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Chapter 168 - El gran descuido de Ariel.

Una vez regresamos del reino de rey Dragón, fui a hablar con Orsted y le informé que el reino Dragón había entrado a la alianza, el tipo se veía complacido.

— Ahora iré con Atofe, ¿pero cómo debo lidiar con ella?.

— Simple, llevale licor y habla con ella, no uses lenguaje complicado, habla simple, qué ella pueda entender , si se vuelve demente y no puedes con ella escapen.

—¿ Ese es tu consejo?,—pregunte indignado.

— Si, toma— me dijo pasándome una botella.

— ¿Qué es esto?.

— Es una botella de cerveza de la raza Dragón, Atoferatofe la bebió cuándo se casó con Kalman I, fue un regalo de Perugius, aunque se le dijo que Urupen se las había regalado.

— Ya veo,—dije.

— Ahora ve a Asúra, y ve a hablar con cierto noble, toma llevale esto de mi parte como regalo, —dijo dándome un hermoso anillo—convencelo qué te de la espada qué tiene en su sala y después llevásela a Gal Farion, cuando vayas con el.

— Entiendo, bien iré a Ars, ademas contruire un círculo en el palacio de plata.

— Bien hazlo— me dijo el Dios dragon, mientras se cruzaba de brazos y cerraba los ojos.

— Le mande un mensaje a Ariel qué llegaría a mi casa en Ars, y le pedí autorización para crear un círculo desde la oficina al palacio de plata, a lo cual respondió que no había problema.

— Esa mañana hable con las chicas si querían acompañarme, pero todas dijeron que no podían, Roxy revisaba exámenes, Eris daría clases, Nana tenía experimentos con Perugius, y bueno Silphy estaba embarazada, ademas papá y Aisha aun estaban en el reino del rey Dragón. Así que partí a mi casa en Ars, donde Kleene me esperaba. Ella en persona ente me llevó con el Noble, de quien ya les había hablado.

El tipo fue bastante amable y luego de una charla donde bebimos té, le hable de la espada, al principio el tipo dudo en dármela, sin embargo Kleene, le dio un documento donde si me daba la espada, su hijo sería nombrado profesor en la universidad Nacional de Asúra.

El tipo me la dio de inmediato y yo le regale el anillo mágico, que protegía de maldiciones y magia avanzada de ataque. Ya con la espada en mi mano, nos dirigimos al palacio de la plata, donde Kleene me llevo a una sala secreta donde cree el círculo de teletrasportacion a la cabaña, junto con Kleene lo probamos y aparecímos en la cabaña de la Sharia.

Una vez eso listo regrese para ver a Edward a quien le llevaba, ropa y unos zapatitos de regalo.

Ariel paseaba por el jardín, cuando llegué con Kleene, esta rápidamente hizo que se retiraran los guardias y empleados, y solo quedó Kleene vigilando que nadie estuviera ahí.

—Gusto en verte Ariel, le dije haciendo un saludo noble, ella solo me sonrió y me besó.

— Vaya Rudy, ahora no tratas de separarte de mí, cuando te besó.

— No tiene sentido, siempre te sales con la tuya.

— ¿Cómo te fue en el reino del rey Dragón?

— Bien, el príncipe Kirkland te envía saludos.

Ariel hizo una mueca con la cara,— Mmm, ese tipo aún me manda cartas de amor, ya me tiene harta, me dan ganas de escribirle y decirle que se las meta por el culo, pero no puedo, dejaría de ser diplomática.

— Oye, cuida tu lengua, eres la reina.

— Jajaja, que cínico, eres más deslenguado que yo, Rudy.

En eso Edward, que era paseado en un carrito para bebés, empezó a llorar.

— ¿Qué tienes hijo?, dijo Ariel tomándolo en brazos y oliendo.

— Fuchi, está cagado, espera, llamaré a una sirvienta.

— No lo hagas, dámelo, sé cambiar pañales, —dije mientras lo llevábamos a una banqueta y le cambiaba su pañal cagado, mientras Ariel ponía cara de asco.

