POV Rose
Me levanto muy temprano en la mañana y como es domingo decido ejercitarme un poco—¿me acompañas?—le pregunto al Espíritu y me responde que sí.
Salimos pues a las 5 de la mañana cuando es aún un poco oscuro y mis padres duermen pero como estaba con el Espíritu no tenía porque temer.
Quería tomar un poco de aire fresco. Entonces, voy trotando por el parque del residencial donde vivo cuando, veo a alguien sentado en una banca del parque con una gorra puesta y una mascarilla.
Paso frente a la banca donde esta y se me queda viendo haciendo que se me erice toda la piel—mejor me doy prisa—pienso, ya que no hay nadie más alrededor.
El hombre se levanta pero no me fijo hacia donde va así que, sigo trotando hasta llegar a la parte final del parque y me paro debajo de un árbol a descansar un poco.
—Ya casi sale el sol, quiero ver el amanecer contigo—le digo al Espíritu.
—Yo también—me contesta.
Sigo trotando pero escucho a alguien más detrás mío y volteo a ver quien es entonces, noto que es el hombre del parque, doblo hacia la izquierda para perderlo sin embargo, cuando volteo otra vez observo que no se desvía.
Cruzo hacia la derecha y me doy cuenta que me está siguiendo y me estoy sintiendo un poco cansada—necesito tomar un respiro—pienso aunque trato de no detenerme.
Regreso al parque con la esperanza de que haya alguien y para mi suerte hay dos personas más por lo tanto, me detengo y tomo un respiro.
El hombre me pasa por el lado, me observa fijamente y sigue trotando. Yo suspiro aliviada—es mejor ya irnos a casa Rose—expresa el Espíritu.
—Sí—manifiesto y me voy a casa.
Tan pronto como llego a mi hogar me encuentro con mi madre en la cocina preparando el desayuno—buenos días—le digo.
—Buenos días Rose.
—Oh, eso huele bien—le comento sonriendo pues tengo mucha hambre.
— Y ¿cómo te fue en tu caminata?—me pregunta mi madre.
—Eh bien, aunque alguien parece que me estaba siguiendo...
—¿Siguiendote?—dice—será cosas tuyas solamente Rose—añade y yo frunzo el ceño.
—No es así, realmente alguien me estaba siguiendo.
—¿Qué cosas dices Rose?—articula mi padre entrando a la cocina.
—Un hombre me estaba persiguiendo.
—¿y por qué alguien te perseguiría?—pregunta mi padre.
—No lo se—contesto sin más.
—Bueno, iremos adonde el señor Chad después del almuerzo.
—De acuerdo.
Voy hacía mi habitación a cambiarme, reviso el celular entonces, miro que hay un mensaje de Bily.
Bily en línea
Bily: hola Rose
Rose: ¡hola Bily!
Bily:¿cómo estás?
Rose: estoy bien y tu?
Bily: muy bien. Me alegra saber que estás bien.
Estaba escribiendo para contestarle a Bily cuando siento que alguien me sopla en la mejilla—¿Espíritu?—me sorprendo viendo lo que ha hecho él.
Rose:que bueno que estas bien.
Bily: hay algo que quiero hablar contigo si pudiéramos reunirnos...
Rose: esta bien, podemos por un café, te lo debo.
Bily: ¡si! y esa foto que tienes de perfil esta muy bonita, realmente eres hermosa.
Me ruborizo al leer el mensaje y comienzo a sentir unos toques en mi espalda y mis pies que me dan cosquillas—ja, ja, ja—no puedo parar de reír—Espíritu, ¡Espíritu!—le digo tratando de contenerme y se detiene.
—Es que, ¿estas celoso?—le pregunto.
—Si—articula tímidamente.
—Eres muy tierno ¿lo sabías?—le comento—ya dejaré de hablar con él, ¿contento?
Dejo el celular en la cama y me desvisto para irme a duchar. Estoy enjabonando la esponja de baño para estregarme cuando escucho algo afuera por la ventana del baño. Me envuelvo en una toalla y abro la ventana para mirar que sucede pero no hay nadie.
—Te están vigilando—manifiesta el Espíritu—así que, ten cuidado.