NOTA: Los derechos de las series Neon Genesis Evangelion y Black Lagoon NO me pertenecen. Esta historia fue escrita sin fines de lucro, solo como medio de esparcimiento. No me demanden.
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Chang miraba a Shinji con la boca abierta, sus gafas de sol parcialmente caídas por el puente de su nariz y su cigarrillo ya totalmente olvidado caído a sus pies. Por su parte, Shenhua estaba tan sorprendida como el propio Chang, mirando apreciativamente al chico, con su sonrisa un poco más amplia. A una prudente distancia, Misato miraba con algo de preocupación el intercambio de ese grupo de mafiosos y ex-mafiosos y no le agradaba para nada que Shinji estuviera justo en medio de ellos; ni mucho menos la mirada que esa mujer del vestido chino le estaba dando a su hasta ahora amor platónico.
Por su parte, Shinji miraba con algo de preocupación el intercambio que sucedía frente a él. Por un lado el Sargento Boris no se veía muy feliz al hacerle saber a esos desconocidos sobre el golpe que le dio en un entrenamiento. Eso quería decir que la próxima sesión con él sería un poco más dura de lo habitual, lo que tampoco era tan malo, así podría probarse a sí mismo para ver cuanto más había mejorado. En cuanto a la Capitán Balalaika, esta parecía muy divertida, lo era bueno para todos. Lo que realmente preocupaba a Tercer Elegido era la cara de los dos invitados del mal nacido de su padre. El tipo llamado Chang lo estaba mirando como si acabara de crecerle una segunda cabeza y la bella mujer con acento lindo, lo miraba con unos ojos muy similares a los que le daba la Capitán en algunos momentos. No pudo dejar de estremecerse.
Shinji fue sacado de sus cavilaciones cuando Chang se fue sobre él en un rápido movimiento. Se tensó de inmediato, pero no vio hostilidad; de hecho, se acercó a él con una radiante sonrisa en los labios, poniéndole amigablemente una mano en el hombro, mientras que con la otra le estrechaba fervientemente una mano.
— Muchacho, estoy realmente impresionado. Si lograste golpear a Boris, entonces debes ser muy competente — comentó un alegre Chang, que era todos sonrisas.
— Eehhh… no es para tanto. De verdad — dijo un nervioso Shinji, algo superado por el entusiasmo del hombre con gafas de sol.
— No te restes merito, Shinji. No cualquiera puede asestarle un golpe a Boris — dijo una divertida Shenhua, aumentando un poco más su sonrisa.
— Shenhua tiene razón — afirmó Chang con seriedad — Podrías mandar a Boris a pelear la Tercera Guerra Mundial armado solo con un cuchillo y regresaría victorioso. Es uno de los tipos más duros que he conocido en mí vida, créeme. No te restes méritos — dijo Chang, para luego mirar a Shinji fijamente por unos segundos — ¿Te gustaría trabajar para mí?
— ¿Eh? — fue todo lo que pudo responder un descolocado Shinji.
— Sí, solo piénsalo. Podrías salir de este agujero, vivir en un lugar exótico, buena paga y bellas mujeres a tu disposición para lo que tú quieras. Si sabes a lo que me refiero — añadió Chang lanzando su oferta, con una sonrisa pícara en los labios.
La carpeta cayó de las manos de una horrorizada Misato y los papeles se desparramaron a sus pies, en cuanto esta escuchó la oferta del jefe de la Triada China. Los tres operarios junto a ella estaban igual de sorprendidos que la morena, sin poder evitar girar la cabeza para mirar lo que estaba ocurriendo ahí. Shenhua levantó una ceja, mientras que Boris estrechó la mirada.
— ¿Le estás ofreciendo trabajo a uno de mis subordinados delante de mí? — preguntó una incrédula Balalaika, con una mirada asesina en los ojos.
— Tranquila — dijo Chang levantando las manos en son de paz — No puedes culparme por intentarlo. Tú hubieras hecho lo mismo en mi lugar — añadió mientras pasaba un brazo por sobre el hombro de Shinji, mientras le palmeaba el pecho con la mano, antes de acercarse un poco para susurrarle al oído — Llámame si te interesa.
Con eso, Chang se alejó de un sorprendido Shinji que aún estaba tratando de comprender todo eso, momento en que Balalaika se acercó a él, metiendo su mano en el bolsillo de su camisa, tomando la tarjeta que Chang había deslizado diestramente ahí, mientras le palmeaba el pecho. La rubia rompió en pedazos la tarjeta antes de arrojarlos al suelo mirando fijamente a Chang, que simplemente amplió un poco su sonrisa juguetona.
— No te pases de listo. El que estés aquí invitado por el hijo de puta de Gendo Ikari, no evitará que te meta una bala entre los ojos si sigues con tus estupideces — amenazó Balalaika mirando a Chang con ojos como dagas y el rostro deformado en un rictus de furia.
Shinji estaba blanco como el papel, congelado en su lugar mirando a la rusa, que parecía estar por saltar a desgarrarle el cuello al hombre frente a ella. Unos pasos atrás de Chang, Shenhua se tensó y estrechó la mirada, evaluando la situación y preparándose para actuar ante el siguiente movimiento de su jefe. Boris estaba tan tenso como Shenhua, habiendo ya pasado por su mente un par de escenarios probables, mientras deslizaba discretamente un cuchillo desde la manga de su camisa a una de sus manos, listo para lanzarlo y bajar a Shenhua, antes de apoyar a su Capitán contra Chang. Un poco más atrás, una preocupada Misato se acomodaba lentamente para alcanzar su pistola SIG-Sauer P220, desde su pistolera bajo el brazo, oculta por su chaqueta roja de NERV.
Chang miró seriamente a Balalaika, sosteniendo la fiera mirada de la mujer sin ningún problema. Se produjo un tenso silenció en el Centro de Mando por unos segundos que parecieron interminables, hasta que Chang estalló en una sonora carcajada, logrando disipar de golpe la tensión que había caído en el lugar.
— Esto me trajo recuerdos — comentó Chang entre risas — Solo faltan los Holandeses, los Italianos, los del Cartel Colombiano y unos cuantos disparos para una reunión como en los viejos tiempos.
— Je, sí, es verdad. Echo de menos eso — comentó Balalaika, esbozando una pequeña sonrisa.
Shenhua y Boris se relajaron al ver que las cosas no iban a pasar a mayores, mientras que un poco más atrás, Misato dejó escapar un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, haciendo nota mental de comentar esto con Kaji y Ritsuko apenas tuviera algo de tiempo. Por su parte, Shinji aún seguía blanco como el papel, pero al igual que Boris y Shenhua, relajó su postura, ya que también se había tensado al intuir que estaba por comenzar un tiroteo al más puro estilo del "Ok Corral", versión NERV.