— Oye, no puedo creer que pongas esa cara, es tu bebé, ¿nunca le has cambiado?

— Siempre lo hace una empleada— dijo Ariel tapándose la nariz.

— Santo Dios, eres su mamá, ven, mira cómo se hace.

— No quiero.

— Ven, vamos, no es tan grave, mira, le saca el pañal con caca, ¿ves?, —cuando dije eso Ariel hacía arcadas.— Luego le limpias el culo, lo lavas con agua tibia, dije conjurando una fuente y agua, lo secas con una toalla, le pones talco en el culo y la palanquita.

— Rudy, no seas vulgar.—dijo Ariel cruzando se de brazos.

— Lo siento, ahora le pones un pañal nuevo, y listo, como nuevo, ¿cierto campeón?,— le dije a Edward, mientras este sonreía.

— Sí que tienes experiencia, Rudy.

— Bueno, cuando mis hermanas eran bebés, con Silphy les cambiabamos los pañales, y ahora con 3 hijos y otro en camino, he aprendido mucho, es parte de ser padre, tú deberías hacerlo, por más reina que seas, así formas un vínculo con el bebé, en especial con éste que está tan lindo, ¿no Edward ?, vas a ser un galán cuando seas grande, jejeje. Por cierto te traje unos regalos para el bebé— dije pasándose los a Ariel

Ella no decía nada, me miraba ahí sentada con una sonrisa y los ojos brillantes mientras tenía a Edward en mis brazos y este se reía .

— ¿Qué te pasa? Te quedaste callada.

— Nada amor, solo te miraba con Edward en tus brazos, recordaba cuando nos conocimos en esa calle de la Sharia.

— Sí, dije cosas bastante rudas con respecto a la nobleza.

— No lo digo por eso, lo digo porque me coqueteaste, ¿recuerdas? cuándo tocabas esa guitarra.

— Hey, tú empezaste con los coqueteos, Silphy estaba furiosa, aunque en ese tiempo pensé que era porque Fitz estaba enamorado de ti.

— Jajajaja, oye, fui a ver a Silphy nuevamente el otro día, me contó que está preocupada por el bebé.

— Sí, lo sé, tiene miedo por el pelo, con Lucy fue igual, teme que sea verde.

— Ya veo— dijo Ariel.

Nada pasará, si tiene el pelo verde lo voy a proteger con mi vida, Silphy ya debería saberlo.

— Ella lo sabe, solo que está preocupada, además has estado mucho fuera estos meses.

— Lo sé, y ahora iré con Atofe y después con Gal Farion, pero estaré con ella cuando nuestro bebé nazca, lo juro.

— ¿Iras a ver a esa mujer?

— Sí, ella es la reina demonio más poderosa del continente demoníaco, la necesito para cazar a Geese y sería una gran aliada.

— Le ordenaré a mi caballero más fuerte que vaya contigo.

— No, deja a Ghislaine acá, no te preocupes, tengo un plan, además Orsted ya me dio un licor caro para darle como ofrenda.

— Yo también te daré un licor, para que se lo des, amor.

Seguimos paseando por el inmenso jardín, con Edward en el carrito, que yo llevaba. Estuvimos hablando con Ariel hasta el ocaso.

Esa noche me invitó a una cena íntima donde estuvieron Kleene, Elmore, Tris y el sometido de mi primo, por algún motivo que aún no sé, Tristina le prohibió beber, y no se despegó del nuestro lado, y en algunos momentos podía ver cómo miraba con reproche a Luke, sobre todo cuando este empezaba a bromear que Edward necesitaba un hermanito.

Esa noche, me quedé con Ariel y Edward solos en la sala, custodiados por Doga tras la puerta, Ghislaine al parecer estaba en sus días libres y no la vi por ningún lado, tampoco a Sandor, ni Isolte.

Cuando Edward se durmió, acompañé a Ariel hasta su aposento, lo dejamos en su cuna, Ariel cerró su espacio con una cortina, nos sentamos en un sillón a hablar, y a beber unas copas, ya estábamos muy ebrios, de pronto me dormí, cuando me di cuenta, nos estábamos besando salvajemente y terminamos en la cama, recuerdo que lo hicimos varias veces, hasta que perdí la conciencia.

