundo distopico de magia del medioevo. La ciudad estaba amurallada con un material de una arcilla en bloques. Era como granito pero más resistente. Lo comprobé al ver como unos ciudadanos cortaban unos bloques con una pistola que lanzaba una luz. Un rayo laser. Al ingresar las niñas estaban a mi lado pegadas por el miedo y el asombro. No entendían bien aquel sitio. Un guardia en posición firme como lancero nos observaba en el paso del puente de madera. Una carreta empujada por unos caballos metálicos. Un droidesostenía las cuerdas. En el cruce había varios sensores terrestres. El lancero cambió la guardia a otro más robusto. Al entrar no podía creer lo que mis ojos veían. Un ir y venir de personas. Algunas parecidas a Libia, otras a Seren, otras a Mikonos, otras a Tristán. Robost, droides, hombres y mujeres con vestimenta antigua, otras con actualizada, personas semihumanas, magos, monstruos, lagartos como esos llamados saurios, animales como perros y gatos. Varios comercios al estilo Hammelin con su flautista. De lejos se veía un castillo de orden teutónica. Una abadía del clero. ¡¡Dios!! Es como si hubieran hecho una sopa con todas las épocas de la tierra e incluso con lo que vendrá. Me había sorprendido y me mantuve observando una galería con una estatua particular.

 

 

 

 

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Alguien tiraba de mis ropas..

- Pa..paa..- Seren.

- Si..seren ¿Qué ocurre?

El estomago de la pequeña hizo un ruido.

- ¡¡Sii!!..¡¡Libia tiene hambre también!! –Dijo ella

- ¡Ya veo!..Veremos si comemos algo. ¿Pero?..- Pensé. Las

piedras de sulfito..- Me dije - ¿Mmm? Valdrán algo? No eran pesadas y tengo muchas en el estuche universal. - ¿Dónde cambiarlas?

Libiame picaba con sus pequeños dedos

- Allá, Libia dice que allá

- Allá..- verifiqué el sitio. Pera como un lugar muy bien

conformado con dos figuras de mármol en la entrada con una forma de anguila. Un letrero en el idioma pleyadiano. Aún no lo manejaba bien. Una casa rustica con una puerta que tiene un pitillo y una luz roja. Si no fuera por ello, diría que es una típica tienda de abarrotes de la tierra.

- ///$$$///--$$$##// // - 

- ¿Compre y venda…Al mejor? ¡Bueno será ello! - Extendí mis

manos a cada una para que no se perdieran. - ¡Vamos niñas!

Fuimos al comercio y al ingresar nos recibió un hombre con un solo ojo. Eso me produjo un shock. Nunca había visto más que en películas y dibujos mitológicos un ciclope. Nos presentamos ante él que estaba del otro lado de un mostrador de madera. Detrás de él un monte de pócimas de todo tipo. En todo el local piezas extrañas.

En un mapa detallado de la región. Estábamos en Arkadia, e incluso habíamos llegado allí desde el bosque subterráneo, y la ciudad a la que arribamos tomaba el titulo de Tsukue.

 

 

 

 

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Todos nombre desconocidos. Solo podía darme por enterado de que se nos mostraba como una territorio lleno de comerciantes, y de barrios bajos. Muchos semi humanos como Seren. Algunos con orejas de conejo y otros con piel de mapache. Otros como leones. Algunos en su forma animal completa, y otros, en suforma humana, y luego podía verse enanos, y criaturas encarceladas como Goblins, elfos, enanos, lagartos. Era un mundo de fantasía típico de la mitología, pero en el espacio, mesclado con todo tipo de otras criaturas de ciencia ficción como aliens. Daba un poco de miedo cada uno que se acercaba.

- ¿Qué es todo esto? No entiendo nada. Ni siquiera sé que es lo

que vengo a vender.

- ///**//'' (Saludos hombre de ojos de sapo)

- ¿Ehj? ¿Cómo?¿Ojos de sapo? ¡¡Oigaa!! //&^ *^ */^ */ (hombre

ciclope.. por lo menos tengo el par completo) – Dije con

sarcasmo.

- Hombre de ojos de sapo ser atrevido y gracioso – Se rió –¿ que

busca?- Extiende su mano sobre todas sus pertenencias. Mire a los alrededores – o trae algo para mí y ve a las niñas que se esconden detrás de mí con agrado, eso me hizo enfurecer remordiendo los dientes. Primero bromas y ahora como si vendiera a las niñas como esclavas.

- ¿A qué se refiere? – pregunté con rostro de pocos amigos.

El hombre miró ladinamente a Seren.

- Los semihumanos son muy preciados para trabajos. Le daré

100 rows. Seren se escondió detrás de mí con miedo. Supe que de alguna forma había sufrido lo suficiente cuando apenas me dijo como la tenían. Era una de las formas abominables de la vida.

 

 

 

 

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Al oírlo no pude sentir más que repugnancia hacia aquel ser. Inmediatamente me acerqué a él con ojos pequeños orificios que llaman de sapo muerto. Con un aire enérgico. El ser lo sintió. Vio mi aura cambiar y su piel comenzó a ponerse pálida. Mis dientes hicieron un chirrido estrambótico.

- Veo que no es bueno tratar con usted – Se asustó.

- ¡Oiga!…Obsérveme bien. Anciano…¿No le gustaría que me

llevará su gran ojo de regalo no? – Comenté con un rostro que le infundió un poco de temor.

- ¡Mis disculpas!. – Fue hacia atrás aquel ciclope. Es que aquí la

venta y compra es permitida.

- ¡¡No me interesa, ni aquí ni ningún lugar!!..- Le expliqué con

enfado. Seren no dejaba de abrazar mi pierna y Libia estaba junto a ella - ..Tengo otro producto mejor. Y tomé mi estuche universal. Allí encendí el interruptor y saqué algunas de las piedras de sulfito. El ojo del vendedor se irritó y veía como las comisuras de sus labios formaban una sonrisa y luego produjo una toz para ponerse serio como todo vendedor.

- Mmm.. ejemm..estem..pideras de sulfito.. te daré 110 row..y

soy bueno.

- ¿110?...- La observé a Libia que me daba un aviso previo. Ella

negó ladeando la cabeza. El hombre miraba a la niña con

desprecio.

- Te daré 120 por ella también. Expreso en broma

- ¿Oiga? Ninguna está en venta. Y deja de decir eso si no quieres

quedarte ciego. – Le grité en su rostro.

- No, no..mis disculpas.

Libia señaló una elaboración. -

- ¿Cuál es su producto más caro?

- Ese de por allí.

 

 

 

 

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- ¡¡Permítame!!… - Verifiqué que los precios eran arriba de 100

row. Pronto encontré una maquina extraña..con un precio de 5.000 row. – Bien…quiero por ellas 10.000

- */*^ *&*(¿¿¿¿Ehhh???? Es una fortuna?

- Lo siento viejo..¿Tómalo, o déjalo!

- No le daré eso..mis productos son más caros.