— Bien, volviendo a los negocios. ¿Podríamos ver eso que te comenté? Shenhua debe encargarse de ese asunto esta noche — comento Chang, recobrando la compostura.
— Hablemos de eso en mi oficina — dijo Balalaika cortante, antes de mirar a Misato — Katsuragi, los informes están en orden, puedes procesarlos. Veremos el resto mañana por la mañana.
— Sí señor — respondió la morena con resignación, sabiendo que tendría que quedarse como mínimo un par de horas más para procesar todo ese papeleo.
Luego de escuchar la escueta respuesta de una resignada Misato, Balalaika le dio un leve asentimiento de cabeza a Shinji a modo de despedida, antes de iniciar la retirada seguida de Boris, que también se despidió con un asentimiento de cabeza. Chang miró al joven Piloto EVA con una sonrisa y se despidió con un gesto de mano. Shenhua se quedó viendo fijamente a Shinji por unos segundos, antes de dedicarle una mirada deseosa y una sonrisa sensual. Susurró la palabra "Bye" y se despidió con una mano, antes de voltearse y caminar con un sugerente bamboleo de caderas en su camino a la salida del Centro de Mando.
Misato sintió que los pelos se le erizaban de rabia al ver la descarada insinuación de esa mujer para con Shinji. No pudo evitar acercarse a su interés amoroso sin apartar los ojos de Shenhua, para ponerle una mano en el hombro en forma posesiva, como para asegurarse de que él seguía ahí y no iba a ir tras esa "puta". Por su parte, Shinji solo estaba ahí parado como un idiota, apenas creyendo que una mujer tan hermosa como Shenhua se le estuviera insinuando a él, de todas las personas. O ella se estaba burlando descaradamente de él, o tal vez lo estaba probando por alguna razón que no podía imaginar. Tan metido estaba en esa reflexión, que ni se dio cuenta de que Misato ahora estaba junto a él y que le puso una mano en el hombro, mientras taladraba con la vista a mujer que iba en retirada.
Shenhua se detuvo un momento antes de salir y se volteó para darle una última mirada al chico que había despertado su interés, deseosa por ver si su insinuación y su bamboleo de caderas habían tenido algún efecto en él. No pudo dejar de levantar una ceja ante lo que vio. Shinji estaba ahí de pie, indudablemente tocado por sus descaradas insinuaciones, pero en ningún caso desarmado. Lo que llamó su atención fue la actitud de la mujer que esta junto a Shinji, con una mano en su hombro en forma bastante posesiva y que le devolvía una mirada furibunda, como si se hubiera metido con algo de su propiedad.
— Mmhhh — exclamó Shenhua levantando un poco más la ceja apreciativamente, preguntándose quién era esa mujer. Entonces sus ojos se abrieron en comprensión ante la actitud posesiva de la mujer. "¿Podría ser ella?" se preguntó.
La sonrisa en los labios de Shenhua aumentó un poco más, junto con su interés por Shinji Ikari. Si sus sospechas eran correctas, esa mujer de cabellera oscura, bien podría ser la fuente de la experiencia sexual del chico. Se retiró del lugar con una idea ya formándose en su mente, junto con una sonrisa depredadora en los labios. Mientras, atrás en el Centro de Mando, Shinji aun trataba de procesar todo eso, a la vez que el ceño arrugado se Misato se intensificó.
— ¿Quién demonios se cree esa estúpida? — masculló Misato bastante molesta.
Shinji salió de sus reflexiones ante las venenosas palabras de la morena, recién cayendo en cuenta de que esta ahora estaba junto a él y que le apretaba en hombro un poco demasiado fuerte.
— ¿Misato? — preguntó, curioso.
La aludida desvió la vista al chico junto a ella. Una serie de pensamientos pasaron por la mente de la ex–Directora de Operaciones, ninguno de ellos demasiado bueno. Suspiró pesadamente y le dedicó una seria mirada al joven Ikari.
— No me gusta esa mujer. Es una descarada y el que esté acompañando a ese hombre me da muy mala espina. Mantente alejado de ella; y de ese sujeto Chang también — demando Misato.
Shinji miró con algo de sorpresa por la demanda de Misato, pero al ver su seria mirada y considerar sus palabras, no pudo evitar que se formara una sonrisa en sus labios. La preocupación de Misato por él era palpable. Por alguna razón eso le calentó el corazón.
— Tranquila Misato. A ese sujeto Chang nunca antes lo había visto y no creo que lo vuelva a ver. Sobre esa mujer, Shenhua; bien, solo me topé con ella por accidente. Estaba perdida y la acompañé a la cafetería, nada más — comentó Shinji, antes de añadir — Tú mejor que nadie sabe lo grande que es este lugar. Siempre te pierdes.
Misato le dedicó una mirada entre ofendida y avergonzada al Tercer Elegido.
— Vamos, esta mañana escuché por el sistema de altavoces que llamabas a la Doctora Akagi. Siempre la llamas cuando te pierdes — comentó divertido.
Misato se cruzaba de brazos y miró a un lado, haciendo un puchero como si fuera una niña pequeña.
Shinji no pudo dejar de apreciar a la mujer y lo linda que se veía con esa mueca tan infantil. Su corazón se calentó aún más ante las actitudes de Misato. Ella podía ser realmente infantil por momentos, otros totalmente serie y responsable, pero había algo en ella que no cambiaba y es que se preocupaba por él. Le gustó sentir ese aprecio genuino por parte de Misato y se sorprendió queriendo sentir un poco más de eso.
Algo se removió en lo más profundo de Shinji, miró a un lado y tosió forzadamente en su mano a modo de distracción, cuando sintió que sus mejillas se calentaban en el momento que ese pensamiento se deslizó en su mente. Era una mezcla entre agradable y algo aterrador, pero aterrador en el buen sentido. Espera, ¿tenía sentido eso? La mente de Shinji estaba entrando en cortocircuito cuando vio una carpeta y unos papeles desparramados por el suelo, y se fue sobre ellos para escapar de esos pensamientos que lo hacían sentir cosas agradables que se supone no debería sentir.
Misato vio como Shinji pareció casi huir de su lado y levantó una ceja ante ese movimiento, hasta que lo vio acercarse hasta la carpeta y los papeles que ella había dejado caer al suelo momentos antes. Se acercó a él cuando ya terminaba de recoger los papeles.
— Gracias Shinji. Los dejé caer por accidente hace un momento — dijo Misato extendiendo una mano para tomar los papeles de las manos del chico.
— Esos son muchos papeles — comentó Shinji mirando la gruesa carpeta que ahora estaba entre las manos de la mujer.
