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Chapter 188 - La batalla de la Sharia.

En la oficina de Orsted en las afueras de la Sharia, la media elfa, Faria, estaba viendo las tablillas y transcribiendo a papel los mensajes que no dejaban de llegar.

— Mensaje de Silphy: Nina Farion está embarazada, no podrá unirse a la batalla. El dios del filo Jino Britts decidió quedarse con su esposa. Ahora vamos camino a Biheiril a unirnos a Rudeus, usaremos los círculos prohibidos .

Bien, enviaré esta información a la Aldea Superd y a todos nuestros aliados. Eris va a estar feliz de que Nina será madre, —dijo en voz alta Faria con una sonrisa.

—Aquí hay otro. Mensaje de la Reina Ariel. Pregunta por Rudeus y si se encuentra bien. ¡Vaya! Esa mujer pregunta todos los días por él. Uuf, le diré que no hay novedades aún. Mmmm, creo que sí son amantes, pero mejor me guardo mi opinión. Aisha podría despedirme, jejejeje.

Hablando de ella. Mensaje de Aisha, Rinia y Purcena. Sin novedad en la frontera sur.

En ese momento, Faria se dio cuenta de un gigante frente a ella. Tenía la piel rojiza-marrón, dos enormes cuernos, dos grandes colmillos que salían de su boca, y medía unos 3 metros.

— Perdón, ¿viene a ver al Dios Dragón?, preguntó Faria.

Pero lo que no sabía es que frente a ella estaba el Dios Ogro Malta, quien había llegado por el círculo de Irelil, del cuál se había enterado gracias a un espía de Geese, que no era otro que el chico que Sandor y Rudeus contrataron como informante. Geese ya tenía contratados a todos los informantes del reino de Bieheril, y estaban alertas por si alguien preguntaba por un ladrón y que se vieran sospechosos. Durante esos meses hubo cientos de reportes, hasta que finalmente llegó el de Rudeus, Sandor y Doga, y rápidamente estaban bajo observación.

Así fue como Malta llegó a la cabaña.

— ¿Tu, enemiga?, preguntó Malta.

— ¿Qué?, —preguntó Faria confundida, momento en que Malta, de un solo golpe, destruyó el escritorio y todas las tablillas.

Faria estaba aterrada, cuando vio el puño de Malta, dirigirse a ella, instintivamente cerró los ojos, pero Malta no la golpeó, su golpe fue contra la pared, dejando un gran agujero en ella.

— Tu, enemiga? ¿Tú, pelear conmigo? Dios Dragón, enemigo, ¿tú, pelear conmigo?, —dijo mientras levantaba los brazos.

— No, no soy enemiga, —gritó Faria aterrada. Vio a Malta abrir la mano, y la bella media elfa cerró los ojos esperando su fin. El ogro la tomó y la lanzó por el forado de la pared. Fue a caer varios metros más allá sobre la hierba que amortiguó su caída. Le dolía todo, pero no se había fracturado nada. Cuando miró a la cabaña, Malta la estaba destruyendo, incluidos los círculos de teletransporte y las tablillas, y ella no podía hacer nada. No sabía qué pasaba, estaba en estado de shock.

— FARIA, FARIA, FARIA, ¿ESTÁS BIEN?, escuchó que alguien le decía, cuando miró era Paul Greyrat, uno de los generales de Orsted y el padre de Rudeus. — ¿Estás bien, chica? ¿Estás herida?

— Me duele la mano.

— ¿Qué pasó?.

— Un gigante está destruyendo todo.

— Rápido, corre a casa y avisale a Nanahoshi. Yo lo detendré. Dile que huyan a Asúra y ve con ellas, ¡ahora!

— Sí, sí señor, dijo Faria, que salió corriendo a toda velocidad rumbo a la casa del comandante.

— ¡Qué mierda!, —dijo Paul mientras sacaba su espada.— ¡Maldita sea! Dejé mi armadura en casa.

Rápidamente llegó a la cabaña, la cual ya estaba destruida, solo para ver a Malta terminar de destruir los últimos círculos mágicos dejando un gran agujero en lo que era el Subterráneo .

