Chapter 2 - Nuevo Nombre

¿Fue una buena decisión la que tomé? No estoy del todo seguro, es un riesgo, un salto al vacío, solo estoy tomando como excusa a esta chica para salir de mi rutina, de mi monotonía, pero tarde o temprano alguno de los dos saldrá lastimado, tendremos que luchar para sobrevivir, tendremos que escondernos de cazadores y monstruos, además... ¿cómo se supone que la voy a ayudar con eso de convertirse en idol? ni si quiera sabía lo que significaba esa palabra, ¿y ahora se supone que la voy a ayudar a convertirse en algo de lo que no tengo absolutamente nada de experiencia?, digo, aún hay tiempo para devolverse, quizá se ponga algo triste pero creo que eso es mejor a arriesgarnos a morir...

─ Señor... ¿esqueleto?

Su voz interrumpió completamente mi línea de pensamiento, evitando el espiral autodestructiva por el que estaba cayendo.

─ Erm... ¿sí?

─ ¿No cree que sea una buena idea ponerle un nombre?

Cassie caminaba un poco atrás de mi, con las manos en su espalda.

─ ¿A qué?

─ A usted, por supuesto.

─ Realmente no lo necesito.

Si lo olvidé es porque seguramente no lo necesitaba.

─ Claro que sí, ¿Qué haremos cuando tenga que llamarlo? ¿grito esqueleto y ya? ¿y que pasará si hay mas esqueletos aparte de usted? No no no... hay que conseguirte un nombre.

─ Mmmm... supongo que tienes razón.

─ Entonces... hay que pensar en un nombre... que tal... ¿Skelly?

Un poco cliché

─ ¿No es muy obvio?

─ T-Tienes razón... que tal... ¡Huesitos!

─ ¿Por qué tiene que ver con ser esqueleto? Es como si te llamara Vampy por ser una vampira.

─ Vampy suena lindo...

Creo que realmente lo que quiere es darme un mote, en parte me siento como si fuera una especie de mascota para ella, quizá debería mas bien pensar yo en el nombre aunque... ¿qué clase de nombre me vendría bien? la mayoría de nombres se me olvidaron ya que nunca nadie se molestaba en dármelos como para recordarlos bien, y lo único que se me ocurre son silabas al azar una tras otra, realmente pensé que sería más fácil.

─ ¡Mister Calcio!

Cassie volvió a hablar, volviendo a interrumpir mis pensamientos.

─ No sé que me sorprende más, tu falta de creatividad o el hecho de que sepas lo que es el calcio.

─ Lo leí en un libro, dicen que el calcio hace que tus huesos sean fuertes y resistentes, así que seguro necesitas un montón para hacerte fuerte.

─ Sí... ¿Te gusta leer?

─ Sí, y mucho, tengo varios libros en mi bolsa, aunque todos ya me los he leído varias veces, la biblioteca de mi madre no era muy extensa...

─ Deberíamos buscarte algún libro nuevo apenas lleguemos a una capital.

─ Oh sí, hablando de eso.

Casi paradójicamente nuestra conversación fue interrumpida de forma repentina, un grito estridente de alguien pidiendo ayuda fue lo que llamó nuestra atención, parecía cercano, y ese tipo de gritos son los que se escuchan cuando alguien está a punto de morir.

─ Seguramente será algún monstruo, lo mejor será que vayamos por otro lado.

Mencioné tras mirar a Cassie, esta se encontraba mirando con atención hacia la dirección donde vino el grito.

─ Tenemos que ir a ayudar.

─ ¿Ayudar? ¿A quién? ¿a un cadaver? Lo mas probable es que este muerto, es mejor no arriesgarnos.

Me quedé mirando de igual manera hacia la dirección de donde vino el grito por un momento, parecía adentrarse a una pequeña arboleda, tras girar mi rostro hacia Cassie esta ya había empezado a avanzar en dirección del grito, por supuesto, no iba a rendirse tan fácil, supongo que me lo esperaba, al parecer es de esas personas que les gusta hacerse las buenas intentando ayudar a todo el mundo, así que mi única opción ahora es asegurarme de que no muera.

─ Bien... Vamos a ver entonces, si nos apresuramos quizá tengamos la oportunidad de salvarlo.