— No me lo recuerdes. Debo procesar todo esto antes de irme a casa — comentó Misato con toda la resignación del mundo, ante las aburridas horas de trabajo administrativo que tenía por delante.
— ¿Puedo ayudar en algo? — preguntó Shinji.
Misato le devolvió la mirada al joven Piloto EVA y solo pudo ver sinceridad en sus ojos. Él en verdad quería ayudar. El corazón de Misato se remeció ante esa intensa mirada y su mente le volvió a decir que estaba totalmente enamorada de este adolescente, que se estaba transformando en un hombre frente a sus ojos; un hombre que quería para ella.
Shinji dio un par de pestañadas cuando repentinamente sintió como un brazo pasaba por sus hombros aprisionándolo contra la mujer junto a él y como esta lo obligaba a caminar junto a ella hacia la salida del Centro de Mando. Por su parte, Misato miraba al frente con una sonrisa en los labios, concentrándose en caminar para tratar de apartar el sonrojo que sentía en las mejillas y las ganas se abrazar y besar a este joven que había logrado moverle el piso de una forma que nadie antes había podido, ni siquiera el idiota de Kaji. Bien, lo estaba abrazando en ese momento, pero no como quisiera, pero peor es nada.
La pareja salió del Centro de Mando, dejando a un trio de congelados operarios que apenas creían lo que habían escuchado y visto en ese lugar. El trío sabiamente decidió guardar silencio y no comentar absolutamente nada de lo visto o escuchado, seguros de que si lo hacían la mierda les llegaría hasta el cuello.
Afuera del Centro de Mando, Shinji seguí siendo arrastrado por una algo tensa Misato, si podía adivinar por el rostro de la mujer.
— Misato, ¿está todo bien? — preguntó Shinji un tanto preocupado, logrando con eso que ella dejara de apretarlo tanto, ya un poco más calmada.
— Estoy bien, gracias por preocuparte — respondió ella con un una sonrisa sincera — Y gracias por ofrecerte a ayudar, pero esto es algo que solo yo puedo hacer, pero nuevamente gracias por la intención. Eso fue lindo de tu parte — añadió ampliando su sonrisa.
— Oh, bien. Supongo que entonces iré a mi departamento a descansar — respondió Shinji con algo de resignación.
— ¿Pasa algo? — preguntó Misato, curiosa por ese comentario.
— Bien… vivir por mi cuenta es interesante. Ya sabes, tengo la libertad de hacer lo quiera cuando quiera y todo eso, pero hay veces que me siento un poco solo — comentó Shinji mirando hacia el suelo.
El corazón de Misato se apretó al escuchar esas palabras y sintió ganas de atrapar al joven en un abrazo de oso, diciéndolo que no está solo, que la tiene a ella, pero se mordió la lengua. No era el momento, primero había una perra rusa cicatrizada que sacar del medio, luego tratar de hacer las paces con la diferencia de edad… rayos, había muchas cosas de por medio. Suspiró.
— Siempre puedes venir de visita al departamento. También puedes quedarte a pasar la noche si quieres. Tu cuarto sigue ahí. No creo que Asuka le moleste. Puedo ver que se llevan mucho mejor ahora — comento Misato.
Shinji le devolvió una mirada sorprendida y una sonrisa se formó en sus labios.
— ¿Te parece que vaya mañana? Podría preparar la cena. ¿Qué tal Katsudon? — preguntó Shinji.
La sonrisa de felicidad de Misato fue respuesta más que suficiente para el Tercer Elegido. Luego de afinar unos detalles ambos se despidieron y se fueron por caminos separados. Misato fue rumbo a su oficina con una radiante sonrisa, las mejillas sonrojadas y el corazón bombeando como loco. Sabía que se estaba comportando como una adolescente que tenía su primer enamoramiento, pero no le importó, se sentía bien. Shinji la hacía sentir bien. Sabía que esto era una locura, pero sabía también que ya no había vuelta atrás para ella.
Por otro corredor de NERV, que llevaba al ascensor que lo sacaría de las instalaciones, Shinji iba con una sonrisa en los labios. La perspectiva de ir al departamento de Misato y compartir con ella y Asuka le hizo sentir bien. Pasar tiempo con ellas, preparar la cena para todos y quedarse a pasar lo noche ahí como en los viejos tiempos, era muy atractivo, pero había algo que lo hacía mucho más atractivo y es que Misato estaría ahí.
Pensar en Misato de un tiempo a esta parte le traía sentimientos bastante cálidos. Aun recordaba el día en que ella estaba esperando fuera de su departamento con un poco de comida preparada para ambos. Ese recuerdo por alguna razón le calentaba el corazón. Le gustaba pasar tiempo con ella, se sentía bien, se sentía… ¿especial? Shinji arrugó el entrecejo. ¿Desde cuándo se sentía así con Misato? No lo tenía claro. Desde que la Capitán Balalaika había llegado a NERV, su vida había sido un verdadero carrusel de emociones y vivencias. Todo su tiempo se dedicó al entrenamiento y a satisfacer los apetitos sexuales de la Capitán, cuando esta se presentaba en su departamento. No es que se estuviera quejando, todo lo contrario, es solo que ahora que disponía de un poco más de tiempo, podía tomarse las cosas con más calma y Misato de pronto saltó ante él.
Shinji en verdad no sabía qué pensar sobre esto. ¿Había algo mal con él? No podía dejar de pensar que desde que la Capitán Balalaika lo honró al hacerlo su amante, había estado mucho más receptivo al atractivo de las mujeres. Como todo buen joven que se precie de tal, le interesaban las chicas de su edad. Ver esas jóvenes y virginales chicas pululando a su alrededor en la escuela era muy estimulante de un tiempo a esta parte. ¿Será porque ahora sabe lo que hay y sabe lo rico que es? Posiblemente. También es posible que solo sea la testosterona que le brota hasta por los poros, pero también es cierto, que más que las chicas de su edad, las que en verdad llamaban su atención son las mujeres adultas. ¿Acaso el estar con la Capitán Balalaika había despertado en él un fetiche por las mujeres mayores? ¿Será por eso que Misato estaba saltando a su mente últimamente? Misato es muy linda, hay que decir, y se preocupa por él.
Shinji dio un golpe de puño en la metálica pared del corredor mientras bajaba la cabeza y daba fuertes respiraciones para tratar de calmarse y sacar la mente de la cuneta. No debía pensar así de Misato, ni de todas las mujeres en general, por muy lindas que sean. Eso le hizo recordar que Shenhua tenía unas piernas hermosas, largas, torneadas y suaves. Al menos se veían suaves.
Volvió a golpear la pared negando con la cabeza.
— Creo que en verdad necesito esa charla con el instructor de Asuka — comentó Shinji apretando el botón del ascensor que lo sacaría a la superficie.