Cuando desperté al día siguiente, estaba en la habitación de Ariel, cuando miré a mi lado estaba durmiendo con ella, levanté las sábanas y ambos estábamos desnudos.

¡MIERDA, MIERDA, MIERDA QUÉ HICIMOS?!.

Mis gritos alertaron a Kleene, quien entró a la habitación, pero Ariel la hizo salir.

—Mierda Ariel, ¿qué hicimos por la mierda?, ahora sí que la cagamos.

— Tranquilo Rudy, tranquilo, no es tu culpa, anoche estábamos ebrios, y una cosa llevó a otra, y bueno, pasó.

—Mierda Ariel, estoy casado, Dios, Dios, Dios, Silphy me va a abandonar, Eris me va a abandonar, Roxy y Nana me van a abandonar, no porque, ¡maldita sea porque!, soy igual que mi padre, decía desesperado.

—Ya tranquilizate ,— me decía Ariel, que también estaba desnuda, y trataba de calmarme.—Cálmate Rudy, no es tu culpa, soy yo la culpable, estábamos ebrios y me aproveché, yo soy la culpable, no te culpes, no le diré a nadie, por favor, decía mientras me abrazaba y sollozaba.

De pronto Edward empezó a llorar, así que rápidamente me puse mi ropa interior y Ariel su ropa para dormir, lo saqué de su cuna, cambié su pañal, y se lo pasé a Ariel, quien le dio teta.

Estaba sentado en la cama tomándome la cabeza, mientras Ariel le daba pecho a Edward en un sillón frente a mi.

—Rudy, mírame, Rudeus Greyrat, mírame,—me ordenó elevando la voz.

La miré a sus ojos, ella estaba asustada, lo pude notar.

—Escúchame, no diré nada de esto, lo juro, no te preocupes, no quiero acabar con tus matrimonios, no soy una rompe hogares, esto fue mi culpa y asumiré toda la responsabilidad de esto.

Yo no dije nada, aún me tomaba la cabeza.

—Yo te amo, Rudy, jamás te haría perder a tu familia, sé cuánto los amas.

—¿Qué pasará si quedas embarazada?

—Bueno, pasará lo mismo que con Edward, no diré quién es el padre.

—Pero yo lo sabría, no quiero que me alejes de mi hijo si algo pasa.

—No pasará, mi periodo llegará pronto, ya dejé de ovular , tranquilo.

—Dios Ariel, debo irme—dije mientras me ponía mi ropa .

—Espera, no tan rápido, ven,— me dijo y me senté a su lado.

—Debes estar tranquilo Rudy, nada pasará, y concéntrate en tu misión, no quiero que te pase algo por mi culpa, está claro, eres padre, recuerda que tienes hijos.

—Sí, lo sé, dije. Ariel me miró y acarició mi cabello, mientras me pasaba a Edward, que me regaló una sonrisa, eso me hizo sonreír .

Kleene nos trajo desayuno y la botella de vino para Atofe, después de comer algo me despedí de Ariel, quien me dio un beso,y me repitió que todo estaba bien y regresé a casa.

Apenas Rudeus se fue, Ariel se tomó la cabeza.

—¿Qué pasó majestad?

—Anoche el sexo estuvo tan increible, que nos dormimos abrazados, solo me desperté cuando Rudy empezó a gritar, maldita sea .—dijo golpeando una almohada

—¿Y ahora qué, majestad ?

—Nada, él solo sabe que es la primera vez que dormimos juntos , pero mierda, la cagué Kleene, maldita sea, maldita estúpida, soy una maldita estúpida, no quiero perderlo Kleene, —dijo Ariel llorando.

—Majestad, tal vez sería bueno que hables con él la próxima vez, sobre el príncipe.

—No puedo, si hago eso, él le dirá a sus esposas y eso podría acabar con su matrimonio, no quiero destruirles la vida, por eso hacía esto en secreto, maldición, porque maldita sea, porque tenía que bajar la guardia, demonios .