- Adiós… vamos niñas

- Noo espera….esas piedras son valiosas …de donde vienen no se

consiguen

- ¿Y bien? Dije con sarcasmo - ¿Valiosas? Quiero 25000 row y en

efectivo.

- Maldito extranjero…

- ¿Bien a ver? ¿Para cuanto sirve? Dos más dos son cuatro,

cuatro y dos son seis – sacaba cuentas con mis dedos.

¡Demonios! No soy bueno en matemáticas.

- Libia dice que se puede vivir medio seculo con 10.000

- ¿Seculo? Eso es mucho

- ¿Ejem?..Libia, dice que sí.

- Bien..bueno, primero lo primero. No pueden andar así.

Compraremos ropa.

Ambas me miraban como sino entendieran. Y señale mi atuendo. Ellas asintieron y fuimos a una tienda cercana donde las pequeñas se dieron el gusto. Seren estaba por primera vez sonriendo de una manera diferente. Podría decirle alegre.

- Muy bien Seren. Así te vez bien – Me alegré al verla sonreír.

Libia se puso celosa y me mostró su atuendo. - ¡Je! ¡Je! Tú, también Libia.

A decir verdad la venta fue un éxito. Luego de comprar ropa fuimos a comer. En mi descuido comenzamos a caminar al voltearme buscando un lugar determinado sin querer me golpee de frente con una dama de vestido negro. Ella cayó al suelo.

 

 

 

 

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- ¡¡Ohh!! Mis disculpas – Tendí mi mano a ella - ¿Está bien? Mil

perdones, soy un descuidado.

- ¡No se preocupe!. Yo estaba distraída.. ¡Je!.. ¡Je! – Dijo ella.

Era una dama con una contextura pequeña. Cabello marrón con dos colas que lo sujetaban se extendían hasta sus muslos. Zapatos negros. Sus ojos color amarillo. Un pecho medio y delgado. Tendría un año menos que yo.

- ¡Bueno!..No quiero importunarla

- No hay problema. Ella vio a las niñas – ¿Qué bellas son sus

hijas?

- ¡Estemm!.. No. No lo son.

- ¡Ahh!..- Pensó extrañada.

No podía decir que las encontré por ahí y tampoco quien era yo.

- Son mis sobrinas..

- ¡Ahh!..¡Je!..¡Je!.. son muy lindas..bueno no deseo importunar.

Tengan un buen día. - Sonrió

- ¡Para nada y gracias!. Igualmente – Devolví el gesto con un

leve risa de agradecimiento. -

Hicimos un tramo más y encontramos un buen lugar para almorzar. Al llegar nos sentamos.

- ¡Wow! Este lugar parece una posada de restaurante antigua.

¿Todo es de madera? ¿Y la tecnología? – Al terminar de decir eso, una maquina parecida a una cafetera se acercó a nosotros. En la otra mesa, una suerte de golem del tamaño de dos metros platicaba con un pulpo o lo que parecía un pulpo. La cafetera se acercó con un anotador estilo tablet.

- Saludos- saludos –saludos –

- ¡Bueno!.. ¡Gracias!

- Saludos

- ¡Quisiéramos ver el menú!

 

 

 

 

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- Saludos, Saludos, saludos

- ¿?- Esto está descompuesto pensé. Y se me cerco a mi rostro –

- Saludos…Saludoosss

- ¡¡Uafff!! – Corrí el rostro - ¡¡Largooo!– Me lancé hacia atrás –

Quítenme esta cosa de encima. -

- Ju..Júpiter..la cosa saluda – Dijo Seren, un tanto tímida

- Estem..¿Ehb? – Me serené. La maquina dejó de saludar.

- Perdón, circuitos cruzados. Reiniciando.

- ¿Reiniciar? Oiga, noo.. solo queremos ver la carta

- Carta está fuera de servicio. No coincide con la base de datos –

Comienza jadeando

- ¡Ahh!..diablos.. esto sí que va ser difícil – Me tomé la cabeza

con mis manos.

- Desconexión..desconexión…

- Oigan..eyyy!!..podrían ¿venir alguien aquí? – Dije gritando en

cuanto la cafetera seguía descompuesta.

- Pifpiff…

- ¡¡Uhh!!

- Libia dice que se va a destruir

- ¿¿¿¿Qué????

La maquina comenzó a expulsar humo de uno de sus orificios. Un ser vino a nosotros.

- ¡Mis disculpas!..y se la llevó. Al instante cayó una especie rara

con un delantal.

- Bbbbuubbn

- ¿Queee??? ¿Qué rayos dijo? – le pregunté a Libia.

- Libia dice que es lengua mercuriana

- ¡Ah!…¿Idioma mercuriano? - ¡Bueh!…Perfecto.. estaré más

tranquilo – Expresé con ironía – Libia, Seren y yo tenemos hambre.

- Bbbuubub – dijo aquel ser

 

 

 

 

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- Tu, deja de hacer ese sonido. Maldición..- ¡¡Ggrrgr!! – Hizo un

ruido mi estomago

- Bunibi (quiere la carta)

- Bbubub(aquí se la dejo)

- ¿Eh? – nos preguntamos. La mujer que habíamos cruzado

estaba frente al mozo intergaláctico.

- Perdonen los mercurianos tienen una comprensión difícil de

entender. – Expresó con cierta sonrisa.

- Bubub (regreso pronto)

- ¡Gracias! Es agradable tener a alguien que se pueda dar a

entender.

- Es parte de mi trabajo como traductora universal. Debo

comprender todas las lenguas. – La mujer observó los alrededores. Un mozo se acercó

- Señorita no hay mesa por el momento.

- Está bien. Iré a otro lugar.

A ver la situación, no pude observar para otro lado. Debía al menor prestar un poco de caballerosidad.

- Si me permite, pueden compartir con nosotros la mesa. -

- Si no es molestia. -

- Al contrario – Dije observando desde su extenso cabello gasta

sus pequeños pies. En efecto era una humana extraterrestre. Nooo…Júpiter..no seas idiota..viniste por Gaia..es verdad, vengo por ella. Pero debo admitir que es bella. El ser mozo, o mozo ser, o el mercuriano llegó. Libia me indicó que pedir.

- ¿Queremos? – Señale con el dedo cada nombre ininteligible

luego de que Libia me indicase con facilidad. La dama pidió secuales….iff. ¿? ….¿No séqué es?, pero no parece saludable.

El mercuriano, se retiró y regresó. Tres platos de carne de no se qué y la dama unas pastas. ¡¡Ahh las pastas son universales!! De bebida

 

 

 

 

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ella sugirió un jugo de una fruta típica del pueblo. Esperaba que no me explotara el estomago por tal.

- ¿Es de por aquí? – Pregunté. Ella titubeó. Oh perdón no me he

presentado. Mi nombre es Júpiter.. y ellas son Libia y Seren. Ambas niñas sonrieron con gusto.

- ..Oh.. el mio es Rhin…. – Hizo una pausa como queriendo decir

algo, mientras pensaba…Estemm…vengo del sur. De las planicies laterales lumínicas

- ¿¿¿???...¡¡Ahhh!! – Dije con expresión de jactarme de conocer

la cartografía. Aunque en realidad a penas sabia donde me

encontraba.