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— ¿Puedes repetir eso? — preguntó Balalaika con ojos estrechos, mientras mordía con fuerza su costoso habano cubano.
— Me gustaría que Shinji fuera mi acompañante esta noche — volvió a decir Shenhua, con una sonrisa en los labios.
Balalaika estrechó los ojos mientras echaba volutas de humo por la boca. Boris miraba con ojos estrechos a la mujer de pie junto a Chang, que simplemente mantenía la sonrisa, sosteniendo la mirada afilada de Balalaika. Chang ladeó un poco la cabeza estudiando a Shenhua, tratando de leerla. Esta desvió la vista y sus miradas se cruzaron por unos segundos. El líder de la Triada China pareció comprender a su subordinada, ya que amplió su sonrisa y devolvió su vista a la rusa malas pulgas sentada tras su escritorio.
— ¿Sabes qué, "Cara Frita"? No es una mala idea. El chico se ve competente, ha vivido en este lugar por más tiempo que tú y tu gente, por lo que debe conocer la ciudad mucho mejor. Además, golpeó a Boris — comentó Chang con una radiante sonrisa, señalando con ambas manos al fornido Sargento de pie a un lado de la rusa cicatrizada, para apoyar la idea de su subordinada.
Boris masculló algo por lo bajo mientras rodaba los ojos, molesto, preguntándose mentalmente por cuánto tiempo más le iban a restregar eso en la cara. Por su parte, Balalaika mordió con más fuerza su habano mientras estrechaba los ojos, considerando la idea.
Para Balalaika no había pasado desapercibido el que Shinji había llamado la atención de Shenhua. Conocía bastante bien a esta mujer y sabía que era tan corta de genio como ella, por lo no aguantaba idioteces de nadie, ni mucho menos se dejaba enredar por cualquier idiota que se le cruzara por delante. No por nada había un conteo bastante elevado de hombres en Roanapur, fileteados por sus cuchillos al tratar de dárselas de galán con ella, o lo que es peor, pasarse de listos. ¿Entonces por qué ella se había fijado en Shinji, de todas las personas?
— ¿Por qué pides a Shinji como escolta en vez de uno de mis Vissotoniki? Mis camaradas están mucho mejor preparados para este tipo de trabajo — preguntó Balalaika mirando fijamente a la mujer ante ella.
— Digamos que logró despertó mi interés. Hay algo sobre él que me hace sentir que tiene un gran potencial y que estaría a la altura del trabajo — dijo Shenhua con total sinceridad, mirando fijamente a Balalaika, antes de añadir — Además pagó mi comida; y bien, es algo lindo.
La rubia cicatrizada estudió a Shenhua con la mirada, buscando algún indicio de que ella estuviera mintiendo en su declaración, pero todo parecía en orden. Exhaló una nueva voluta de humo.
Para Balalaika estaba más que claro que Shinji es alguien bastante especial. No solo es un joven con mucha energía para quemar, también aprende rápido; lo que lo había convertido en un amante muy competente para su corta edad. Junto con eso, él también había cambiado totalmente su actitud luego de esa dura charla dada por el Sargento Boris. Desde ese día Shinji Ikari había hecho una meta personal superarse a sí mismo y dejar atrás el alfeñique llorón que fue una vez, y vaya que lo estaba logrando. El chico ahora tenía una columna vertebral bien formada, había tomado su entrenamiento militar con toda el alma, demostró lo que valía en el campo de batalla y fue capaz de arriesgar su vida, yendo al mismo infierno, al saltar en la caldera de un volcán para ir en ayuda de un camarada en apuros. El chico valía su peso en oro, pero había algo que faltaba.
Pese a todos sus logros en el campo de batalla, pese a ser un amante formidable en la cama para su corta edad, Shinji seguía siendo inocente y era necesario que perdiera esa inocencia. Ya había dado el primer paso una noche cuando fue a su departamento y luego de follarlo hasta volarle los sesos, le contó quien era ella en verdad. Le contó sobre su pasado como militar, como su país se había cagado en ella y sus subordinados luego de tantas guerras libradas en nombre de la madre Rusia. Le contó cómo ella había tomado a sus camaradas, habían ingresado a la mafia rusa y su posterior aterrizaje en "Hotel Moscow". Le contó también sobre las atrocidades que debió hacer para establecerse en Roanapur, antes de llegar a NERV. Shinji se había sorprendido, pero lo tomó mejor de lo que esperaba, porque él ya sospechaba algo por el estilo. El chico no era tonto y eso le gustaba.
Le comentó a Shinji esa noche que ella no estaría por siempre en NERV, así como sus sospechas de que una guerra que estaba por estallar en sus narices. Una guerra que ella no tenía la intención de perder. Shinji quedó con muchas cosas en que pensar esa noche y sabía que esas cosas aun daban vueltas en su cabeza. Eran verdades que el chico debía conocer y asimilar antes de que eso llegara para morderles el trasero a todos en NERV. Eso la llevaba al punto principal de esto, que Shinji perdiera su inocencia.
Shinji necesitaba estar listo para cuando llegara el momento. Ella lo supo cuando vio a Gendo Ikari por primera vez. Ese hijo de puta los traicionaría a todos; a su hijo, sus subordinados, al mundo entero si era necesario. Lo vio en sus ojos, pero no es como si ella no estuviera haciendo lo mismo. Gendo los iba a traicionar, pero ella traicionaría a Gendo de regreso; y no solo a Gendo. También pensaba traicionar a esa tropa de fósiles que se habían contactado con ella. Todos se iban a apuñalar en la espalda mutuamente. Eso iba a ser algo muy interesante de ver. Es por eso que necesitaba que Shinji estuviera de su lado y listo para hacer lo necesario, cuando tuviera que hacer frente a Gendo Ikari y a los ancianos, porque sabía que ese día iba a llegar más pronto que tarde. Era necesario que Shinji viera las verdades de la vida.
— ¿Capitán? — preguntó Boris, un tanto preocupado porque la mujer llevaba demasiados minutos perdida en sus pensamientos.
— Sargento… ¿cree que Shinji está listo para lo que conversamos? — preguntó Balalaika.
Boris se tensó. Sabía muy bien lo que su Capitán preguntaba. Habían conversado mucho sobre eso. Shinji era competente pero aún le faltaba pasar por una batalla real, no con Ángeles, sino una batalla con personas reales, jugarse el pellejo y hacer lo necesario, perder la inocencia. Necesitaban que estuviera listo, si lo que su Capitán vaticinaba en un futuro cercano llegaba para morderlos. Shinji debía estar listo para no dudar en el peor momento.
