Darah
Solía caminar por un iluminado y transitado puente de Londres con mis audífonos conectados con la música sonando a todo volumen sin prestar demasiada atención a lo que sucedía a mi alrededor de cierto modo escapando del infierno al que llamaba hogar o mi realidad aunque esta vez escapaba de algo más aterrador, una camioneta Honda Ridgeline negra me estaba siguiendo desde mi salida del café, no me asusta con la reputación que cae sobre mi apellido es algo tan normal como cerrar los ojos para dormir.
Dos hombres descendieron de ella usando unos trajes oscuros que hacían que sus rostros se hicieran irreconocibles, un chico de bastante fuerza me sostuvo del cuello para luego inmovilizar mi cuerpo evitando que pudiera siquiera defenderme, claro si lo hubiera intentado, me vendaron los ojos y fui subida por ambos sujetos a esa camioneta que a los minutos ya estaba andando, los escuchaba susurrar puedo apostar que solo son uno novatos.
El tiempo pasó de manera lenta, pero no sentía ni un mínimo temor sabía que aún tenía aquella arma oculta en la pierna por seguridad y de ser necesario no dudaría en cometer un asesinato.
La camioneta se detuvo.
Me hicieron salir de ella y esta se retiró del lugar de inmediato, me cargaron hasta un cuarto que estaba frío y en dónde un olor que para mí era conocido predominaba en el lugar.
-supongo que la tienen- habló un hombre de voz gruesa y conocida
-si señor, ella es la chica- dijo uno de mis secuestradores notoriamente nervioso, novato ya estaba claro.
- déjenme verla- habló el hombre caminando hacia mí, desató la venda de los ojos dejando al descubierto mi rostro, al verlo quedo completamente atónito y se notaba como su ira crecía sobre los chicos.
- Hola, Arvel- saludé dándole una media sonrisa, no logro entender por qué mi tutor siempre empleaba a incompetentes que un día de estos nos dejaran en la ruina.
- ¡secuestraron a mi ahijada par de imbéciles!- dijo casi gritándoles a esos chicos-¿Esperan una invitación acaso? ¡DESÁTENLA!
Lo hicieron y ambos chicos se apresuraron a salir del cuarto, pero se detuvieron ante el llamado de mi tutor y quedaron sin hacer ni un mínimo movimiento.
-lo siento cariño, estos idiotas no son capaces de acatar solo una maldita orden.
-no Arvel, está bien, lo hicieron bien tiene gran fuerza pero una estrategia desgastada y ni siquiera voy a preguntar porque querías secuestrar a una adolescente, para esta situación prefiero la duda.
- al menos sirvió para que llegaras temprano espera, ¿por eso no te defendiste Darah?
-solo esperaba el momento adecuado para atacar, ya sabes defenderme y talvez quizás agregar un par de cadáveres a mi colección personal-la cara de los chicos a mis lados me hizo sonreír- solo juego- agregue, observe al de pelo negro de pies a cabeza deteniéndome en su mirada seria- o puede que no.
-muy bien, has aprendido bien, ve a casa luego te llamaré, tengo algo que comentarte y no lo olvides pronto deben viajar a la Court des roses debes cuidarte, recuerda que en ella todo se vale y una pistola no servirá para salvarte cariño.
-no lo olvido Arvel- dije para salir pronto de ese cuarto.
Caminé unos minutos hasta llegar a la entrada principal de la casa que estaba a un par de metros del lugar al que me habían dejado, es tan tonto que el lugar donde secuestras y asesinas personas este a solo metros de la casa en que vives, pero para que decirlo con la vida que tengo es mejor quedarse callada, de todas formas la gente ni pensaba en acercarse el solo apellido Dixon hacía que la gente huyera.
-hola, Lorcan- saludé a aquel detestable hombre que se encontraba en la puerta, un hombre al que solo mi padre quería y al que en realidad a nadie le importaba pero todos temían
-¿son horas de llegar señorita Darah?- nunca faltaba su falsa e hipócrita preocupación
-no es que te debiera importar Lorcan- hablé cerrando la puerta con un portazo y subiendo las escaleras hacia mi cuarto sin voltear la cara para mirarlo, su sola presencia hacía que la sangre me hirviera, no soy rencorosa, pero no lo pienso perdonar y haré que me las pague una por una sin importar el costo, puede que ahora no me entiendan, pero lo harán y sé que me darán toda la maldita razón y justificación existente, no alcance a cambiarme esa ropa cuando Lorcan toco la puerta de la habitación.