- ¿Y ustedes?

- Libia viene de los bosque sub… - En seguida le tape la boca. -

- Venim…..

- Venimoo…..s….. De los bosques sub..-

- ¡Nooo!…- Me adelanté. La dama miraba frunciendo el ceño. –

Venimos de…- Comencé a mover mi mano circulo como inventando una historia del reino de…- Seguía mi movimiento y la dama más fruncía el seño. – Reino de Carlomagmo…si..si eso

…dije – eso está bien para que se lo crea.

- ¿¿¿…Eh..???- Se miraron las niñas. -

- ¿Carlomagno?

- ¡¡Digamos que …..siii..!!

- ¿Y dónde se ubica?

- Muy lejos..cerca de .. – Comencé a divagar – Cerca de la

constelación de Kepler-781 al cuadrado. -

- ¿?...¿Mmm? No conozco nada de ello.

- ¡Je! ¡Je!...- Generé una risita – Yo tampoco. Siquiera sé lo que

mecioné – Manifesté en mis adentros.

 

 

 

 

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- Bueno el universo es inmenso – Llevó un bocado a su paladar

con un ruido extraño. Libia y Seren, hacían lo mismo. Incluso todos.

- Su manera de alimentarse es un tanto estrambótica. Gaia no

era así. ¿O será que no conocí su lado culinario pleyadiano? Seren se devoró todo el plato en segundos y Libia tardó un poco más. Luego de concluir pidieron dos platos más cada una.

- ¿Qué? ¿Aquí comen el triple? – Me dije – estaba exhausto de

haber almorzado esa carne que no le atreví a preguntar que era.

El local estaba repleto de seres de todo tipo y los robots no daban abasto. Lo particular era que tanto esta ciudad en sus fachadas y calles como sus habitantes tuviesen un sistema precario. Era como si se mesclara la edad media de la tierra con carretas con animales remolcando con autos voladores, edificios metálicos y otros de adobe o algún otro material. Supongo que cada sitio tiene lo suyo. Cada planeta su conformación. Y un sistema monárquico de reyes, princesas, ducados, lores. Otros de imperios, repúblicas, barbaros, y salvajes. Acuñan una moneda de metal similar al cobre y un billete hecho de corteza de árbol, similar a un roble. Tengo mucho para preguntar, aunque no puedo dar sospechas. Nadie debe saber quien, quienes, somos. ¿Aún no sabré que haré con estas dos niñas? Y según mi brújula falta camino para recorrer. ¿Mmm? Podría preguntarle a esta mujer. ¿Rhin posiblemente sabría cómo llegar? Aunque no quiero darme a conocer. ¿Y si indaga sobre nuestro paradero?. Manifestara que le sería extraño un reino llamado Carlomagno. Bueno, no es que sepa historia medieval de la tierra, y del planeta kepler -78…¿Cuál es el otro número?..¡¡¡Jupiter tu, y tu memoria de cristal!!!...bueno podría expresar, que están dentro de algún cinturón de planetas que no, pero no debo fallar, no está bien

 

 

 

 

122

que conociera mi hogar, ni de donde viniese. – Allí pronto me agarré la cabeza con las dos manos. Las niñas y Rhin observaban con varios signos de interrogación en su caras. ¡¿Qué rayos estoy pensando?! Vengo del planeta del Dr. Spot, o de Nabu en la guerra de las galaxias debería haber dicho ahhh si es kepler-781..si--- Golpee la mesa con alegría. Las damas me miraban con más interrogantes..

- ¡¡Oh..perdón!! … - Se disculpó.. Ni siquiera sé dónde estoy

parado, y ya lo dijo Mikonos, no mencionen que vienen del planeta tierra. ¡Genial! Mikonos, ¿Y qué le diré? Ahh ya sé… somos visitantes …¡¡¡Estem..intergalácticos de dónde diablos

 

sea....Reino de carlomagno!!! - En fin terminé mis

 

 

cavilaciones, en cuanto sonreía y con el artefacto parecido a un tenedor llevaba un bocado a mi boca. Mencionaré que vengo deese planeta y que se ubica en la galaxia de la mostaza. Si eso, será una buena mentira. Total el universo es inmenso, y aquí no creo que sean expertos científicos, si tienen un mozo de máquina que se descompone.

- ¿Y bien?..¿Júpiter?..¿Te noto muy pensativo?. –

- No -¡¡Je!! ¡je!! Es que estoy un poco cansado. Los tres.

- Libia no está cansada.

- Claro si – Le dije.. – Silencio Libia.

- Jupi..pap..papa –

- ¿Seren?

- ¿Papa? Creí que eran sus sobrinas. Expresó Rhin.

- ¡Je!.¡.Ayy!, estas niñas..Soy su tío, pero me toman como su

padre.

- Tienen familias diferentes. Veo que hubo varios linajes.

Esas palabras me descolocaron por completo.

 

 

- ¡Bueno!… - Jadee un poco. Es que somos una familia

 

 

numerosa. –

- Una niña demonio y una semi-bestia.

 

 

 

 

123

 

 

 

- ¿En serio? – Pregunté intrigado.

- ¿Cómo no sabe qué son? – Me preguntó con cierto sigilo en su

mirada penetrante de ojos amarillos

 

 

- ¡Ah!..¡Entiendo!..… Usted se refería a eso..a

 

 

suuu..¿Raza?….Clarooo

- ¿Raza? ¿Qué palabra particular?

- Estemm..siii…es una palabra utilizada en Carlomagnia…son

étnicas.

- ¿Etnia?

- Oh disculpe..otra palabra de mi planeta Kepler – 15 – ¡Je! –

Mke tome la cabeza con una mano riendo.

- ¿Kepler-15?

- Ti..tioo.. – Dijo apenas Seren—es Kepler-781 – Ella contaba con

su mano los números.

- Libia, dice lo mismo. –

- Ahh –niñas disculpen.

- Ahh..ellas saben mejor que su tio ¡Ja!¡ja! – Se ríe Rhin.

- Si.. ¡jo! ¡Jo! –

De alguna forma las niñas sabían que me encontraba en aprietos, no por nada. No podía confiar en nadie. Un grupo un tanto extraño ingresó al local, y se sentaron cerca de nosotros en una mesa de frente a las niñas. Eran cuatro hombres con máscaras de tela y lentes de sol. Hablaban un idioma extraño, que no se conformaba por el silabeo de los pleyadianos, aunque, no era de extrañar por la infinidad de personajes que iban, y venían a éste gran local que se estaba llenando de seres de diferentes formas. No es por nada, pero me parecía shockeante el ver esos seres. Era pura ciencia ficción, con mitología, fantasía, y todo lo que pueda esperarse. Lo más impresionante fue ver, a un hombre con cabeza de grifo como la cultura sumeria exponía en sus paredes, varias gárgolas de una

 

 

 

 

124

iglesia de Francia, y hombres de largas orejas como los llamados elfos de la mitología.

Continuábamos almorzando y ya casi estábamos terminando.