— Está preparado, Capitán. Acompañar a Shenhua en este encargo puede ayudarlo a darle el toque de realidad que le falta y descubrir sus capacidades en un ambiente real. También estamos aquí para apoyarlo si lo necesita cuando termine este encargo — afirmó el Sargento, pensando en si el chico se veía en la necesidad de tomar una vida. No creía que eso pasara esta noche, pero siempre es una posibilidad. Aun así, era algo a manejar en algún momento, de preferencia pronto.
— Perfecto. Llámelo y dígale que se presente aquí de inmediato — dijo Balalaika a Boris con una sonrisa depredadora, antes de mirar fijamente a la mujer frente a ella — Bien Shenhua, lo tienes. Shinji será tu escolta esta noche. No necesito recordarte que ese chico es muy importante para NERV. Si le llega a pasar algo, te mataré — añadió la rusa con toda la naturalidad del mundo, dejando su pistola Makarov sobre el escritorio para reafirmar su punto.
La sonrisa de Shenhua desapareció de sus labios ante la afirmación de la ex-líder de "Hotel Moscow". Desvió la mirada hacia su jefe, el cual solo la miró levantando una copa de sake.
— El chico fue entrenado por Boris, sabrá cuidar de si mismo, no te preocupes Shenhua. En última instancia, tú misma puedes cubrirle la espalda — dijo Chang con una sonrisa, dando por sajando en asunto, bebiendo el sake de un trago — Oye, en realidad este sake no está nada mal.
— Te lo dije "Baby". ¿Quieres otro poco? — preguntó una divertida Balalaika levantando una botella que descansaba junto a ella en su escritorio.
Chang asintió de buena gana, extendiendo su copa para que la rubia la volviera a llenar, mientras Boris hablaba por teléfono con Shinji ordenándole volver a NERV de inmediato. Shenhua solo veía todo eso preguntándose si fue buena idea pedir a Shinji como escolta esa noche.
El chico había despertado su interés por distintas razones y tenía una genuina curiosidad por ver hasta dónde podía llegar. El saber que Boris lo había entrenado personalmente solo despertó aún más su curiosidad. Por otro lado, ardía en deseos por sacarle los detalles escabrosos de su aparente experiencia con las mujeres y si esa mujer de largo cabello oscuro que estaba junto al él, marcando su territorio, fue la que había tomado su virginidad. Sí, era un buen plan en el papel, hasta que la perra de Balalaika la amenazó de muerte si algo le pasaba al chico.
Bien, no es como si fuera la primera vez que su cuello pendía de un hilo. Siendo sincera, era más probable morir por una bala perdida en el "Bandera Amarilla", que de una bala entre los ojos por parte de Balalaika. Aun así no dejaría las apuestas abiertas. Cuidaría bien al chico… o solo lo necesario para ver de lo que es capaz.
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Shinji caminaba junto a Boris por los corredores de NERV rumbo al gimnasio, donde estaban ahora algunos de los hombres de la Capitán Balalaika. Hace solo unos minutos había recibido una llamada del Sargento solicitándole que volviera de inmediato a NERV, justo cuando él había puesto un pie en la calle. Al regresar y entrar en la oficina de la Capitán se encontró con ese hombre, Chang y la mujer Shenhua, momento en que se enteró que sería la escolta de esa mujer mientras ella hacia un "encargo" por la cuidad para el sonriente hombre con las gafas de sol.
La mirada de Shinji se estrechó. Sabía quién era ese hombre. La Capítan lo había mencionado esa noche, luego de aparecer en su departamento y follarlo hasta casi matarlo. Cuando se estaban recuperando del ejercicio, ella le había contado la verdad sobre quién era ella, su pasado en el ejército Ruso y su paso por la mafia rusa. La verdad no fue sorpresa conocer eso. Desde hace un tiempo que había visto muchos indicios que apuntaban a eso y en el fondo agradecía que esa huraña mujer confiara lo suficiente en él como para decirle la verdad. Ciertamente ella no le contó todo eso por cariño o algo así. Cómo todo en la Capitán Balalaika, había una razón de fondo para eso. Con el tiempo aprendió que ella no daba puntada sin hilo. Todo lo que esa mujer hacia tenía un objetivo de fondo, el tener sexo con él también, aunque no podía adivinar por qué. Aun así, no podía estar molesto con ella.
Gracias a esa mujer, él había conocido al Sargento Boris y se le dio la oportunidad de cambiar. Había mejorado como persona y como soldado. Ahora era capaz de cosas que nunca antes hubiera imaginado. Le gustaba ese cambio en él, le gustaba el poder dejar atrás al alfeñique llorón que fue una vez. No lo hubiera logrado sin la ayuda del Sargento Boris, que lo guió a punta de golpes y patadas por todo el camino, pero no hubiera cambiado eso por nada. Le gustaba entrenar con el Sargento Boris y quería ser como él. Le gustaba el sexo con la Capitán Balalaika, aunque no tenía claro la razón, ni cuánto duraría eso. Le gustaba el camino que seguía su vida, pero ahora estaba por tomar un rumbo distinto. Ese sujeto Chang y esa mujer Shenhua eran parte del pasado mafioso de la Capitán, y ahora debía escoltar a esa mujer en un "encargo" por la ciudad. ¿Era esta una especie de prueba para él? ¿Era esta la razón de que ella le contara todo eso sobre su pasado?
Shinji volvió a recordar esa noche, cuando totalmente agotado y sudoroso por la maratón de sexo que habían tenido, descansaba entre las piernas de la Capitán, apoyando la cabeza en sus senos, mientras ella lo rodeaba con un brazo y fumaba uno de sus habanos. Ella parecía un tanto perdida luego de contarle sobre su pasado, hasta que volvió a hablar:
"No voy a estar para siempre en NERV, Shinji. Esta es una guerra que nunca imaginé que libraría, pero ya que se me presentó la oportunidad, lucharé y saldré victoriosa. Luego de eso seguiré mi camino. Tal vez vuelva a Roanapur, tal vez vuelva a la madre Rusia, o tal vez vaya a otro lugar. Cuando eso pase, tal vez te tome y te lleve conmigo"
Shinji era consciente de que no había nada romántico en esas palabras. Si seguía a esa mujer, sería como uno más de sus subordinados. Desde ese día le daba vueltas a esa declaración y eso lo traía al presente. ¿Esta era una prueba para ver si era capaz de ser uno de sus hombres en el futuro? ¿La seguiría si ella se lo ordenaba? No podía negar que pese a todas las alarmas que se disparaba en su cabeza, sentía aprecio por esa huraña mujer. Gracias a ella su vida había cambiado para mejor y es por eso que sentía que la idea de seguirla era algo atractiva, aun sabiendo cuál sería la línea de trabajo y el peligro que conlleva. ¿Había algo mal con él por considerar atractiva esa idea? ¿Había algo mal con él por haberle tomado el gusto a este tipo de cosas? ¿Podría dejar todo atrás para seguir a la Capitán en esa vida de acción y peligro?