Dije con un suspiro a medida que avanzaba hasta estar a su lado, ambos nos miramos por un momento para luego empezar a correr en dirección del grito.

No nos tomó mucho tiempo encontrar la luz que emitía una pequeña fogata en medio de la arboleda, a medida que nos acercabamos con sigilo pudimos ver mas detalladamente lo que estaba ocurriendo, eran tres personas, una de estas yacía en el suelo, completamente destrozada, de los otros dos uno se encontraba en frente de un enorme devorador de voces, su contextura delgada siempre me había resultado preocupante, cualquiera que no supiera lo peligrosos que realmente son pensarían que su apariencia frágil los hace presa fáciles, pero realmente su fuerza no yace en su cuerpo, si no en la cantidad de voces que hayan devorado a lo largo de su vida, algo que se puede ver fácilmente en sus lenguas, entre mas lenguas tuvieran y más largas fueran, significa que mas voces habrían devorado, este en particular tenía cuatro lenguas, y se encontraba agachandose en frente del rostro del joven que había destrozado, buscando la forma de arrancarle la cabeza para devorar el interior de su garganta, mire por un momento a Cassie, pero cuando mi mirada se topó con ella lo único que alcancé a ver fue su cuerpo moviendose a una velocidad vertiginosa, un salto dirigido directamente a la espalda del devorador, cuando tuve tiempo de reaccionar ya se encontraba ella en su espalda, con sus alargadas uñas enterradas en la carne de la espalda del devorador, con su boca entreabierta y sus colmillos brillando con el reflejo del fuego de la fogata.

El devorador con un rápido giro dislocó su propio brazo para poder darle un codazo al rostro de Cassie antes de que lo mordiera, lanzandola hacia un arbol cercano donde su espalda chocó contra el tronco, ahí fue cuando decidí salir de igual manera, corriendo rápidamente hasta las piernas del devorador, agarrando su tobillo y retorciendolo, doblandolo y deslizandolo a lo largo la tierra ensangrentada, el devorador tras pegar un gruñido de dolor cayó al suelo por un instante, para luego, al siguiente, girar todo su cuerpo tomando la inercia de su propio brazo dislocado para lanzarme un golpe como si de un látigo del tamaño de un árbol se tratase, cuando el golpe impactó, pude no solo sentir mis costillas rompiendose, si no también ver los fragmentos de mis huesos salir volando en frente mia tras el golpe, aunque... no era una sensación nueva, en vida me había roto los huesos mas de una vez, recordaba bien la sensación, el dolor, y la adrenalina, a pesar de que mi cuerpo ya no sentía estas cosas, mi mente la recordaba bien, casi replicandola de forma subconsciente.

─ ¿¡Se van a quedar ahí viendo!?

Grité hacia el luchador y la hechicera que se encontraban paralizados del miedo mientras me levantaba con dificultad, el primero en actuar fue el luchador, un Cystkin con un escudo en una mano y una lanza en el otro, que se abalanzó rápidamente sobre devorador, empujando su lanza hacia uno de sus costados, y penetrando su carne, la segunda en actuar fue la hechicera que conjuró unas cadenas etéreas que rodearon los brazos de la criatura halandolos hacia el suelo.

Cassie todavía no se había levantado, el golpe seguramente la habría dejado inconsciente, cuando ya me encontraba de pie de nuevo le grité al luchador.

─ ¡Armas! ¿Dónde las tienen?

─ ¡Dentro de la tienda hay un hacha de una mano!

Respondío la hechicera señalandome hacia una tienda verde al lado de la fogata, sin pensarlo dos veces corrí rapidamente hasta la tienda, agarrando el mango la hacha y empuñandola con fiereza, de un salto llegué hasta estar frente al rostro de la criatura, mi mano esqueletica alrededor de la hacha mientras emitía un alargado arco en dirección de su craneo, cuando impactó, pude ver como uno de sus ojos estallaba cuando la hoja del hacha golpeaba su rostro, un montón de sangre cayendo desde la cuenca de su ojo recorriendo su cara, mi mirada se topó en ese instante con la de la criatura, la cual, con un rugido alzó sus brazos arrancando las cadenas de sus extremidades, abrió por un momento su boca y vi como una de sus lenguas se posaba sobre su paladar, sé lo que estaba a punto de hacer, cuando los devoradores de voces se sienten acorralados utilizan sus lenguas para emitir una palabra de poder, la mejor forma de contraarrestarlo es cubriendose los oidos, pero ni si quiera eso asegura que puedas evitar el peligro de la palabra.