Entre las pequeñas se miraron, con un poco de vergüenza. De Hecho Seren se acercó a Libia para comentarle algo, debido que Libia es un poco más grande. Ambas

- Libia y Seren deben ir al banho Júpiter. –

- ¿El banho?

- Nec..necesidades… - Seren se puso colorada por una cierta

vergüenza

- ¡¡Ahh….!! – Si vayan – Dije. – ¡Oiga! – llamé a una de esas

máquinas parlanchinas. –

- No es preciso, sino me equivoco es por allá. Al fondo, y la

derecha – Señala Rhin. Eso me sorprendió. Al fondo y la derecha. Debe ser universal, pensé. Por lo menos los lados estaban definidos.

El artefacto parlanchín, se acercó y miré a Libia. –

- Libia quiere saber dónde está el banho. -

- Fond…fondo-----derecha---fondo derecha ---derecha..echa….

- ¡Oh!..¿Otra vez otro mozo descompuesto? – Pregunté. -

Las niñas se levantaron de sus asientos, y fueron.

- ¿Caciope? Aún no tenemos señales de ese tal Júpiter. No?

- No, ya hemos detectado a Mikonos y Tristán.

- Por suerte llevan el sensor para saber que se encuentra bien.

- Lo extraño es que la interferencia impide saber su ubicación

- O el muy tonto lo desactivo sin darse cuenta. Todos deben

llegar a destino y reunirse con la princesa para sacarla del reino.

- No sería mejor actuar ahora?

 

 

 

 

125

- Hubiera pensado lo mismo, pero ante el rey el título

matrimonial de Júpiter podría ser suficiente como también las cartas de la duquesa a la que llaman Josefina. Pero deben entrar en secreto en la ciudad para evitar conspiraciones.

- No sé qué ha ocurrido con ese hombre y su esposa? Los reyes

no eran así.

- Es ese maldito monje. Sus influencias ensucian la mente de la

señora y su majestad.

- Aquí Mikonos.. me escuchan? Cambio

- Copio Mikonos.

- ¡Caciope! Estamos arribando a la tundra, y calculo que

deberemos llegar a la ciudad madre en unos Siels (días). Eternia. ¿Qué saben de los demás?

- Hasta el momento Tristán y Josefina mantienen viaje y se

encuentran cerca de eternia. Júpiter no tenemos señal

- Rayos Júpiter.. ese niño…debemos ir por él.

- No tenemos un punto exacto donde debe estar.

- Quizás siga en el mundo subterráneo.

- No lo creo. Júpiter es bastante listo y el mundo subterráneo es

fácil de sortear al salir de las cuevas. Hasta lo que pude captar ya estaba por el bosque y allí se perdió la señal, pero su visor interno sigue intacto. Si le hubiera pasado algo se desactivaría.

- Crees que es mejor esperar?

- ¿mmmm?Enviar por las dudas drones de búsqueda aéreos y

terrestres a la salida del bosque. Vamos a la base merk.

- ¡Perfecto!..... Luego nos comunicamos.

- Copio y cambio….

- Cambio...

- Ya lo oíste. Si enviaremos al grupo ahora mismo.

- Crees que saldrá todo bien?

- Encontrar a ese sujeto? Si, no será inconveniente.

- No, sino que puedan convencer al rey y la reina

 

 

 

 

126

- Los problemas son dos. El monje y los saurios. El reinado

asegura la paz, siempre y cuando se produzca el evento nupcial.

- Pero el rey de la monarquía sauria, apenas conoce a la

princesa.

- Ya sabes que todo es un acuerdo político para asegurar que los

saurios no ataquen a los pleyadianos. Es una forma de

mantener la paz.

- ¿Y ellos aseguraran esa paz? ¿Tú lo crees?

Ladeó la cabeza sin decir una palabra. Toda la gama de planetas de las Pléyades estaba en plena incertidumbre.

- Mikonos. Éste tipo de tundra es bastante particular, ¿Por qué

son tan grandes los pastizales?

- No es que fueran grandes, son su tamaño normal. En la tierra

son pequeños, porque el hábitat no lo permite, aquí no.

- Oye…¿Es seguro no? Digo por lo escaso de visualización entre

pastos. Me siento como en una película donde nos atacaran hormigas, debido a que somos diminutos

- ¿Qué estupidez dices? Estas conmigo..ten seguridad que

llegaremos bien.

- Solo espero que estés en lo cierto.

La planicie no permitía ver, debido a esos pastizales que eran del tamaño de cerros entre una tierra totalmente colorada. El viento exponía un leve golpeteo en el cielo nublado. Se le llamaba tundra, pero no era la típica tundra del planeta tierra, como meseta en la cual hay un clima polar, aquí el clima es estable, y semi cálido. Tampoco los pastos eran diminutos por el producto de la capa de hielo congelante. El inconveniente, era el de siempre. La poca visibilidad, sin embargo Mikonos estaba preparado para ello, pues su olfato, y su destreza visual de felino se lo permitía, pues si bien su cuerpo era el de un humano, sus ojos eran los de un gato, como su sentido del

 

 

 

 

127

olfato. Comenzaron a correr cada una de las partes de diferentes plantíos herbáceos.

Mikonos inspeccionaba la planicie debido a que la transmisión comenzó a volverse difusa. Gregory aguardó sentado en una roca. Habían tomado resolución de descansar en algún sitio conforme aquella perdida de ubicación. Gregory recogió su laptop y comenzó a escribir. Era como una suerte de ansiedad de recoger una memoria de todo lo ocurrido.

- Veamos. Llegamos al cinturón de las pleyades. Estamos en un

planeta diferente. Hemos pasado diferentes situaciones. Podría ser una gran historia – Se dijo. – un hombre perdido en otra galaxia en búsqueda de su amada.

Gregory continúo cavilando. Mikonos intentaba resetear el radio transmisor sin éxito.

- Maldita sea, la suerte. Aparato idiota. No solo no funciona, sino

que tampoco puedo repararlo.¡¡¡¡ Ayy, Caciope!!!! ¿Dónde te encuentras para ayudarmeeee!!!

Pronto unos sonidos de silbidos se oían en alguna parte de entre los pastizales.

- ¿Ahh? – Se dijo Mikonos – ¿Espero que no sea?.....No, no lo

creo. No se han visto en cientos de años. ¡¡Es mi imaginación tonta!! Ya estoy paranoico como este tonto de Júpiter.

El silbido dejó de producirse. Mikonos respiró profundo y se dio a una pausa, caminando unos metros con su computador en la mano derecha intentando conectarse con las ondas electromagnéticas de comunicación.

- Vaya. Era solo mi imaginación. La planicie se encuentra calma.

Y por ese sendero tenemos un camino. Eso es perfecto para

 

 

 

 

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retornar, iré avisar a Gregory. – Al mencionar ello dio media vuelta Gregory - ¿Eh? ...

Gregory divagaba mientras escribía se incorporó de su asiento de piedra y comenzó a ir y venir imaginando la historia.