-el señor Arvel la necesita en el comedor del primer piso señorita Dixon, esperaba que al menos estuviera decente- dijo recorriendo mi cuerpo con una mirada de desprecio a lo que en respuesta yo gire los ojos y salí de la habitación hacia la oficina que solía ser de mi padre que quedaba en el primer piso.
-Darah, creo que es necesario que alguien te esté cuidando y vigilando- comenzó diciendo de inmediato cuando entre a la habitación, yo lo mire extrañada.
-¿estás diciendo que necesito una niñera Arvel?, tengo 17 años, sabes que estoy bien sola, que trabajo perfectamente por mi cuenta y una niñera sería solo un estorbo para mí.
- eres igual a tu madre Darah, siempre discutía con ella por protegerla
- esta muerta. Ni a si pudiste salvarla Arvel, ¿ves que es inútil?
-No hablo de una niñera Darah, hablo de un guarda espaldas- lo miro seriamente sin decir una palabra ni a favor ni en contra, pero está esperando mi respuesta
- y ¿cuál es la diferencia?
-Darah -mi tutor me miro fijamente esperando a que accediera
-Pero Arvel...-él seguía solo observándome
-está bien... ¿Quién será que tendrá el honor de morir por mí?... o en mis manos- por fin respondí
-adelante Zane- hablo Arvel mientras un chico alto, solo un poco fornido con cabello oscuro y ojos verdes entraba a la habitación, además que de presencia demostraba ser un arrogante e imbécil
Yo sabía perfectamente quién era.
-es enserió Arvel, ¿él? ¿Es una clase de broma de mal gusto?
¿Es un castigo para mí o para él?- respondí cruzando los brazos frente a mi pecho
- ¿lo conoces Darah?- preguntó confundido
- él fue quién me secuestro y casi me ahorca, no podría no conocerlo- respondí, Arvel miro al chico de inmediato y él me miraba con unos ojos muy abiertos, esto será divertido.
-¡¿la ahorcaste?!- dijo ahora enojado y en tono de reproche
- yo... mm sí, pero solo para sujetarla señor, no fue mi culpa, yo... La señorita... , solo cumplí lo que me ordenó señor- ante eso sonreí se podría decir casi de manera sínica viendo el nerviosismo del chico, esto me entretenía.
-ya es suficiente.- interrumpí su linda conversación
Bueno nos vemos mañana, Arvel, Lorcan y secuestrador -hablé despidiéndome con la mano, a punto de salir de la habitación y llegando a las escaleras.
-Darah, espera un momento él irá contigo
-¿Qué quieres decir?, me di la vuelta para mirarlo
- lo que escuchas, quiero decir que irá contigo, empieza en este momento y querida no le hagas nada por favor no estamos en condiciones de perder más gente.
- ¿me crees capas de algo así? -dije con tono sarcástico y fingiendo estar ofendida
-llevas sangre Argent, por supuesto que si, por eso lo digo.
- si, si, -rodé los ojos -pero no prometo nada- dije viendo al chico y continúe mi camino
-Por cierto, señorita, él se quedará en la habitación de Mike él estará algo "indispuesto" por un tiempo-habló Lorcan atrás de mi.
subí las escaleras con Zane pisándome los talones llegué a la habitación iba a cerrar la puerta, pero un brazo la detuvo antes de que lo hiciera
-aquí me quedo yo, me oíste, tu habitación esta al final del pasillo- dije apuntando en la dirección de la habitación de Mike
-si lo sé, también lo escuché, pero no debo quitarte los ojos de encima y no será difícil eres jodidamente hermosa.
- imaginaste confianza príncipe, no seas iluso haré que no llegues a la semana aquí- él solo sonrió desafiante
-sí, está bien- hablo poniéndose más cerca de mí- pero yo pondré las reglas del juego- dijo manteniendo esa estúpida sonrisa y acercándose aun más
-no te confundas, las reglas las pongo yo, aquí mando yo además ¿crees que no sé lo que haces?, ¿crees que no sé quién eres?
-a ver princesita -dijo poniéndose firmé frente a mí intentando intimidarme
-¿princesa?, yo soy la puta reina de esta casa-dije imitando su posición- ahora largo de aquí.
-creo que no me has entendido.
-Yo creo que sí y la verdad no me importa, has lo que quieras si no te vas tú, me tendré que ir yo
-¿a dónde desea ir la niña?-dijo sarcástico- sin mí no sales de aquí.
-dónde no te importa- respondí de inmediato
-bien si tantas ganas tienes pues iré contigo - rodé los ojos tomé mi bolso y me dispuse a salir por la ventana solo que había un pequeño detalle, había un chico bloqueándola
-quítate- dije molesto
-me ves cara de miedo
-¡quitate!