— ¿Algo te molesta? — preguntó Boris dándole una seria mirada al joven Ikari, ya que desde que dejaron la oficia de la Capitán el chico había estado metido en sus pensamientos.
Shinji fue apartado de sus pensamientos por las palabras del fornido hombre junto a él. Las ideas seguían pasando por su mente frenéticamente: Las palabras de la Capitán esa noche, el cambio que él había experimento en este tiempo, el coqueteo con la idea de seguir a la Capitán si ella decidía irse de NERV, el "encargo" en que debía acompañar a esa mujer Shehua por la ciudad, que se sentía más como una prueba. Tampoco podía dejar fuera de esto, lo que había pasado hace algunos minutos atrás con Misato. Se sorprendió por los agradables pensamientos que tuvo para ella y eso lo había estado mordiendo hasta que recibió la llamada del Sargento Boris, que lo hizo regresar a NERV. Eran muchas cosas las que comenzaron a dar vueltas en su mente en muy poco tiempo. Negó con la cabeza. Tenía que calmarse y enfocarse primero en lo que tenía por delante. Ya habría tiempo para pensar en las demás cosas.
Shinji detuvo su andar. Boris también se detuvo y miró al chico interrogante.
— La Capitán me contó sobre su pasado hace un tiempo — dijo Shinji, logrando que Boris arrugara el entrecejo por esa declaración — Ella mencionó a este sujeto Chang. Se supone que es alguien importante de allá donde vienen. Esta mujer Shenhua, puedo darme cuenta de que es una profesional y ahora se me ordena que debo acompañarla. Hace unos meses atrás, hubiera estado llorando aterrado en una esquina de solo pensarlo, pero ahora me siento un poco emocionado.
— ¿Emocionado? — lo cuestionó Boris, levantando una ceja, evaluando al chico por ese comentario.
— Sé que debería sentirme asustado al conocer el pasado de la Capitán y el suyo, Sargento. Bien, en un inicio si estuve asustado, no puedo negar eso, pero han pasado tantas cosas desde que ustedes llegaron a NERV. Yo he cambiado un poco desde entonces, mi forma de ver las cosas también cambió. Eso de alguna forma me hace ver todo esto con interés y algo de emoción.
— ¿Qué es lo que cambió en ti para pensar así? — cuestionó Boris, interesando por la línea de pensamiento del Tercer Elegido. Sobre todo al saber que se había tomado mejor de lo esperado el pasado de todos ellos en la mafia Rusa.
Shinji dio un suspiro y se acercó a la pared para recargarse de espaldas en ella. Levantó la cabeza y miró al techo, como buscando las palabras que diría a continuación. Boris lo miró con paciencia, dándole el tiempo para hablar.
— No sé cómo explicarlo — dijo de pronto Shinji — Quiero decir, luego de todo ese entrenamiento, ese ejercicio en que saltamos de un avión al mar, luego buceamos por la ciudad sumergida, para ir a volar todo por los aires y tomar esa fortificación, me he sentido distinto. Creo que es eso lo que me hace sentirme bien con todo esto, lo que hace que acompañar a esta mujer Shenhua resulte algo interesante.
— ¿Cómo te sientes distinto? — preguntó Boris, curioso.
— Me gustó eso que sentí en el entrenamiento, en ese ejercicio donde hicimos esa operación para tomar la fortificación y lo que sentí en la última batalla. Antes siempre subía con reticencia al EVA, con miedo a morir. Ahora el miedo sigue ahí, pero también hay emoción. Quiero decir, me jugué el pellejo en ese volcán, logré salvar a Asuka y ayudarla para que acabara con esa cosa. Me gustó ese sentimiento y quiero sentirlo otra vez. ¿Hay algo mal conmigo? — preguntó Shinji, mirando fijamente a Boris con preocupación en sus ojos.
El ruso miró fijamente al joven por largos segundos, antes de esbozar una pequeña sonrisa.
— Saltar en paracaídas desde un avión, bucear, jugar con explosivos y volar cosas, disparar armas, aprender artes marciales, poder pilotar máquinas de guerra de millones de dólares americanos; hay gente que paga mucho dinero para poder hacer eso, para nosotros es un día más en la oficina.
— Yo… no lo había pensado de esa forma — comentó Shinji.
Boris caminó hasta apoyarse en la pared junto a Shinji. Miró hacia adelante un momento buscando las palabras correctas antes de hablar.
— La carrera militar es un trabajo riesgoso, ya que pones tu vida en juego cada vez que sales en una misión, por lo que no es algo que cualquiera pueda hacer. No todos tienen el temple y las pelotas para hacer eso día tras día. Otros en cambio tienen las agallas para atravesar por todo eso, abrazar la emoción, el riesgo y la adrenalina — dijo el Sargento, antes de mirar a Shinji — Tú has estado luchando esta extraña guerra desde mucho antes de que nosotros llegáramos. Eras un mocoso llorón, que fue obligado a subir a esa cosa, el EVA y luchar batallas a muerte sin apenas entrenamiento. Pudiste renegar de toda esta mierda y huir lejos de aquí, pero no lo hiciste. Por la razón que sea, volviste a subir al EVA y volviste a pelear. Hay que tener pelotas para hacer eso.
Shinji miró con verdadera sorpresa al Sargento por esas palabras. No esperaba algo así. Pero Boris no había terminado.
— Como soldado he luchado en varias guerras. Arriesgué el pellejo más veces de las que te puedas imaginar, por lo que sé muy bien lo que se siente tener que ir a luchar una batalla, sabiendo que podría ser la última. Es cierto que esta es una guerra distinta, los enemigos son distintos, las armas son distintas, pero al final del día sigue siendo la misma mierda de siempre: Matar o morir. Jugaste ese juego como un aficionado. Ahora que te hemos entrenado bien, lo haces como un profesional. Ese cambio de perspectiva te ha hecho ver las cosas de distinta forma. Tal vez el camino de las armas siempre ha sido lo tuyo, tu vocación, por increíble que parezca.
Shinji miró hacia adelante, considerando todo eso y encontrándole mucho más sentido de lo que hubiera imaginado. Eso podría responder cosas cómo él por qué se sumergió en todo esto aceptando todas las dificultades que hubieron de por medio, aceptando toda la mierda que le lanzaban. No solo era un compromiso consigo mismo por cambiar, por dejar atrás al "Shinji alfeñique", lo hizo porque en verdad le tomó el gustó a todo eso.
— ¿Entonces, está bien sentir esto? — preguntó Shinji.