Apenas lo vio, se sorprendió por el tamaño de su oponente, pero rápidamente le lanzó la espada de luz, la cual apenas raspó al Dios Ogro, el cual se percató del ataque.

Con una velocidad aterradora, el gigantesco Malta dio un salto fuera del cráter de lo que era la cabaña y quedó frente a Paul.

— ¿Tu, enemigo?

— ¿Quién eres, hijo de puta?, dijo Paul.

— Yo, Dios Ogro Malta. Geese decir, Dios Dragón tratar de matar ogros y Biheiril. Yo destruir enemigos de Ogros y Biheiril.

— El te engaña, imbécil.

— Tu enemigo. Tu morir,— dijo Malta lanzándose con una velocidad terrible contra Paul, quien apenas logró esquivarlo. Malta dejó un tremendo cráter donde estaba parado hasta hace un segundo.

— ¡Mierda! Si ese tipo me golpea, estoy muerto, pensó Paul.

— Yo matarte, Gal Farion y Kalman III, matar a Rudeus. Y después con ellos matar a Orsted.

— ¡RUDY!, gritó Paul, quien se lanzó contra Malta a toda velocidad para lanzarle una daga en la espalda y tratar de cortarle la cabeza. Sin embargo, apenas lo raspó, y por poco evitó un manotazo. Malta empezó a correr hacia Paul a toda velocidad, y este apenas logró esquivarlo mientras Malta se estrellaba con un árbol, destruyéndolo como si fuera papel.

— Mierda, este tipo es más fuerte que esa maldita Hidra. ¿Qué demonios hago? Debo darle tiempo a la familia para que escapen a Asúra, —pensaba Paúl.— Eso es mi pistola,— dijo, mientras la sacaba y la configuraba para disparar balas nivel santo, pero solo podría disparar 20 tiros antes de agotarse.

Cuando Malta venía hacia él, Paul le dio con un cañón de piedra, haciéndolo retroceder, y le lanzó la espada de luz, dándole un ligero corte en el muslo.

— ¡Aaaaa, maldito! Yo matarte,— gritó Malta, mientras Paul le dio 2 tiros más, los cuales le dieron a Malta en el pecho. Y luego le lanzó la Cruz Brumosa, volviendo a darle algunos cortes.

Sin embargo, solo eran cortes superficiales y el ogro empezó a moverse muy rápido.

— Vamos un poco más, para que alcancen a huir a Asúra,— se decía Paul así mismo, sin embargo, estaba asustado por su hijo. Malta le había dicho que Gal Farion y Kalman III iban por su cabeza.

— Tranquilo, Paul, se dijo a sí mismo. Rudy está con Orsted. Y creo que ese monstruo, no llegó a la cámara secreta donde está la armadura dorada.

De pronto, Malta dio un gran golpe que apenas esquivó, sin embargo, la onda expansiva fue tan fuerte que lo lanzó varios metros más allá. Cuando se puso de pie, Malta le lanzó un tremendo árbol que Paul destruyó con la espada de luz, para dispararle 3 balas más a Malta, que se retorció de dolor, pero que lo ponía cada vez más furioso.

— ¡Yo matarte, maldito!, —gritó Malta.

Sin embargo, Paul era más ágil. El problema es que un golpe lo acabaría de inmediato.

Malta volvió a arremeter de manera feroz mientras Paul saltaba y trataba de enterrar su espada en su espalda. Pero mismo resultado: un corte superficial.

— Pffff, si Eris estuviera aquí, lo cortaría por la mitad. Esa chica está en nivel casi divino, —pensó Paul, mientras esquivaba un golpe y le disparaba varios cañones de piedra.

Malta volvió a sentir dolor y se volvió a abalanzar a Paul, que volvió a apuntar. Pero cuando apretó el gatillo, nada pasó.

— ¡Oh mierda ! Se agotó el cristal, —dijo Paul, mientras trataba de cambiar el cristal mágico. Cuando lo logró, Malta estaba encima, y apenas esquivó su golpe. Sin embargo, no se había percatado de que Malta había tomado una roca y le dio a Paul de lleno en la espalda, tirándole varios metros muy mal herido. Quebrándole la columna y dejándolo inválido, tirado boca arriba.