- Entonces…Llegó desde el espacio dimensional y al aterrizar un

frondoso pastizal se mimetizaba con el calmó destello de la luz verde de la nave. Sabía de antemano que su búsqueda ardua, era un periplo fantástico en nombre de ella. ¿Y entonces? – Se preguntó con un leve respiro – Aquí..!Ahh!..Debo pensar – Se dijo en voz alta – ¿A ver?....Ya seee. Y entonces aquel viajero se encontró con un sersemejante.. ¿Un ser? ¿Qué lo apuntaba con una lanza en su rostro? ¡¡Diablos!! – Se dijo así mismo.

Gregory tenía a su lado a una mujer desnuda apuntando con una lanza directo a su ojo izquierdo.

Mikonos estaba maniatado de pies y manos.

- Les digo que soy un viajero. – gritaba Mikonos. Gregory llegaba

de la misma manera. Tres mujeres a su lado con lanzas y

espadas. Eran un arquetipo de amazonas

- ¡!!Oigan!!...¡¡¡sáquenme las manos de encima!!!Mikonoss qué

bueno que te encuentro..diles..¿Eh?

- Olvida eso..estamos en la misma situación.

Pronto colocaron a Gregory con Mikonos ambos en una carreta y fueron llevados de entre los pastos abundantes hasta un sector inhóspito y alejado del radio de ruta de aquellos. Al cortar camino se observaba un frondoso lago. Algunas mujeres bañándose y otras lavando sus ropas.

- ¡¡Wow!! Si no fuera esta situación de rehéndiría que podría ser

un paraíso. – menciono Gregory por sus adentros. Ladeo la cabeza un segundo. – Mikonos..¿explícame?

 

 

 

 

129

 

 

 

- ¿Qué hay que explicar? Somos presos en su territorio. -

- ¿Que se supone?

- No supongas nada. Es lo que dije – Y lanzó un suspiro

inmediato. Lo extraño es que creí que no existían.

- ¿Jaa? ¿No existían? ¿Acabas de decir que estamos en su

territorio?

- Bueno es una historia larga de contar. – Expresó sin mirarlo.

- Bien…y ¿En qué situación nos encontramos?

- Ya te he dicho.

- Si, genio…lo digo en nivel de supervivencia.

- ¡Yaa deja de maldecir!..Ya te pareces más a Júpiter. Ustedes

podrían ser hermanos.

- ¡¡¡No me cambies el tema!!!

- Bien.. ¿Te acuerdas de las amazonas?

- Guerreras mujeres, si. – manifestó rápidamente

- Bueno parecido con un toque más agresivo. Y tienen el síntoma

arácnido.

- ¿Ahh?.- . Ladeó la cabeza- ¿Qué insinúas?

- Suelen usar al hombre para reproducirse y luego de

satisfechas, se lo comen. Como lo hacen las arañas hembra en la tierra. Bueno no hay que culparlas. Es instinto – expresa irónicamente y sin molestarse Mikonos como si no sucediera nada.

- ¿¿¿QUEEE??? – Gregory se lanzó sobre Mikonos. Ambos

cayeron al suelo. Gregory lo tomaba del cuello como podíazamarreándolo - ¿me rices que se reproducen y luego te comen? ¿Estás loco? ¿Y así tranquilamente?

- Bueno podría haberte mentido – cita un tanto mareado con los

ojos desorbitados.

La líder de grupo hizo un gesto para que fueran separados. Luego expresó unas palabras en un idioma nativo.

 

 

 

 

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- ■■< > ||| (llévenlos con la reina)

- ¿Qué dijo Mikonos? – preguntó Gregory

- Tengo mi computador apagado. No reconozco esta lengua.

- ¿No fue que conocías todos los idiomas?

- No seas estúpido. Soy un científico, no un traductor. Ya

averiguaremos que ocurre. Dios, ¿No sé quien es peor, si tú, o Júpiter?

Inmediatamente Júpiter estornudo varias veces..En el momento que habían llegado a la ciudad-poblado.

- Libia dice ¿Sí Júpiter esta resfriado?

- Para nada. Algún idiota debe estar hablando mal de mí. ¿Que

se le va hacer? Seguro que es alguno del trabajo por no avisar que faltaba o podría ser el tonto de cucho. Ese gato que por suerte está con Gregory.

Varios estornudos se oyeron en el planeta y en el universo.

Gregory y Mikonos aguardaron la resolución de la reina de la tribu. Las niñas habían ido al baño y no regresaban. Júpiter se manteníapensativo.

- ¿Debe ser un extenso viaje no?

- ¿Extenso?

- Si – Dijo Rhin – lo noto cansado en sus ojos cerrados y con

ojeras. Como un pez moribundo.

- ¡¿tan mal me veo?!- Se dijo Júpiter – ¡Je!¡Je! es que soy así. He

nacido con esta mirada y ojos – Se tomaba la cabeza Júpiter

- ¿Eh? ¡¡Ohh!! ..Lo siento – Dijo avergonzada – ¡¡Je!!¡¡Je!!

Libia salía del baño primero. Alguien esperaba fuera.

- Hola pequeña demonio. Ven conmigo

- ¡Eh! Libia no quiere

 

 

 

 

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- ¡Vendrás! Y le propinó un pequeño golpe en su cuerno que la

dejo inconsciente. Al salirSeren dio u saltó contra él pero otro la capturó de inmediato.

- La tengo. Vámonos de aquí.

- Será una buena venta de mercado.

Los dos salieron con las niñas por una puerta trasera a un callejón mal oliente. Libia pudo abrir apenas los ojos y generó un sonido. Seren se resistía y la metieron en una gran bolsa.

Ambos nos sentíamos incómodos por la situación. Y claro era de saber que mi rostro no era lo más parecido a un galán sumado a la fatiga y el estrés de la situación en la que me encontraba. Luego de veinte minutos las niñas no regresaban y los seres de la mesa de enfrente se retiraban.

- ¡Qué extraño! Libia y Seren no han vuelto.

- Iré al baño – Dijo Rhin que algo sospechaba. Deje dinero de la

cuenta y fue cuando oi un ruido en mi mente. Era como la voz de Libia pidiendo ayuda.

- ¡¡Libia!!..¡¡Seren!!.- mi mente las veía. Veía a los malhechores

y el peligro. Salí de allí de inmediato. Mi visión se clarificaba como el olfato de un perro rastreador. – Es por allá. Al dar varias vueltas los aviste. Los siete seres armados. Había dos grandes bolsas. – malditos ¿Qué le hicieron a las niñas? – grité. Uno se colocó frente a mí con cara de querer golpearme y me tumbó al piso. Otro habló.

- Serán vendidas. Maten al hombre. Cuando escuché sus

palabras alguien se acercó a mí. Antes que pudiera tocarme clave un objeto filoso en su pie. Aquel comenzó a gritar con dolor. Nunca antes había peleado, pero recordaba haber practicado ciertas defensas marciales en mi infancia y boxeo lo que me ayudó a golpearlo nockeandolo de inmediato. Tres de ellos me rodearon. Recordé las armas. Ellos me apuntaban y yo

 

 

 

 

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como en una película de western tenía mis manos bajas a punto de tomar mis armas de fuego. Uno de ellos parpadeó y en un instante de milisegundos se oyeron tiros. Varios cayeron al suelo sin vida. Las balas habían penetrado órganos importantes. Uno de ellos en su lecho de muerte confeso.