—No sé qué decirte majestad.

—No digas nada, ya pensaré qué hacer— dijo Ariel mientras miraba a su bebé — no quiero que tu padre se aleje de nosotros amor— le decía a Edward mientras besaba su frente

Mientras Rudeus estaba en Ars, Roxy se había quedado en casa preparando exámenes, estaría fuera por unos meses y quería dejar su trabajo adelantado.

De pronto sintió olor a humo, cuando miró a su alrededor, vio qu eetsba rodeada por una densa capa de humo blanco. Roxy rápidamente saltó de su silla y salió de su habitación, donde vio que la casa estaba llena de humo, rápidamente bajó y revisó cada habitación de la casa, sin encontrarte un foco de incendio , finalmente encontró la fuente del humo, era en la cocina, donde Eris estaba en frente al horno, solo en ropa interior y estaba calcinando algo.

— ¿Qué estás haciendo, amor?—dijo Roxy

— ¡AAAH!, Dios Roxy, no aparezcas así, casi me matas del susto, Rudeus tiene razón contigo, porque apareces siempre cómo un fantasma .

— Lo siento, pero ¿qué haces?, ¿encontraste un ratón?—dijo Roxy.

— No, tenía hambre y estaba asando carne.

— Eso ya está chamuscado,— dijo Roxy apagando y sacando la carne carbonizada.

— Mmm, es que cuando llegué, no había comida.

— ¿No comiste en la universidad?—pregunto Roxy

— Hubo un problema en las cocinas, estában inundadas,así que vine acá, pensé que no había nadie, Silphy está con los niños donde nuestras suegras y Nana esta en el Caos Braker .

— Ya veo, déjame sacar el humo, dijo Roxy, que abrió las ventanas y sacó el humo con magia de viento.— ¿Te parece si cocino, Eris?

— ¿Sabes cocinar, enanita?

— No me digas así.—dijo Roxy inflando sus mejillas.

— ¿Por qué? Siempre te digo así cuando estamos en la cama.

— Eso es para la cama, no me lo digas fuera de la habitación.

— Está bien, qué mal carácter tienes, Roxy.

— Pffff, mira quién habla.

¿Sabes? si quieres puedo preparar sopa.

— Está bien, —dijo Eris.

Roxy tomó carne seca, cebollas, papás, unos huevos y condimento, y se puso a cocinar arrojando los a una olla con agua .

— Pensé que no sabías cocinar Roxy.—le dijo Eris

— Sí, sé, aunque no cocino rico, como Aisha, Lilia o Silphy.

— ¿Qué estas cocinando?

— No lo sé, Rudy cocinaba esto en Shirone, mientras viajabamos al fuerte Karon, me dijo que era una sopa de su mundo, sabe bien, bueno cuando él la hace.—dijo Roxy

— Qué bien, Rudeus cocina delicioso, aunque el otro día sirvió de esas estúpidas flores de cardo, solo a él le gustan, son difíciles de comer.

—Jajaja si trajonesas cosas de Shirone, nunca me habría imaginado que esas cosas se comían, Pero déjalo, eso le recuerda su antiguo mundo.

— ¿Crees que Rudeus extrañe esa vida? Ya sabes, cuando habla de ese mundo, suena muy genial, esos autos, las películas la música, los aviones.

— No lo creo, tal vez extrañe a su hermano, y sus sobrinos, pero él siempre dice que es más feliz acá y le creo, ¿sabes porque?, él siempre arriesga su vida por nosotros.

— Sí, lo sé,— dijo Eris.

Una vez lista la sopa, se sentaron a comer, aunque Roxy de inmediato se dio cuenta que le echó demasiada sal.

— Esto está delicioso, dame más, dijo Eris.

— ¿En serio? ¿Segura que no lo dices solo para complacerme?, Se que me quedo salada —dijo Roxy levantando una ceja.

— Sabes que para complacerte hago otras cosas, enanita, —le dijo Eris guiñandole un ojo, poniendo muy roja a Roxy.