— Si sientes que el camino de las armas es tu vocación, ya sea como parte de un ejército regular, un servicio de inteligencia, mercenario, o trabajando para un jefe de la mafia Rusa, entonces adelante. Si es lo que te gusta, hazlo. Es tu vida, tú decides como vivirla.
Shinji miró fijamente al fornido hombre por largos segundos. La mirada de Boris era seria, pero comprensiva. Un calor se formó en su corazón ante esa mirada. Ese había sido el mejor segundo consejos que había recibido en toda su vida, el primero fue el que lo hizo tomar la decisión de cambiar. Ese consejo también había sido dado por el Sargento Boris. En ese momento Shinji sintió aún más admiración por este hombre y deseó aún más ser como él en el futuro.
— Gracias Sargento. Mi mente está más clara ahora — dijo Shinji con una sonrisa.
— Bien. Entonces pongámonos en marcha. Tienes una misión que cumplir y debes equiparte adecuadamente antes de partir — dijo Boris poniéndose en marcha otra vez.
— ¿Equiparme? — preguntó Shinji, siendo sacado de onda por esas palabras.
— Solo serás él guía de Shenhua por la ciudad. Ella se encargará de todo, pero siempre hay la posibilidad de te veas en medio de algo y debas defenderte. Tienes que estar preparado y armado para toda eventualidad.
Shinji se tensó ante esas palabras, pese a todo lo que había dicho de sentirse emocionado, no dejó de sentir algo de temor. Sería estúpido no sentirlo. No lo habían dicho claramente, pero a estas alturas era obvio que Shenhua es un matón a sueldo y su encargo posiblemente sea eliminar a una persona.
— No pienses tanto en eso — dijo Boris, notando el repentino nerviosismo de Shinji — Eres un soldado y tu Capitán te acaba de asignar una misión. Hay ocasiones en que te asignaran misiones que no serán de tu agrado, pero como soldado debes cumplirla de igual manera. Toma esto como un aprendizaje. Recuerda, tu misión es solo hacer de guía. Shenhua se encargará del resto.
Shinji asintió con la cabeza, asimilando las palabras del Sargento Boris y encontrándole razón. Él es un soldado, tiene sus órdenes y debe cumplirlas. Esta tarde/noche será el acompañante de alguien que posiblemente hará algo moralmente incorrecto y reñido con la ley, pero nuevamente, es un soldado, y cumplirá con sus órdenes. El que sienta algo de emoción en contra de todo lo que dicta la razón, ayuda un poco con eso. Sí, definitivamente algo andaba muy mal con él, o muy bien, dependiendo del punto de vista.
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Los rusos que ocupaban el gimnasio dejaron de hacer ejercicio para mirar con verdadera sorpresa al joven Piloto EVA, de pie ahí en medio del lugar, apenas creyendo lo que habían escuchado del fornido y siempre serio Boris, de pie junto al chico.
— ¿De verdad el chico va a acompañar a Shenhua en un "encargo" de Mr. Chang? — preguntó un incrédulo ruso que respondía al nombre de Ivanov.
Boris afirmó con la cabeza.
— Solo para confirmarlo; te refieres a la Shenhua que anda siempre en un vestido sexy de corte chino, que tiene un fetiche insano por los cuchillos y un carácter de mierda. ¿Esa Shenhua? — preguntó el doble de David Beckham, que responde al nombre de Sakharov.
— ¿Conoces a otra Shenhua? — preguntó de vuelta Boris, mirando al instructor de Asuka con cara de circunstancia.
— ¡Wow! Eso no me lo esperaba. Pero luego de esa demostración en ese juego de guerra de hace unas semanas, está más que claro que el chico es capaz — comentó Kolshinsky.
Sakharov dio unos pasos adelante y le pasó un brazo por los hombros a un sorprendido Shinji, mientras lo miraba seriamente.
— Imagino que ya conociste a Shenhua — comentó Sakharov, haciendo que Shinji asintiera con la cabeza — Bien, eso quiere decir que ya viste de primera mano lo hermosa que es esa mujer.
— Eehh… sí. Es muy hermosa, de hecho — afirma Shinji un tanto sonrojado.
— ¿A sí? ¿Qué es lo que más te gustó de ella? — preguntó Sakharov, con una sonrisa travieso.
Shinji en verdad lo consideró antes de responder.
— ¿Puedo decir todo? — preguntó, arrancando risas divertidas de los rusos. Se sintió algo cohibido por ese interrogatorio, pero no dejó de sentirse bien por ese ambiente de camaradería en el que había caído. Eso lo llevó a continuar hablando — Bien. Tiene un lindo acento al hablar y… tiene unas piernas muy lindas.
Sakharov rió de buena gana por ese último comentario.
— Demonios sí. De hecho, creo Shenhua tiene el mejor par de piernas de toda Roanapur. Tienes buen ojo chico — dijo Sakharov con una sonrisa juguetona, mientras le palmeaba el pecho — Me agradas. Deberíamos salir juntos en busca de mujeres uno de estos días.
— ¡¡SAKHAROV!! — estallaron los otros rusos, mientras Boris giraba los ojos.
— Está bien, está bien — dijo Sakharov, haciendo un gesto para que sus camaradas pararan de recriminarlo, antes de soltar el abrazo de camaradería en que tenía a Shinji, para pararse frente a él, poniéndole ambas manos en los hombros mirándolo fijamente — Shenhua es una mujer muy hermosa; y sí, tiene un acento que la hace linda al hablar, pero no te dejes engañar. Esa mujer es muy peligrosa. La he visto sacar sus cuchillos y filetear hombres como si fueran un trozo de sushi, solo porque le dieron una mala mirada. No bajes nunca la guardia con ella. Nunca.
Shinji fue totalmente sorprendió por la seria mirada y las duras palabras del siempre risueño instructor de Asuka. Esas palabras solo confirmaban su propia apreciación de la mujer. Miro al Sargento Boris, que asintió con la cabeza confirmando los dichos del hombre frente a él. Los demás rusos también asintieron en conformidad cuando les dedicó una mirada antes de devolver la vista a un serio Sakharov.
— Lo entiendo. Tendré cuidado — afirmó Shinji finalmente.
— Bien — dijo Saharov con una sonrisa, palmeando un hombro de Shinji.
— Ahora que Sakharov hizo las advertencias de rigor, sácanos de una duda, Boris — dijo Kolshinsky mirando al hombre con curiosidad — ¿Por qué vienes con el chico aquí? No creo que sea para lucirte ante nosotros porque a tu pupilo la Capitán le acaba de asignar una misión.
— De hecho, no — respondió Boris — Estamos aquí para que me ayuden con su ropa. No puede ir a esta misión vistiendo eso — dijo el hombre, señalando la ropa de Shinji.