— ¡Maldición! Voy a morir. Carajo, al menos le di tiempo a mi familia de huir.

De pronto, Malta estaba sobre él con el puño al aire.

— ¡Yo matarte!

Instintivamente, Paul cerró los ojos.

—Te amo Zenith, dijo como últimas palabras.

Pero una gran explosión sonó sobre él. Cuando miró, Malta había salido volando varios metros más allá. Cuando miró a sus espaldas, vio a Nanahoshi, que le había disparado a Malta un cañón rango rey, con el arma que le dejó Rudy.

— Señor Paul, ¿está bien?

— ¿Qué carajos haces aquí, Nanahoshi? ¡Huye rápido!

— Déjeme curarlo, —dijo Nana, sacando un pergamino de curación real, mientras sacaba un cristal para activar el círculo.

Pero antes de activarlo, Malta corría a toda velocidad hacia ellos.

— ¡Cuidado!, gritó Paul, —que aún sin movimiento en las piernas, trató de cubrir a Nana con su cuerpo para protegerla. Pero algo blanco saltó sobre ellos y mordió a Malta en un hombro, provocándole una gran herida.

— ¡Ahhhhh, perro malo, yo matarte!, —le gritó Malta a Leo que había ido en ayuda, y esquivaba los ataques al Dios Ogro, mientras Nanahoshi finalmente lograba activar el cristal y el círculo, y curar a Paul, quien se puso de pie .

— Gracias, Nanahoshi, ahora vete, y llevate a la familia a Ars —le ordenó Paul.

— No lo haré, Rudy me dijo que debía proteger a la familia, Lucy y los niños se pondría muy triste si le pasa algo —respondió Nanahoshi , tomando el arma.

— ¡Leo, a un lado!, gritó Paul, mientras con Nanahoshi le disparaban a Malta, haciéndolo volar varios metros más allá.

— Ven aquí, muchacho, le dijo Nana, y Leo se puso tras ellos.

— Ese es el Dios Ogro Malta. Destruyó todos los círculos, —dijo Paul.

— Ya lo sé. Faria me lo dijo. Los chicos están aislados.

— ¿Qué mierda hacemos?

— No lo sé. No sé cómo era el diseño de los círculos para replicarlos,— dijo Nana.

— Maldita sea, ese monstruo dijo que El Dios del Filo y el Dios del Norte van tras Rudy.

— Tranquilo, Orsted está con ellos, —dijo Nana, mientras veía que el Dios Ogro les lanzaba varios troncos, los cuales Paul rechazó con la espada de luz.

— Y ahora, ¿qué hacemos? Ese tipo no se rinde, —dijo Nana.

— Anda, lleva a la familia a Asúra y destruye el círculo. No puedo dejar que ese monstruo destruya la Sharia.

Malta corría hacia ellos a toda velocidad. Y cuando estaban listos para dispararle, Malta saltó con el sol tras él, dejando a Paul y Nana cegados. Cuando estaba por golpearlos, se escucharon dos aullidos mágicos que dejaron a Malta paralizado , y cayó sin poder moverse a unos veinte metros de ellos. Cuando voltearon, Aisha estaba ahí con Rinia y Purcena.

— Y ustedes, ¿cómo llegaron?, preguntó Paul.

— Con el pergamino que conectaba con el círculo del sótano de la casa. Vimos que las tablillas no funcionaban y el círculo qué conecta con la oficina perdió la luz. Así que me imaginé que algo había pasado aquí, —dijo Aisha, sacando su sable.

— Largo de aquí, es una Orden — dijo Paul.

— No, miau. Podemos con él.

— Él es el Dios Ogro. Casi me mata.

— Pero no estaban con nosotras, —Nano, dijo Purcena.

En ese momento, Malta corría hacia ellas.

Cuando estaba a unos metros, Rinia, Purcena y Leo le lanzaron magia vocal dejando al Dios Ogro paralizado.

— ¡AHORA, PAPÁ, NANAHOSHI!,— ordenó Aisha, y ambos descargaron sus armas sobre Malta.

El Dios Ogro saltó varios metros atrás y se retorció de dolor.