-a ver princesita te lo preguntaré una vez más, ¿dónde carajos vas?
-tanto que quieres saber voy a ver a mi novio, yo a ti no te debo explicaciones ¿conforme?
- de hecho sí, el famoso Lyndon Clark
-¿lo conoces?- pregunté mirándolo seria por un par segundos
-¿acaso alguien no?, asesino a 1 personas en el instituto, estuvo en la cárcel 2 veces y es un posible psicópata en desarrollo, suena a tu tipo de persona
-comprate una vida quieres- solté sin pensar
- yo conozco a cada persona que te rodea, a cada persona con la que has hablado, a cada persona que dices haber matado en tu vida aunque tu y yo sabemos que solo eres una blanca paloma que se cree cuervo además incluso conozco a quienes no deberías conocer.
-ahora aparte de secuestrador, acosador, no te falta ninguna.
-no vas a ir, te lo prohíbo, Arvel no lo acepta y yo no voy a permitirlo.
-tú no eres quién para prohibirme nada, ahora no seas un hijo de puta y hazte a un lado, acabó de pintar mi cuarto no quisiera decorarlo con sangre en especial si es tuya, no sabes el asco que me daría- él seguía sin moverse ni un centímetro.
-ya me cansé de esto, dije que no durarías aquí ni una semana, pero no me refería exactamente a que te despidan o renuncies entran todas las posibilidades incluso un asesinato, sabes muy bien que sería capaz de hacerlo.
saqué rápidamente una arma de mi bolso- un muy lindo regalo de cumpleaños de mi padre- y comencé a apuntar a Zane directo en la cabeza con solo unos míseros centímetros de distancia
-sabía que me darías una bienvenida así- dijo colocándose firme sin mostrar un signo de temor ante la acción que acababa de hacer
estaba con pistola en mano, pero por alguna razón no me atrevía a dar el tiro y él permanecía desafiante frente a mí
-muy lenta -Dijo Zane en una maniobra me sujeto del brazo haciendo que el arma cayera al piso y yo quedando con la espalda apoyada sobre su pecho con su brazo en el cuello dejándome inmóvil
-está bien, ya entiendo, eres muy fuerte- decía mientras intentaba soltarme de su agarré
-parece que no estás acostumbrado a tratar con personas de tu nivel- habló Zane mirándome con una sonrisa triunfante
-deberías empezar a entender que nadie esta a mi nivel, ahora por favor podrías salirte de mi habitación necesito ponerme el pijama, ya que no puedo salir quiero estar cómoda o talvez me duerma
-si claro, por fin nos estamos entendiendo- Zane salió de la habitación para darme privacidad, pero quedando apoyado en el marco de puerta esperando a que saliera
Iluso.
Tomé mi celular y a los minutos ya estaba fuera de la casa camino al café que había a un par de cuadras dónde me esperaba Lyndon hace más de 20 minutos.
Zane
-¿dijo pijama?- cuestioné
-¿no se fijó que hora es?- comprendí y entré rápido a su habitación, pero ella ya no estaba
-es una hija de puta- salí corriendo escaleras abajo, tome las llaves de mi camioneta que tenía estacionada afuera, subí y comencé a seguirla más bien buscarla, si se enteraban de que ya la había perdido, ya estaba muerto.
Estuve recorriendo las calles iluminadas y repletas de personas que hacían más difícil encontrarla.
Por la ventana de un café distinguí una figura con características de Darah, un liso y largo cabello negro con esa chaqueta negra de cuero y jeans negros rasgados en las rodillas, típica emo.
Observé desde una distancia prudente en la camioneta esperando a que salieran de aquel lugar.
No fueron más de un par de minutos para que se fueran del café.
Me escondí entre las sombras de un callejón, ahí los esperé y si lo pienso bien de hecho si parecía un verdadero acosador.
Darah y Lyndon pasaron por dónde yo estaba, tomé del brazo al otro chico y lo empujé hacia el callejón
-¿Qué mierda haces?- habló Lyndon quién se encontraba acorralado por mí y la pared
-Darah tiene prohibido verte, la traición no es algo que Arvel Dixon perdoné.
-¿Cómo sabes eso?- preguntó
-Sé más de lo que crees y mi trabajo es alejarla de ti- respondí
-por favor podrían no hacer una escena- ambos miramos a Darah por la interrupción a la conversación
-Alejate de ella y consideraré dejarte vivo - devolví mi mirada a él y amenacé
-Un novato como tú cree que puede contra mí, no me conoces en absoluto, no tienes ni puta idea de lo que puedo llegar a hacerte- observo a Darah y luego a mí- o lo que le puedo hacer a tu querida protegida-sonrió y solo me hizo enojar más.