- ¡¡¡Es..s..muy veloz..!! – Cerró sus ojos. Solo quedaron dos, y

aquel que había herido en un principio. Con rapidez fueron a mí. Y antes de lo pensado se quedaron firmes sin moverse. Como si vieran la muerte en sus ojos. Sus cuerpos se desmembraron. Una sombra oscura se abalanzó. Todos estaban muertos. Entre la confusión, y la humadera de los gatillos una figura de cabello extenso.

- Espero no importunar. Pero detesto a los cazadores furtivos de

esclavos

- ¿Rhin?

Ella lanzó una leve mirada sonriente.

- Las niñas fui de inmediato a las bolsas y las abrí.

- ¡¡¡Júpiter!!! – se lanzaron hacia mi llorando

- Libia tenia miedoo!! – dijo entre lágrimas

- ¡¡Snif!!..¡¡Snif!! – lloraba Seren.

- ¡Ya!.. ya – las abracé - Todo está bien.

- ¡Eres un buen tío!

- ¡Je!.. oye gracias por ayudarme.

- No es nada. Como te he dicho. Son malvivientes. Daré aviso a

las autoridades de aquellos criminales.

- ¿Eres como un agente?

- Podría decirse…por cierto eres muy bueno disparando y

luchando. ¿Dónde aprendiste ello?

- ¡¡Es..Estmm!!.. Jugando videos juegos..

- ¡Mmmm!…interesante.. y tienes dos Hammers de tiro. No

cualquiera las posee.

 

 

 

 

133

 

 

 

- ¡Ayy!..¿Es que?…Allí se consiguen en enseguida.

- Va..vamos – Dijo Seren con una cara preocupada y temerosa. -

- Oh..perdonen pequeñas..!Si! ….¡¡Ya vámonos!!

- Me quedare hasta que vengan los efectivos galácticos.

- Bien.. – Expresé suponiendo que serian oficiales. El hecho de lo

sucedido me producida una cierta angustia, por una situación que claramente se podría producir en la tierra.

Desde el cielo una comitiva de naves se iba abalanzando. Fuimos hasta la parte céntrica de la ciudad, para continuar camino. Esas naves hicieron un descenso. En varias y de gran tamaño. Algunos mercaderes se acercaron a ofrecer sus productos, pero no recibieron más que un maltrato de los seres de seguridad que descendían. Su atuendo era como de un grupo paramilitar. Encapuchados y de color negro con lo que parecía ser un fusil de mano. Uno de ellos se quito el casco. su piel escamosa, y su cuerpo resecó. Una mirada con ojos independientes como los de un camaleón, y su lengua que salía contantemente. Eran lagartos. Rhin recibía a los oficiales y los observaba. Nosotros nos detuvimos unos minutos a ver el panorama. Las niñas no se despegaban de mí. Estaban bastante aterradas con lo sucedido.

- Ya veo irán al palacio a llevarse a la princesa – Dijo Rhin que se

lamentaba. –

- Teniente. Está todo listo – Dijo uno de los oficiales –

- ¡Perfecto! ¡¡Llévenselos!! – Expresó ella que no le quitaba la

vista a los saurios que iban por unos elementos en una tienda. La misma a la que habíamos ingresado de compras a cambiar los minerales.

En alguna parte subterránea cerca de las ramificaciones del gran árbol, una dama se encontraba realizando unos experimentos. Luna, estaba sentada tomando nota frente a la computadora matriz. Sus recipientes estaban llenos de unos líquidos inflamables. Había estado

 

 

 

 

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trabajando en un proceso interesante que descubrió al asistir a una película de ciencia ficción junto a Gaia. Fue una noche, sobre una trama en la cual, un científico había logrado desaparecer en su forma material. Un hombre invisible para ser exacto. Luna al regresar al planeta de la isla, en las pleyades, fue determinante con Gaia.

- Gaia, dijo princesa, debo partir para realizar los estudios.

Quiero encontrar una manera..

- Olvidado, ya está hecho. No podemos evitar la confrontación

con el reino de los saurios.

- Pero se me ha ocurrido una idea interesante.

- ¿Lo de desaparecer?

Ella asintió.

- ¡Luna! ¡por favor!... ¿Y qué ganaremos? Lo primero que harán

es romper todos los pactos.

- Esos pactos son una mentira, y lo sabes. Han sido manipulados

y la información está en el centro de investigaciones del castillo de los saurios. Sabiendo que es impenetrable, podría suceder que alguien pudiera inmiscuirse entre ellos, y descubrir toda esa farsa.

- ¿Colocarlos contra la organización de las Pléyades? Sería muy

 

 

arriesgado. Son una potencia militar inigualable. Y mis

 

 

padres…ellos..están convencidos de que el casamiento debe concretarse lo más rápido posible.

- Yo haré que funcione e iré contra ellos.

- No.. Luna.. tu eres mi amiga – Gaia se acercó a ella y tomó sus

manos. Detrás de las puertas alguien escuchaba atentamente. – No quiero que te metas en problemas. Sal de aquí, y regresa a la tierra. allá hay alguien esperándote – Esas palabras de Gaia no agradaron a Luna.

- ¿Y a ti? ¿No te espera nadie?.

 

 

 

 

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Gaia soltó sus manos, y fue hacia la puerta de entrada. Posó su mano sobre la madera.

- Ese alguien debe estar enfadado por lo que he hecho – Se

lamenta ella.

- Él, jamás se enojaría contigo, incluso vendría aquí de ser

posible.

- ¿Tú crees? – pregunto ella dándose la vuelta. – Júpiter Anónimo

Ruppert.

- Yo haré que todo cambie princesa – Dijo Luna. –

Detrás de las puertas, Rhin escuchaba atentamente. Era su sirvienta, y no comprendía.

- ¿Júpiter Anónimo Ruppert?

Luego de aquella, platica Luna fue directo a empacar para su viaje al laboratorio. Temía que pudiese haber algún atentado contra ella, por lo que preparo todo con el suficiente sigilo. El tiempo se está acabandoy ella no logra dar acierto a ello.-

Ahora ella solo está allí en medio de un y otro arreglo que pudiese dar solución a su alocada idea de poder entrar al impenetrable castillo de los saurios, con el don de la invisibilidad y robar los pactos que fueran realizados con adrede para retorcer la organización intergaláctica.

Gaia se mantiene pensativa, y sin más dudas, recuerda las palabras de Luna. Eran las típicas en su forma loable como consejo necesario. 

- No debo quedarme aquí. No quiero casarme. Mi lugar esta con

Júpiter – No hizo más que mencionar esas palabras, y fue a su armario con un pequeño bolso. Allí se hizo de unos efectos y luego se digirió al mueble en el cual tenía un armario. Ninguna técnica tecnología sería aplicable, debido que el radio de ondas sería captado por el sistema de seguridad. Por lo que no tenía

 

 

 

 

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otro remedio que escapar a la manera antigua. Por la vía de las llamadas catacumbas antiguas. El castillo así como muchas formaciones terrícolas tenía pasadizos secretos que solo la familia real conocían a la perfección. Allí nadie se podría dar por enterado que la princesa saldría de su cuarto para salir por medio de los subterráneos a la ciudad y allí, mimetizarse con las personas, pudiendo utilizar su tele transportador. Un invento le permitía direccionar la materia a otro sector y con ello ir a donde Luna.