— Malditos, yo matar a todos,— dijo completamente fuera de sí mientras golpeaba el suelo, provocando que se agrietara y provocara un fuerte terremoto.

— Maldición,— dijo Nanahoshi, es como regresar a Japón.

Malta se lanzó a toda velocidad nuevamente sobre ellos, y fue paralizado nuevamente por el aullido ferál de Rinia y Purcena. Paul y Nana aprovecharon para volver a dispararle, y esta vez Leo lo atacó, mordiéndole una pierna provocándole una gran herida.

— Yo matarlos a todos, malditos,— dijo tomando una gran roca listo para lanzarla.

— ¡Tu nos tocas un pelo y ordenaré a mi hermano que maten a todos los Ogros de tu isla!,— le gritó Aisha.

— ¿Quién ser tu hermano?

—¡ Rudeus Greyrat! . Él está con Orsted en Biheiril, y cuando sepan que atacaste nuestro cuartel, van a asesinar a todos los ogros de tu isla , maldito hijo de puta decerebrado. —Dijo Aisha lanzando una amenaza totalmente infundada, ya que no podía comunicarse con Rudeus, simplemente mintió, como le enseñó Rudeus cuando jugaban porquer, y Aisha casi se fue a las manos con Norm.

— ¿Isla Ogro? , yo proteger isla. Yo volver a isla, —dijo Malta, mientras de sus ropas sacaba un pergamino y se teletransportó de regreso a Biheiril.

— ¿La ciudad está bien?, —preguntó Paul.

— Sí, papá, todo está bien.

—Aisha ordena de inmediato a los mercenarios estar en alerta y listos para el combate, —dijo Paul.

— Rinia, Purcena, hagan lo que dice papá y asuman el mando,— dijo Aisha.

— Te lo ordené a ti, Aisha.

— Debemos restaurar los círculos, papá. Eris y Roxy están en la tercera ciudad, Rudy con esos caballeros con los Superd y Zanoba en la capital. La cabaña y los círculos están destruidos, hay que ver la manera de ponernos en contacto.

— ¿Y qué sugieres, hija?

— No lo sé aún. Vamos a casa. Debemos decirle a mamá y mamá Zenith, que todo está bien por ahora.

Así llegaron a la casa de Rudeus. Todos estaban listos para partir.

— Hija, esposo, lady Nanahoshi —dijo Lilia corriendo y abrazándolos. —¿Están bien?

— Sí, pero la cabaña está destruida, Dijo Paul.

— ¿Huimos a Asúra?

— No, por ahora quédense aquí. Leo los protegerera ¿No es así, amigo?,— dijo Paul acariciando la cabeza de la bestia sagrada.

— Guau guau.

— Debo ir con Rudy, —dijo Paul.— Me preocupa.

— Papi está bien,— dijo Lucy, con los ojitos llorosos.

— Oh, sí mi amor, —dijo Paul tomándola en brazos. Me preocupa solo porque él no se come las verduras.

— Yo sí me las como abuelito.

— Lo sé, mi niña, dijo Paul, abrazándola, pero pensando en qué demonios está pasando en Biheiril.

— Alguien a llegado ,— dijo de pronto Aisha.— El sótano está brillando.

Cuando bajaron, con la esperanza que fuera Rudy o alguna de las chicas, era Ariel, con Elmore y un caballero dorado llamado Silvestre.

— ¿Qué pasó? El círculo del palacio de plata dejó de brillar y la tabla no funciona,— dijo Ariel.

— La cabaña está destruida. Fuimos atacados su majestad, —dijo Paul haciendo una reverencia.

— ¿Por quién?

— El Dios Ogro Malta. Destruyó todos los círculos y tablillas. Estamos desconectados de todo el mundo.

— ¿Cómo está Rudy?, pregunto Ariel muy asustada.

— No lo sé. El Dios Ogro dijo que Gal Farion y Kalman III iban a matar a Rudy.

Ariel se quedó pensativa.

— Majestad, ¿estás bien?, —dijo Paul.

— ¿Qué necesitan aquí ahora?

— Yo quiero ir con Rudy, —dijo Paul.

— Mmm, podría enviarte a un círculo en una ruina cerca de donde se supone que estarán Silphy, Ghislaine e Isolte, su último informe decía que iban camino a Biheiril .