─ ¡Cúbranse los oídos!

Grité con fuerza tan rápido como pude reaccionar.

─ Rómpete

Su lengua desapareció, su voz reverberando sobre mi cuerpo, al estar más cerca fue el que recibí la fuerza del impacto, lo primero en romperse fue el brazo que sostenía el hacha, lo segundo fue el fémur de mi pierna derecha, y el tercero fue parte de mi mandibula, en ese momento caí al suelo, mi rostro golpeandose contra el suelo lleno de los fragmentos de hueso de mi cuerpo, con una mano tomé fuerzas para intentar levantarme pero lo único que sentí fue la garra del devorador golpeando mi columna vertebral aplastandola contra el suelo, lo único que podía hacer era escuchar, tres gritos, un grito de ira del luchador, un grito de terror de la hechicera, y un grito, cuyos sentimientos no podía identificar, pero cuya voz si que lo hacía, la voz de Cassie.

Al levantar mi rostro pude ver a Cassie de nuevo en la espalda del monstruo, pero esta vez, sus colmillos yacían enterrados en su cuello, la sangre fluyendo a través de su boca para luego ver como la sección del cuello era arrancada, y finalmente el devorador caía al suelo como un pesado muñeco de trapo.

─ ¡Druscali!

Cassie gritó mirandome con preocupación, su boca enrojecida por la sangre del monstruo.

─ ¿Druscali? ¿Acaso ese es el nombre que decidiste colocarme?

Mi apariencia seguramente me hacía ver en horribles condiciones, pero realmente no estaba tan mal, podía todavía levantarme a pesar de tener gran parte de mi cuerpo fracturado, giré mis huesos hasta poder ergirme sobre el suelo, mi mirada fue primero a Cassie, que a pesar de haber sido golpeada de forma directa en su rostro, parecía estar en buenas condiciones, luego, miré hacia el luchador y la maga, el luchador tenía el brazo que agarraba su escudo en una posición completamente anormal, y la maga hacía lo que podía para ayudarlo mientras se agarraba un costado con dificultad.

─ ¿Están bien? ¿Tienen forma de curarse?

Les pregunté desde mi posición.

─ N-No, nuestro curandero es el que esa cosa mató primero.

─ ¿Y no trajeron pociones?

─ Trajimos una... no pensabamos que nos ibamos a topar con un enemigo tan poderoso.

Era el luchador el que estaba hablando, la hechicera por otro lado estaba bastante callada, se notaba que era la que peor estaba, seguramente una de sus costillas habría perforado algun organo tras romperse.

─ Dasela a tu amiga, es la que peor está, tu al menos podras aguantar con un brazo roto.

─ ¿Y que hay de ti? La mitad de tu cuerpo esta rota

La voz de Cassie que me sostenía con sus delicadas manos fue la que suscitó esas palabras al lado de mi cabeza

─ Yo estaré bien, puedo repararme si encuentro los huesos adecuados.

─ ¿Adecuados?

El Luchador me miró en parte con preocupación y en parte con desdén.

─ Sí, adecuados, como los de tu amigo el curandero.

La hechicera fue la siguiente en hablar una vez terminó de tomarse la poción y sus heridas empezaban a regenerarse.

─ Sé que no te gusta la idea Tora, pero este esqueleto y su amiga nos salvó, creo que no podemos decir nada en contra.

─ ¿Crees realmente que eso habría querido Luke? ¿que su cuerpo fuera desguazado en partes por un esqueleto?

Se notaba el desdén en la voz del luchador, cuyo nombre al parecer era Tora.

─ No hay por qué pelearse, seguro que Druscali y yo podremos encontrar alguna alternativa

Dijo Cassie inocentemente

─ No, no hay otra alternativa, soy un no-muerto, un esqueleto, necesito huesos del tamaño adecuado, necesito partes para repararme, quien sabe cuanto tiempo pase hasta que encontremos huesos que me sirvan.

─ Y no dejaré que profanen su cuerpo de esa manera

Tora se levantaba con dificultad, agarrando su lanza con fuerza en una de sus manos.

─ ¡Espera! ¿Y que tal si lo cremamos?