— La comida está bien, en serio, pero Roxy quería hablar contigo de otra cosa .

— ¿Sobre qué?—pregunto la enanita, digo Roxy.

— Necesito que me ayudes, con la lengua demoníaca.

— Eris, eso es para la noche.

— Hablo en serio, pervertida, estoy oxidada, cuando era niña aprendí a hablarla, pero hace mucho que no practico.

— ¿Te gustó la comida?— dijo Roxy en lengua demoniaca.

— Sí, estaba deliciosa, —dijo Eris en el mismo idioma.

— Nada mal, Eris, se te entiende muy bien .

— Sí, genial, no quería volver al continente demoniaco y solo estar ahí parada sin poder decir nada.

— Bien, sigamos hablando, dijo Roxy, quien le habló de los niños, de Silphy, de los experimentos de Nana, todo en el idioma demonio .

— ¿Sabes?, nunca aprendí a cocinar, solo sé hacer carne asada,— dijo Eris.

— Sí, yo solo aprendí por necesidad, siempre me iba de aventura sola, dijo Roxy.

— Hace tiempo, cuando era niña, le pedí a Geese que me enseñara a cocinar, quería aprender para cuándo me casara con Rudeus, pero él se negó, dijo que no enseñaba a mujeres.—recordó Eris

— Apuesto que te dijo que había una maldición.

— Sí, eso dijo, recordó Eris sonriendo.

— Geese cocinaba bien, —dijo Roxy— fue muy confiable en el Laberinto en Lapam .

— Él era de los pocos que me agradaba, aún me cuesta creer que es un traidor.—dijo Eris.

— Lo sé, pero ya eligió su bando, solo nos queda apoyar a Rudy.

— Lo sé, —dijo Eris— le cortare la cabeza.

— Oye, Eris, cambiando de tema , cuando estaban en el reino Dragón, Ariel estuvo aquí, vino por dos días con Tristina y el príncipe Edward .

— ¿Qué? ¿ Y a qué vino?

—A ver a Silphy, hablaron muchas cosas, y preguntaba por Rudy y por ti, vino con el príncipe, es idéntico a ella.

Lara lo quedaba mirando y le acariciaba la mejilla lo mismo que Zenith qué lo tomó mucho en sus brazos.

— Ya veo, sabes Roxy, esa mujer está enamorada de Rudeus— dijo Eris.

— Sí, yo también me di cuenta, cuando Ariel se fue, esa noche dormí con Silphy y hablamos de ello, Nanahoshi también dijo lo mismo, a ella no le agrada mucho Ariel.

— Ya veo, esa mujer me asusta, cuando la miro en sus ojos puedo darme cuenta que me desea.

— Jajajaja ¿encerio? ¿Tu intimidada? , aunque ella nos mira a todas así, es una pervertida.

— Lo sé, tal vez no fue buena idea dejar ir a Rudy solo a Ars.

— ¿No confías en él?—pregunto Roxy.

— En él sí, no confío en la reina.

— Lo sé,oye Eris ¿y si Edward es hijo de Rudy?

— Lo dudo, se parece a Ariel.

— Eris, amor, todos nuestros hijos se parecen a nosotras, ¿tú qué piensas, Eris, ella podría haber hecho algo, sin que nos diéramos cuenta?

—No lo se, ademas no podemos hacerle nada Orsted dice que Ariel y el príncipe son muy necesarios en el futuro.

Lo único que te puedo decir Roxy, es que yo no voy a abandonar a Rudeus, además si tiene un hijo con la reina sería un honor, o al menos eso decía mi abuelo sobre cómo debe ser un noble.

— Mmmmm, eso no tranquiliza Eris, será mejor no pensar en eso, amor, por cierto, hemos hablado en lengua demoníaca todo este rato, hablas muy bien, Eris.

— Gracias amor.

— Bien, debo ir a dar clases, te veo a la noche amor, dijo Roxy despidiéndose de Eris con un beso.

En los próximos días, ellas irían con Rudeus a ver a la reina demonio inmortal Atoferatofe Ryback.