— Me voy de inmediato,— dijo Paul.

— Sin embargo, tardarán unas horas en llegar.

— No me importa,— dijo Paul.— Rudy está en peligro.

— Debe estar tranquilo lord Paul, el estará bien.

— ¿Ah sí? ¿Por qué dice eso?

— No me hable así, Capitán. Recuerde que soy la reina.

— Y yo soy un general del ejército del dios dragón. Y sin Rudy ni Orsted aquí, ahora soy el comandante. Dígame, no, le exijo que me diga qué está pasando, —le dijo Paul, sorprendiendo a su nuera.

— Bien, pero esto es un secreto de estado de Asúra. Sandor, es el Dios del Norte, Kalman II, y Doga es un emperador del Norte. Ellos dos y Rudeus podrán con Gal Farion y el Dios del Norte, Kalman III. Además, de seguro Eris y Roxy ya están con él.

— ¿Cómo está segura de que Alex Ryback no traicionaría a Rudeus y se unirá a su hijo?

— Créame. Alex no es así. Él jamás nos traicionaría.

— Eso espero. Bien, Majestad, me voy con usted, —dijo Paul.

— Espera, papá, ¿nos vas a dejar solos?,— dijo Aisha.

— Debo ir a ver a tu hermano. Norm también está en esa aldea. Aquí están seguros, está Leo y los mercenarios. Además, Malta dijo que se están reuniendo con Kalman III y Gal Farion para atacar a Rudy y Orsted, así que obviamente van a atacar los tres.

— ¿Y qué hacemos?, preguntó Nana.

— Vean la posibilidad de reparar algún círculo de teletransportación, dijo Paul, quien recordó algo y se excuso por unos minutos, fue a su casa y regresó con la armadura puesta y varios cristales para recargar su arma.

— Espere, tome, —le dijo Nana, pasándole varios pergaminos de protección y varios pergaminos en blanco.

En eso, Zenith había bajado al sótano.

— Adiós, amor. Traeré a los niños de regreso. No te preocupes, —le dijo Paul dándole un beso, y así se transportó a Ars, y de ahí a un círculo a unas semanas de Biheiril, dónde esperaría la llegada de Silphy y los demás por unos días.

Sin embargo, apenasa las pocas horas, Silphy, Ghislaine e Isolte llegaron.

— Suegro, ¿qué hace aquí?,— dijo una sorprendida Silphy. ¿Qué pasó en la Sharia? La tablilla no funciona. ¿Están bien?

— Fuimos atacados por el Dios Ogro Malta. Destruyó la cabaña y los círculos. Pero tranquila, todos estamos bien. El Dios Ogro se transportó a Biheiril. Están preparando un ejército y atacarán la Aldea Superd, junto con Kalman III y Gal Farion. Estamos incomunicados. No sabemos qué nos espera.

— ¿Rudy está bien? ¿Eris y Roxy?

— No lo sé. Por eso vine a unirme a ustedes. Vamos a Biheiril. Lo último que supe es que Rudeus, Norm, Elinalise, Cliff y Orsted estaban ahí. Eris, Roxy y Zanoba de seguro se dirigen al mismo lugar.

— No hay un círculo donde transportarnos a Biheiril, —preguntó Ghislaine.

— Temo que no. Estaba el de la oficina que conectaba con una ruina. Sin embargo, la ruina que conecta a ese círculo está a unos dos meses. Y solo estamos a una semana de Biheiril. Así Vámonos ahora , —dijo Silphy, poniéndose en caminar.

— Oye, gatita, ¿por qué no me dijiste que Sandor es Kalman II?

— Él pidió que no lo dijeran, le gusta no revelar su identidad y pasar desapercibido.

— ¿Él y ese gordo son confiables?, —preguntó Paul.

— ¡No le diga gordo! Él es una buena persona,— le dijo Isolte, algo molesta.

— Lo siento. No sabía que el regalón de la olla fuera tu novio,— le dijo Paul, sonriendo, algo que molestó mucho a Isolte.

— Jejejeje.

— ¿De qué te ríes, Silphy?,— preguntó Isolte, algo molesta.

