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Chapter 3 - yo y tú

En la noche, Eliza intentó darle de comer a Eco un pequeño pedazo de carne, pero se sorprendió al ver que el pequeño esqueleto rechazaba el alimento con gestos de desaprobación y una expresión de incomodidad en su rostro.

Intrigada por la reacción de Eco ante la comida, Eliza decidió observarlo más de cerca. Notó que el pequeño esqueleto no mostraba ningún interés en ingerir alimentos sólidos. Reflexionando sobre la situación, decidió intentar con diferentes tipos de alimentos, explorando frutas, verduras y otros alimentos, buscando descifrar qué podría ser adecuado para Eco. Entre juegos y risas, Eliza se propuso descubrir los gustos y preferencias alimenticias del misterioso Eco para poder satisfacer sus necesidades de manera adecuada.

Con el paso de los días, Eliza notó que Eco parecía más cómodo con líquidos como sopas o jugos suaves. Aunque intrigada por la peculiaridad de Eco, decidió no forzarlo a comer algo que no le resultara natural. En cambio, se dedicó a preparar diferentes mezclas nutritivas, combinando ingredientes que pudieran brindarle los nutrientes necesarios para su bienestar.

Mientras tanto, Eco mostraba un gran interés por aprender. Absorbía rápidamente las enseñanzas de Eliza y desarrollaba un vínculo especial con ella. A pesar de la dificultad inicial para comunicarse, encontraron un lenguaje propio, basado en gestos, sonrisas y mucho cariño de por medio. La conexión entre ambos crecía día a día, convirtiéndose en una relación única y llena de confianza.

Con el tiempo, Eco comenzó a mostrar destellos de curiosidad por el mundo que lo rodeaba. Acompañado por Eliza, exploraba los alrededores con ojos llenos de asombro, señalando con sus manos cada detalle que llamaba su atención. Cada descubrimiento nuevo se convertía en una aventura emocionante para ambos, fortaleciendo aún más su vínculo.

A pesar de las dificultades iniciales, Eco demostró tener una inteligencia innata, mostrando habilidades sorprendentes para resolver problemas simples. Esto motivó a Eliza a buscar métodos creativos para estimular su mente, creando juegos y actividades que desafiaban la imaginación de Eco, impulsándolo a descubrir nuevas habilidades y capacidades. Entre risas y momentos de aprendizaje, su confianza se volvía más fuerte, formando una relación especial basada en el amor, la enseñanza y el crecimiento mutuo.