-¿Qué te hace pensar que soy novato?
-Esto- dijo clavándome un cuchillo en el estómago me tuve que apoyar en la pared para mantenerme de pie con la mano presionaba la herida en un intento para hacer que la sangre dejará de correr
Mierda.
-luego me regresas el cuchillo, adiós amor- se despidió Lyndon de ella dándole un rápido beso y dejo a Darah con un chico herido en un callejón oscuro
Que gran hombre.
-¿En serio tenías que venir a buscarme?- me reprochó Darah como si fuera mi culpa, parece una niña mimada que no soporta la palabra no.
-Tenía que o tu tutor pedirá mi cabeza en una bandeja de plata- Darah lo miró y asintió
-Si suena a él, Ahora ¿cómo te llevó a casa?, dame las llaves del auto- las saqué de mi bolsillo y se las lancé
-¿Dónde lo dejaste?
-En el parque, que esta a como dos o tres cuadras de la cafetería.
-Definitivamente no, Voy a llamar a Aspen y Dante, ¿cómo carajos se supone que te llevé hasta allá sola?
- ¿no deberían llevarme al hospital?
- no, no te vas a morir
-pero...
-guarda espaldas y no aguantas una apuñaladita, débil.
Al cabo de unos minutos llegó un auto negro a recogernos dónde venían ambos chicos y pasaba más desapercibido que la camioneta que yo traía.
-¿Qué hiciste?- preguntó Dante
-¿Qué? No hice nada, vinieron sin que Arvel se diera cuenta ¿verdad?
-¿Crees que si lo supiera me habría dejado usar su auto?- respondió Aspen, apoyándose sobre el auto
-claro que no, bueno, gracias, pero necesito ayuda, Dante ven aquí
-¿qué pasa?-se me quedo observando a un lado bebiendo un café, mientras ella intentaba levantarme
-¡Ayudame a subirlo!- él solo la miro unos segundos, no dijo nada, le paso el café a Aspen me sujeto de los brazos y me subió al auto, no esperaba verme apuñalado en el primer día, eso era seguro.
-¿En serio Darah? - le reprochó a la chica que iba junto a mí presionando mi abdomen
-¿Qué?
Dante señala en mi dirección
-Yo no fui
-Menos de un día, me sorprendes, es nuevo récord, pero ahora la pregunta del millón ¿dónde lo enterramos? -habló Aspen sonriendo y comenzando a conducir, mis ojos se abrieron enormemente y no debería decir que tengo miedo aunque considerando el hecho de que estoy en un auto con chicos que han asesinado al menos a una persona en su vida, no pueden culparme de estar aterrado, no quiero morir, no así, soy demasiado joven y atractivo.
-no creo que vaya a morir- Dante dijo observando mi vientre, a pesar de la oscuridad de la noche su cabello se notaba con unos increíbles destellos dorados igual que los de mi madre.
-es cierto, fue gentil
- ¡¿gentil?!, tengo un maldito cuchillo perforando mi estómago, qué me hará terminar en un ataúd a quién sabe cuantos metros bajo tierra
-no seas dramático -habló Darah y colocó sus manos nuevamente evitando que la hemorragia continuará, su mirada se encontró con la mía -tienes unos hermosos ojos -pensé y es cierto sus ojos eran hermosos de un color café tan oscuro y tan mágico que podría mirarlos hasta el último de mis días y como voy no falta mucho, algunos dirían que los ojos de ese color no son lindos o son muy "corrientes" es solo porque no han visto los de ella, duramos así unos segundos hasta que ella apartó su mirada a la ventana y yo hice lo mismo.
- si, oye ese es mi papel -Aspen me dijo desde el asiento del conductor
Dante la seguía observando fijamente hasta que ella lo noto.
-¡Que yo no fui!
-Aja, ¿entonces quién fue?
-Lyndon
-Lyndon -repitió Aspen
-¿Lyndon?- Pregunto Dante
-Si, Lyndon
-Pero ¿como? Se supone que no lo puedes ver por obvias razones.
-No debo, pero al carajo sus reglas yo vivo mi vida, no dejaré que tenga ese poder sobre mi.
-Bueno eso es genial... creo, Mike no podrá participar en el "encuentro de familias" quizás ni siga con vida a final de la semana.
-¿Qué? ¿porqué?
-Traición
-¿Es una broma no?, ahora nos faltan dos, nos asesinaran a todos, no podemos perder, no contra ellos
-Exacto, entonces Zane bienvenido al juego, mejor dicho bienvenido a la Court.