— Lo siento. Es que me recordó a Rudy. Él hace las mismas bromas.

— Pfffff, de tal palo tal astilla, —dijo Ghislaine, que recibió una fulminante mirada de Silphy.

— Hey, no me mires así, chica. Lo decía solo por el sentido del humor. A Rudeus yo lo respeto mucho. Fue mi maestro en magia y me enseñó a leer. No como a este canalla, —dijo, sonriéndole a Paul.

— Bueno, como sea. Si dices que Alex Ryback y el gordo son confiables, te creo gatita , —dijo Paul.

— ¡Que no es gordo!, —dijo Isolte.

— Claro que no lo es, —dijo Paul, guiñándole un ojo a Ghislaine, que se rió, solo para ser fulminados por la mirada de Silphy.

— Dios, chica, tienes la misma mirada de Elinalise cuando está cabreada, —dijo la gata.

— Será mejor apurarnos, dijo Silphy, mientras iban a toda velocidad rumbo a Biheiril.

Mientras en la Sharia, Aisha pensaba qué hacer.

— Faria, lleva a los mercenarios y traten de limpiar la cabaña y ver si queda algo que podamos usar, restos de círculos o Armas. Yo iré a ver a alguien.

— Sí, comandante, —dijo la elfa, que partió con las Feráles a la sede de los mercenarios.

En la casa se quedó Nanahoshi a cargo de los hijos, equipada con sus anillos y sus armas, además de Leo, que no se despegaba de la casa.

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Mientras en la capital, Zanoba y Ginger veían que el grupo de cacería no se detenía y estaban preparándose para partir dentro de unos días.

— Pero ¿qué pasó? El maestro dijo que todo estaba bien.

Pero él no regresó. Tal vez las cosas salieron mal. Además, Gal Farion y Kalman están con ellos, mierda esto me da mala. Espina, —dijo Zanoba en vos alta.—

Ginger, vamos a la cabaña. Debemos informar de esto al maestro,— dijo Zanoba. Pero cuando llegaron, el círculo y la tablilla no funcionaban.

— ¿Qué pasa, Majestad?,— preguntó Ginger.

— Algo pasó en la Sharia. Los círculos no funcionan,— dijo Zanoba, saliendo de la cabaña y tocando el silbato para llamar a Almanfi. Pero nadie llegó.

— Ginger, Lucy, tomen sus cosas. Partiremos a la Aldea Superd. Además, cerca de ahí hay un monumento a las 7 grandes potencias. Ahí podríamos contactar a Almanfi.

Así, Zanoba y su familia, rápidamente partieron a Irelil.

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Tercera ciudad, puerto de Hiurelil.

— ¡Maldición, enanita! Todos dijeron que la comida de aquí era deliciosa, pero solo hemos comido pescado seco, quería comer pescado fresco y mariscos.

— Deja de decirme enanita. Y bueno, los ogros no están pescando. Se están preparando para la guerra. Esto es malo, Eris. Además, Malta está en Irelil. Deberíamos ir allá y tratar de contactarlo y decirle que no somos enemigos.

— Sí, ademas quiero volver a ver a Ruidjerd también. Quiero contarle que me casé con Rudeus y tenemos hijos.

— Rudy ya debió contarle, linda.

— Mmm, claro, es cierto. ¿Estás nerviosa Roxy?

— Un poco, Me asustan los Superd.

— Pffff, cobarde. Además, ya lo has visto varias veces.

— Aun así, me asustan, —dijo Roxy, inflando sus mejillas.— Bien, llegamos, —dijo Roxy, mientras entraban en la cueva donde habían creado un círculo y una tableta de contacto.

— Creo que se rompió, Roxy, —dijo Eris.

— No, está en buen estado . ¿Qué pasó?

De pronto, Roxy se dio cuenta de que algo había pasado en la Sharia.

— ¡LOS NIÑOS!,— gritó Roxy, saliendo de la cueva.

Pero se detuvo a pensar un segundo.

— Paul y Nana están en la Sharia, también Leo y los mercenarios, y está el círculo que conecta con su casa en Ars. Si algo pasó, todos deben estar en Ars.

— ¿Qué pasa, Roxy?