Al abrirse la compuerta de roca ella se introdujo en un pequeño pasadizo. Fue sorteando las plataformas en medio de una escalera de forma de caracol que descendía hasta un infinito. A medida que iba dando cada paso, algunas criaturas que viven de la oscuridad se iban acercando y otras alejando. Una de ellas intentó atacar por la espalda a Gaia, que desenvainó su arma. Una espada corta de doble filo de material cromo. Un metal muy similar a la creación del acero, diez veces más poderoso. La criatura de tres patas y pizas. Un arecnoide yacía cortado en dos partes. Otras de su especie se acercaron al cadáver y en su canibalismo comenzaron a devorarlo. La princesa continúo trayecto de descenso. Las escaleras se volvían más inestables, debido que los millares de años no podían darle estabilidad ante el abandono y la erosión de la humedad del planeta que desgasta las piedras. El escenario se presentaba como una tierra al llegar al suelo parecido a un calabozo de la edad media bretona en la cual se escondían a los leprosos de la peste negra. Que no fue otra que una enfermedad traída de las pleyades por la parca, o el señor Tanatos, aquel que ser del planeta oscuro que todo lo que toca lo transforma en muerte. Ella conocía bien la historia. La tierra no era una creación artificial de cuentos o mitologías, u desarrollos de la criptozologia. Lo que los antiguos hombres desde la prehistoria decían

 

 

 

 

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no eran patrañas ni paganismo barato. Y los saurios que fueron la raza que ha dejado su marca, aún continuaban allí liderando.

Ella ha llegado y ahora solo se oyen sonidos de otras bestias que van y vienen. Los insectoides. Criaturas equivalentes a los insectos. Gaia Justina, no les teme, incluso ha sido preparada para resolver y enfrentar cualquier situación que fuera contra ella o sus seres amados. Problemas solo eran eso, y se ocupaba de dar resolución.

Ahora viene un extenso camino, y ella enciende una antorcha con un poco de un líquido que llevaba en un frasco. Aceite de querosene. Tenía su comunicador y móvil apagados para que no encontrasen su ubicación. Los únicos que podrían son el rey y la reina, pero para cuando quisieran encontrarla ya estaría en la ciudad, y su hermano, se encontraba fuera del planeta para poder ir por ella. Un rio subterráneo de agua verde se iba confundiendo. Ambos extremos de las paredes de rocas arrojaban un moho de plantas de la oscuridad. Aquellas que se alimentan de la noche y no precisan del sol. Más y más insectoides. Ella continúo por ese rio desde un sendero de tierra maciza de color gris.

- Es por aquí, estoy segura. Eso me llevará directamente a la

ciudad. Solo debo concentrarme en no perder el rumbo. Según las indicaciones que había recibido cuando me han dado la instrucción adecuada de cómo debo llegar a la ciudad, sin perderme por otros caminos y peligros que pudieran llegar a generarse. Seguro Júpiter diría, deja de tonterías. El camino más directo es el que uno siente en su interior que debe recorrer. ¡Ahh Danna!!, tú, sí, que encuentras la facilidad, quisiera ser como tú, mi Júpiter. –

La resolución de la tribu, no llegaba y Mikonos y Gregory se impacientaban.

- ¡Ey! Mikonos…¡tú conoces esta tribu!

 

 

 

 

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- Ya te dije que no. Creí que eran solo una leyenda.

- ¿Pero algo debes saber sobre ellos no?

- Son una tribu perdida.

- Si solo son mujeres, pueda que les sirvamos. ¿No son caníbales

no?

- Eso no podría asegurarlo. Las leyendas son vagas. Decían que

eran como monstruos de cinco ojos, y que absorbían las almas.

Eso era lo que explicaban de niños con el fin de asustarlos.

- ¡¡Qué suerte la nuestra cruzarnos con una leyenda. ..!!

- Podría ser peor..por lo menos estamos atados y no en una

caldera hirviendo en aceite.

- Gracias por tus palabras de ánimo… será una buena historia.

- Podrías escribir sobre ello…

- Ustedes dejen de hablar. Ya se los hemos dicho.

Al callarnos por la dama que nos apuntaba con una lanza. Se nos venía presentando una comitiva de mujeres con flores y al abrirse el camino, la gran matriarca esperaba sentada en un gran sillón forrado de unas hojas color rosa. A su lado dos bestias parecidas a perros de raza indefinida con una piel atigrada de color marrón. Esa mujer al verla, no era lo que pensábamos. Una pequeña niña de apenas diez años de edad con ojos rojos, y cuernos en su cabeza. Su cabello oscuro, y su piel color roja. Tenía un rostro serio y poco alentador.

- ¿Me parece que es una menor? – Se preguntó Gregory

- No parece, lo es, quizás podamos pedir clemencia y que nos

liberen. ¡Déjamelo a tu servidor!

- ¡Dios!..¿No se pondrá feo?

- ¡Para nada! – Confiesa con una mueca altanera. – ¡Mikonos!

- ¡¡Shh!!…Quiero ver que va a decir.

La niña con una mirada pétrea los observaba. Ambos estaban en una incógnita que no podía determinar ante las armas que los tenían acorralados.

 

 

 

 

139

 

 

 

- Mikonos. Creo que estamos perdidos.

- Déjamelo a mí.

- Quisiera su majestad, si me lo permite, decir unas palabras –

confesó Mikonos con una elegante oratoria – para empezar

agradecemos estar aquí con su séquito de….

- ¡¡Silenciooo!!

- ¡¡Uyyy!! – Se encogió de hombros cucho.

- ¡¡Nada de adulaciones baratas!! Tendrán un veredicto de la

reina Esmerald

La niña seguía observando y se levantó de sus aposentos de trono. Camino cuidadosamente hacia ambos que no esgrimían un sonido. Al mirar detalladamente invocó unas palabras.

- ¡¡Tu!! Le dijo a Gregory.

- ¿Yo?

- Si tú… - ella le clavo como puñal la vista. ¡¡Serás mi esposo!!

- ¿¿¿Ehh??? – Se convulsiono Gregory –

- Eres apuesto – la niña sonrió. Sus ojos parecían dos corazones

- ¡Pe..pe..peroo!... ¡No puedo!....

- ¿Qué?...- Explotó con enfado. Las lanzas se a acercaron ambos,

apuntando de forma certera sus cuellos.

- ¡Tonto!..¡No puede objetar lo que dice!…¡Ahora sí!.. ¡Déjamelo a mí!

- ¡¡Está bien!!..Confió en ti, Mikonos.

- Mi señora..Mi. compañero, se encuentra agradecido..Y

- ¿Y?....- Preguntó con rostro de pocos amigos.