El Tercer Elegido miró su ropa, que consistía en su tradicional uniforme escolar y la verdad no encontró nada de malo. Los rusos por su parte miraron al chico apreciativamente y no pudieron dejar de concordar con Boris. Si el chico acompañaba a Shenhua vestido de esa forma, solo estaría pidiendo que le metieran un tiro en la cabeza.
Shinji sintió que un escalofrió le recorría la espalda cuando un grupo de fornidos soldados rusos en ropa deportiva, lo miraron con ojos depredadores y una sonrisa torcida en el rostro. El sentido de peligro de Shinji, cultivado luego duros entrenamientos con el Sargento Boris, se disparó. Desgraciadamente la advertencia no sirvió de nada, ya que el mismo Boris lo agarró por el cuello de la camisa y lo arrojó hacia el grupo de rusos que lo atraparon en el aire, para luego arrastrarlo en andas fuera del gimnasio rumbo al sector de camerinos, mientras le iban sacando la ropa pese a todas sus protestas.
Atrás, Boris sonrió perversamente mientras veía como sus camaradas llevaban en andas a un histérico Shinji, mientas lo desnudaban por el camino.
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Shinji estaba de pie ante un espejo, apenas creyendo la imagen que este le estaba devolviendo. Luego de la humillante experiencia de ser desnudado a la fuerza, pasó a ser un maniquí humano, para que ese grupo de rusos locos se divirtieran poniéndole distintas tenidas de ropa, algunas tan ridículas que no las quería ni recordar. Finalmente, luego de muchas risas, burlas y humillación, habían llegado a lo que vestía actualmente. Llevaba unos pantalones tácticos color caqui, una polera piqué color negro, una chaqueta de cuero y zapatos de caminata.
El Tercer Elegido no dejó de sorprenderse por lo bien se veía con esa tenida de ropa tan sencilla, pero a la vez cómoda y práctica. Incluso Sakharov se había metido con su peinado, cambiándole el estilo con un poco de gel para el cabello, dejándolo un tanto más rebelde, pero sin llegarse a ver mal, de hecho, le gustó el cambio.
— Mucho mejor — dijo Boris asintiendo con la cabeza en aprobación.
— Ahora sí que pareces un tipo duro — dijo Kolshinsky levantándole un pulgar.
— Crecen tan rápido — dijo un emocionado Sakharov, enjuagando una lágrima imaginaria de un ojo con uno de sus dedos, haciendo que todos rodaran los ojos.
Boris se acercó y le tendió a Shinji una identificación en una funda de cuero negra. Esto era algo que la Capitán había tenido la previsión de encargar a Benny poco después que este llegara a NERV. Esta identificación en particular era algo que por los canales oficiales nunca hubieran autorizado, menos con el hijo de puta de Gendo Ikari detrás de todo, pero para el genio de la informática de la compañía Lagoon, fue relativamente fácil conseguir una identificación para cada Piloto EVA. Ciertamente la Capitán iba un par de pasos por delante.
Shinji extendió una mano y tomó la identificación de manos del Sargento Boris, mirándola con curiosidad. Era una identificación de NERV con su foto en ella, pero de un carácter muy distinto a la que usaba habitualmente, ya que esta era una identificación que lo señalaba como integrante del "Departamento de Inteligencia y Seguridad de NERV". Miró a Boris con la pregunta clara en los ojos.
— Esa identificación te abrirá puertas de ser necesario, junto con brindarte la autorización para el arma que cargas y para usarla, si se da el caso — fue la respuesta del Sargento.
Solo en ese momento Shinji recordó que cargaba una pistolera bajo su brazo izquierdo, donde descansaba una Glock 17. La Glock 17 fue una de las tantas armas que aprendió a usar en su entrenamiento y una de la que más le gustó. Es una pistola de bella forma estilizada, precisa y muy fiable aun en ambientes hostiles. Además, su cargador con capacidad para 17 balas, puede hacer la diferencia si estás metido en medio de algo peligroso.
Shinji asintió luego de unos segundos. No iba a perder el tiempo preguntando cómo se las habían arreglado para obtener esa credencial, ya que sabía que el bastardo de su padre jamás autorizaría algo semejante. Solo sabía que si la Capitán Balalaika quería algo, lo obtenía y ni el bastardo de su padre lo podría evitar. Con eso en mente, guardó la identificación en un bolsillo interno de su chaqueta de cuero, recordando que además llevaba un par de cargadores de reserva y un cuchillo de respaldo. Esto lo hizo tomando real conciencia de que estaba a minutos meterse en algo muy grande y potencialmente peligroso. ¿Estaba asustado? Sí, sería estúpido si no lo estuviera ¿Estaba emocionado? También. Ya podía sentir algo de adrenalina corriendo por sus venas en anticipación y le gustó. ¿Estaba mal de la cabeza? Probablemente.
— Benin, ¿tienes lo que te pedí? — dijo Boris, sacando a Shinji de sus reflexiones.
Por respuesta, el ruso que respondía al nombre de Benin le lanzó algo al Sargento, que lo atrapó diestramente en el aire con una mano y luego se lo tendió a Shinji. Este se sorprendió nuevamente y tomó lo que le que estaban ofreciendo.
— ¿Las llaves de un auto? — preguntó Shinji con las llaves en alto mirándolas con curiosidad, ya que el llavero tenía la forma de un pequeño AK-47.
— ¿No pretenderás llevar a Shenhua por la ciudad en un taxi? — preguntó Boris, con una pequeña sonrisa divertida en los labios.
— Oigan… ¡¡Esas son las llaves de mi auto!! — estalló un sorprendido Sakharov.
Boris hizo caso omiso del reclamo de su camarada y le hizo un gesto con la cabeza a Shinji para que lo acompañara. Este simplemente asintió con la cabeza y siguió al Sargento fuera de los camerinos del gimnasio de NERV, mientras guardaba las llaves en un bolsillo de su chaquete. Atrás, un grupo de divertidos rusos sujetaban a un indignado Sakharov, que gritaba maldiciones a Boris por apropiarse ilegalmente de las llaves de su querido auto.
Continuará…
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Notas del Autor: Hola a todos. Seguimos con un nuevo capítulo de esta historia.
Pensaba tener algo de acción en este capítulo se me hizo terriblemente largo y denso, pero eran cosas que se debían dejar sentadas. Era necesario dar un vistazo a lo que pasaba en la cabeza de Shinji, porque desde hace ya tiempo que venimos viendo que ha experimentado varios cambios y era necesario explorarlo. Eso también se aplica a Misato, Balalaika y sus planes a futuro, y algo más de Shenhua, para dejar claro qué es lo que la motiva a pedir a Shinji para que la acompañe.
Saludos y nos leemos.