— Algo pasó en la cabaña de la Sharia. Tal vez un ataque.

— Tranquila. Silphy debería estar ahí.

— ¿Qué por qué? Ella está en el santuario de la espada, Eris.

— Sí, pero está usando los círculos de las ruinas. Si algo pasó, ella estará ahí, y estoy segura que nuestro suegro y Nana huyeron a Ars, si algo pasó.

— Bien. Debemos hacer un plan. Hay que ir con Rudy. Son unos 2 días a la segunda Ciudad.

— Bien, andando, dijo Roxy, y rápidamente empezaron su camino a la Aldea Superd.

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Mientras, unos días después , Gal Farion y Aleksander llegaban a la capital, donde se reunieron con Geese.

— El Hombre Dios está molesto con ustedes, idiotas, —les dijo Geese molesto.

— ¿A quién llamas idiota, mono bastardo?, —dijo Gal Farion, agarrándolo del cuello y levantandolo.

— ¡Mátame! Pero si lo haces, Orsted te matará.

— Maldita sea, cara de mono. Ese maldito Rudeus Greyrat era el maldito Reidar Rei. ¡Casi nos mata, hijo de puta!, dijo Gal lanzando a Geese al piso.

— Él no es Reidar, puede matarlo si usan todo su poder .

— Sabía cuatro técnicas del Dios del Cauce, imbécil, y era más poderoso que Reida reía. Además, manejaba el estilo del Dios del Norte casi a nivel de Dios. ¡Casi nos mata! Jajajajaja, fue un desperdicio haberlo asesinado, dijo Gal.

— Maldición si es como dices es un problema, porque el no está muerto, malditos estúpidos .

— ¿Qué?, —dijo Aleksander con sorpresa.

— El Hombre Dios dice que está vivo. Ustedes no bajaron a rematarlo al abismo del Wyrm de Tierra.

— No puede ser. Nadie sobrevive a una caída desde esa altura sin brazos. Si no lo mata la caída, se desangrará hasta morir, y en última instancia se lo comerán los Wyrm de tierra, —dijo Aleksander.

— No lo sé, pero el Hombre Dios dijo que está vivo. Y debe estar furioso, y ahora será peor. Estará con su armadura. Con esa cosa, le dio pelea a Orsted.

— Jajajajaja, tranquilo, mi simiesco amigo, dijo Alek, olvidas que ahora iré con Kajakut y además, mi armadura también es mágica.

— Y yo llevaré mi espada, Corta lo que sea. Es una de las espadas mágicas de Julián Jalisco.

— No lo dejen usar la armadura gigante. Mantenlo apenas puedan.

— Bien, cara de mono, ahora cúrame, —dijo Gal Farion, mientras Geese sacaba pergaminos de curación real y les reponía los brazos, dientes, y curaba las fracturas de sus aliados.

— ¡Oh sí! Como nuevo. Ahora sí cortaré a ese hijo de puta en dos, y esta vez lo haré de un solo tajo, dijo Gal Farion.

— Bien, solo falta que llegue Malta. Ya debe haber destruido la Sharia.

En ese momento entró Malta, con dos horribles heridas y muchos cortes.

— ¿Qué pasó?,— preguntó Alek al verlo.

— Espadachín y mujeres ferales. Gritarme, quedar paralizado. Dispararme con armas mágicas. Bestia sagrada Doldia atacar. Amenazar con matar ogros.

— ¿Quién estaba ahí?

— Hombre espadachín, pelo atado.

— ¡Paul! , dijo Geese.

— Yo iré a la Sharia a matarlos, dijo Gal Farion.

— No, ni Paul ni Zenith. A ellos déjalos en paz, por ahora —dijo Geese.

— ¿Deudas?

— Les debo la vida,— dijo Geese.

— Y aún así quieres matar a su hijo.

— El chico me agrada, pero estoy en duda con el Hombre Dios.

— Jajajaj, mientras matemos al Dios Dragón, pelearemos por ti, dijo Alek.

Después de curar a Malta, planificaron salir con el grupo de cacería en 3 días . Se reagruparían en Irelil con el resto de las fuerzas y atacarían a los Superd.

Geese se quedaría esperando noticias en la ciudad capital.

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