- ...Y…y – decía – Levanta la frente en alto visualizando la nada. - 

- ¿Y…? – Se preguntaba Gregory..

- Y será una gran boda – Expresó aplaudiendo. – ¡¡¡Vivan los

noviosss!!!

- ¡¡¡Siii!!!..¡¡Mi.amado siempre te he esperado!! Suéltenlos

 

 

 

 

140

- ¿¿¿¿QUEEE???? – se sorprendió Gregory en cuanto les quitaban

las sogas.

- ¡No te preocupes!…ya encontraremos solución – dijo

susurrando en cuanto se masajeaba las manos de la contusión

y luego le guiñó un ojo – y tocó con el codo.

- ¡¡¡¡Maldita seas Mikonos!!!… ¡¡¡¡GR.GRRRRR..!!!!

- ¡Je..¡Je! – Se rió distraídamente como queriendo disculparse.

Luego de quitarles las ataduras fueron llevados a una choza estilo iglú armada de unas hojas gigantes. Al ingresar lo que denota un sitio pequeño, era un inmenso lugar. Una habitación con varias salas. Gregory no entendía lo que ocurría.

- ¿Mikonos? - Preguntó. -

- No es preciso que preguntes. Esto se llama ampliación de

espacio. Aquí las leyes de la física no funcionan de la misma manera. Lo que parece un diminuto lugar, puede ser un país entero.

- ¡Es increíble! No podría imaginarlo. -

- Extraño en un escritor ¡Je! ¡Je

- Es que la imaginación puede acotarse si no existe la idea.

- No creo que sea así.

- ¿A que re refieres?

- Él, solo pensar que podría ser es suficiente.

- Pero debe nacer una pisca de idea que se funda en esa

imaginación. Digamos que en verdad imagino que todo lo que

estamos viviendo es un sueño.

- Es irreal.

- Pero nace la idea de un sueño, imaginando que es un sueño. Es

así como luego se va desarrollando la narración. Con mas ideas imaginadas como basé y luego sus complementos.

- Podrías ser un gran profesor de literatura.

- Son dos profesionesdiferentes.

 

 

 

 

141

 

 

 

- ¿En serio?

- El saber literatura y tener las herramientas para escribir, no te

hace escritor. Si, es de gran ayuda, pero el sentimiento de escribir. De narrar e imaginar es algo muy dentro de uno que se tiene o no.

- ¿O sea puedes escribir y no ser escritor?

- No puedes escribir o puedes. Todo el mundo puede escribir,

pero no todo el mundo es escritor. Todos son poemas, pero no todos son poetas. Sin ese sentimiento es como carecer de alma.

- Es tan metafórico.

- Olvídalo, supongo que cada arte tiene lo suyo. Pero obviando el

tema….¿CÓMO RAYOS VAMOS A SALIR DE AQUÍ?

- SHHH…silencio..tonto..no van a oír. Ya veremos. La reina es

solo una niña podremos convencerla.

- ¿y si no? No quiero pasar el resto de mi vida aquí..aparte de..

- Si…alguien te espera…que gustos que tienen estas damas por

los terrícolas..

- ¡¡Oyeee!!…Tan mal no nos vemos..

- Holaaa.. – Entró la niña sonriente

Eso generó un leve susto.

- Te he extrañado..

- ¿cómo? ¿A mí? Si solo pasaron menos de media hora.

- ¿media hora? ¿Mmm? – Pensó ella con su dedo índice en la

mejilla mirando al techo – No conozco eso.

- Se dice media swit aquí, Gregory.

- ¡Ahh! ¿Ese es tu nombre? No te había preguntado. – siguió

alegre

- Ehh..si.

- Y el mio Mikonos

- No me interesa..

 

 

 

 

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- ¡Buehh! ¡¡Mmmm!!

- Ya están realizándose los preparativos para las nupcias solares

- ¿las que?

- Casamiento – Dijo Mikonos – su majestad podría darme unos

minutos suyos.

- ¿Que se te ofrece?

- Aquí mi compañero. – Señala con sus dos manos a Gregory –

¡¡Ehh..Estemm!!

- ¿Qué vas a mencionar? – Dice enfadado Gregory

- Mi compañero… - Medita rápido Mikonos. Ella lo mira solicitando

con su visión que lance las palabras – mi compañero…si es

es…el está dispuesto a casarse contigo.

- ¿Ehhhuee? Claro que

- Callaaa tonto!! Pero debemos completar una misión especial

- ¿Misión especial?

- Digamos que Gregory y dos personas más deben asistir al

mandato real.

- Eso a nuestra tribu no le interesa.

- Pero imagine que el rey y la reina amigos entrañables del señor

Gregory apoyasen su matrimonio y la concesión de digamos beneficios

- ¿Mmm?– lo medita ella – ¡Continua!

- Podría darle todo tipo de productos como…

- ¿Cómo?

- ¡Espero que sepas lo que haces!

- ¡Silencioo!..Elemento como.. Y saca de su móvil bolso unos

dulces propios del reino.

- ¿Qué es esoo? Cin..recoge eso.. – ella lo huele

- Si mi dama…

- Es un dulce muy especial y es uno de muchos manjares.

 

 

 

 

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Ambas lo miraban detenidamente. Cin, al olerlo lo probó. Sus ojos eran como estrellas.

- ¡¡ES DELICIOSOOOO!!

- ¿Jaa? ¡¡Dame!! – Pide la reina como una nena. Al probarlo ella

y también se sonrojo y sus ojos eran estrellas. Es muyy ..muyy

ricooo

- Bienn – sonríe asintiendo maquiavélicamente Mikonos que lo

mira a Gregory. – y hay más..y saca otros dulces.

- ¿De dónde tenias todo esos chocolates y caramelos?

- ¡¡Shh!!..Lo traje de la tierra…Mi señora de donde viene hay más

variedad.

- ¿Ennn ssserio? – se alegra con la boca llena hablando.

- Por eso si nos permite irnos podremos traer más.

- Momento termina de masticar. ¿Cómo se que no escaparán?

- Mmm..bueno..

- Ya sé.. – dice ella..Gregory llevará un collar metálico de llave

que solo yo puedo quitarle y estaremos en contacto mi vida – Se alegra comiendo otro dulce.

- ¡¡Ohh cielos!!..ahora sí que estoy en aprietos.

- Mee parece perfecto – dice Mikonos.

- ¡¡Eyyy Mikonos!!

- Tranquilo.. Se lo que hago – Se cruza de brazos con una leve

mueca de gracia.

- Bien entonces será así. ¿Tienes más de eso?

- Claro mi reina…

Luego de colocar el collar se le dio un carruaje y algunas provisiones.

- Cuídate mi vidaaa. Estaremos en contacto..-

- ¡Je!—¡Je!..Si – Dice desanimado Gregory. – Gracias...….

- Vamos no es tan malo. Podría ser peor. Lo de los dulces fue

una idea esplendida. Eso es imaginar.

- ¡Vete al diabloo mikonos!!

 

 

 

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- Ahh ya me lo han dicho..

Continuaron rumbo…