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Chapter 65 - El dios dragon Orsted parte II

Sentí una fuerte explosión y una onda expansiva que casi nos tiró al suelo. Rápidamente me dirigí ahí y encontré a Orsted con una espada en la mano y a sus pies tirado boca arriba a un hombre de pelo blanco como el de Silphy, con un brazo cercenado cuya herida sangraba profusamente. Era Rudeus.

Se veía tan diferente a como recordaba al adolescente de 13 años, con el cual me hice mujer. Había crecido y ahora era un hombre guapo.

Orsted hablaba algo con él mientras tenía su espada lista para atacarlo, así que me lancé sobre ese monstruo sin vacilar y traté de cortarle la cabeza. Pero él rápidamente retrocedió. Cuando volteé para ver a Rudeus, este estaba pálido. Había perdido mucha sangre. "Perdona por llegar tarde, Rudeus", le dije, y me miró con los ojos muy abiertos y me dio una linda sonrisa que me hizo estremecer.

Rápidamente dirigí mi mirada a Orsted, que solo se limitó a mirarnos. El dios dragón estaba muy herido, con quemaduras, cortes, muchos moretones y sangraba de sus heridas , Rudeus lo habia dañado mucho.

Me quedé ahí mirando al Dios Dragón buscando alguna estrategia pero, no puedo derrotarlo.

Rudeus lanzó un ataque que habría matado a Gal Farion y Reida juntos, pero solo dejó herido a ese ser. Cuando me di cuenta, Silphy, Roxy y Ghislaine habían llegado. Pude ver por el rabillo del ojo cómo sus esposas lo curaban.

Ghislaine, por favor, cubre a Roxy y Silphy mientras curan a Rudeus. Yo pelearé con él.

Esas son Roxy Migurdia y Silphiette Dragonroad, pensó Orsted. En verdad están aquí y están curando a ese tipo. Y Roxy Migurdia tiene abultado el vientre. No es mucho, pero claramente se nota un embarazo. Este tipo decía la verdad. ¿Qué debo hacer? Ahora frente a mí, Eris Boreas Greyrat, dispuesta a morir por este hombre. Su destino fuerte con Luke Notos Greyrat se hizo pedazos y el destino de estas tres mujeres orbitan el destino de Rudeus de manera inquebrantable.

Esto es interesante. Eris Boreas Greyrat dispuesta a dar su vida por sus aliados.

Soy solo Eris Greyrat, ya no soy una Boreas. Y si quieres ir por Rudeus, deberás enfrentarme.

¿Qué significa Rudeus para ti? ¿Qué hay de tu amado Luke?

¿Y quién demonios es ese idiota?

El hombre que estaba destinado a ser tu esposo.

Pfff, no sé de qué hablas, el único hombre que amo es Rudeus.

Interesante, pensó el dios dragón, Eris jamás tuvo hijos, ¿qué pasaría si se convierte en madre como esas otras dos?

El dios dragón no va a atacarme, pensó, Eris. Yo tampoco debo atacar primero, ese fue un consejo del dios del filo. Atacarlo es un suicidio, ese tipo es de nivel divino en el estilo del Cauce.

Debo calmarme y esperar su ataque, pero ahí está, mirándome perdido en sus pensamientos. Gal Farion también me dijo eso, por alguna extraña razón, ese ser te queda mirándote cuando ve algo que le parece interesante, como si lo estudiara. Además, tiene una espada. El dios del filo dijo que podía usar la espada de la luz y las técnicas de Reidar solo con sus manos, pero nunca habló de una espada. ¡Maldición, Rudeus si que lo hiciste enojar jejejeje!

Pfff, bien, Eris Greyrat, si no vas a atacar, creo que deberé atacarte yo. Dijo apuntandole con au espada

La espada de Eris era la Espada Fénix, una espada mágica que debilitaba las auras de batalla, pero no creía que funcionaría con este ser. Aun así, ella esperó el ataque de Orsted, recordando los consejos que le dio Gal Farion. "Si puedo", pensó Eris, "si puedo repeler la espada de la luz".

De pronto, Orsted la atacó con la espada de la luz, pero Eris repelió el ataque con la Espada de la Reflexión para contrarrestar el ataque y le cortó la muñeca al dios dragón, haciendo que su espada saliera volando, Orsted le lanzo la misma patada que le rompio la armadura pequeña a Rudeus, pero Eris ya sabia de este ataque por los consejos de su maestro y lo esquivo. Cuando pensó que lo había logrado, Orsted tomó su mano y la puso en su lugar, tal como lo hizo cuando Rudeus se la cortó. "Maldición, este es un monstruo", pensó Eris, mientras miraba hacia atrás y veía cómo aún trataban de curar a Rudeus. Ella solo pensaba que juntos podrían derrotarlo.

"Un poco más, solo un minuto más y acabaremos contigo, maldito", dijo en voz baja Eris.

"Vaya, se notan las enseñanzas del Dios del Filo en tus técnicas. ¿Acaso te las enseñó Gal Farion en la cama?".

Esto lo dijo en voz alta para que todos escucharan, pero Eris ya sabía de esta táctica psicológica. El dios del filo dijo que la atacaría con las palabras cuando las cosas no resultaran como Orsted esperaba, para hacerla perder el control y matarla cuando lanzara sobre él un ataque enfurecido. Por eso, Eris lo tomó con calma y no le dio importancia a sus palabras; eso significaba que la batalla iba según lo planeado. Eris solo le dio un resoplido y una sonrisa sarcástica. Orsted la miraba y pensaba: "Esta mujer no es la misma Eris que conozco, es mucho más poderosa.

Está bien, dijo en voz alta, es hora de terminar con esto".

Orsted alzó ambas manos, señal para Eris de que atacaría solo con artes marciales. Esto también se lo había advertido Gal: cuando los ataques no funcionan, termina resolviendo todo a golpes y puñetazos, y la magia en última instancia. Cuando ve una técnica que no conoce, se queda mirando como si tratara de aprenderla; ese puede ser su punto débil.

Eris tomó la empuñadura de la espada Migurd, mientras sostenía la espada Fénix sobre su cabeza. Esta era una técnica que aprendió de su maestro Aubert Corvette, la espada brumosa, salvo que es una variación que combina la espada de la luz. Orsted se quedó quieto poniendo toda su atención en Eris, no tenía idea de lo que estaba haciendo. Tal como dijo el dios del filo, "el tipo estudia las tácticas que no conoce", momento que Eris aprovechó para lanzarle la espada Migurd seguida por la flama Exodus, un hechizo que había perfeccionado en sus combates con Aubert, y la espada de la luz de manera perfecta. Pero Orsted deshizo el hechizo de fuego, la espada Migurd rebotó en su aura de batalla y paró la espada Fénix con las manos.

Esto acabó Eris Greyrat.

"Aun no grito", dijo Eris mientras saltaba hacia atrás y tomaba la espada Migurd, aprovechando también para tomar el sable de Rudeus y prepararse para el combate. Orsted casi había sanado, aunque aún estaba muy herido , pero ya no sangraba. Ese monstruo se estaba regenerando.

De pronto, el sable que había tomado comenzó a ejercer fuerza propia. Al mirar atrás, Rudeus tenía la mano alzada. Ella soltó el sable y este fue a parar a la mano de Rudeus. Eris quedó mirando esto con los ojos muy abiertos, pero dio una sonrisa.

"Eso fue genial, Rudeus", pero también se dio cuenta de lo pálido que estaba, casi muerto. Él no estaba en condiciones de pelear. Eris analizó rápidamente esto y gritó a las mujeres.

"¡Rápido, Roxy, Silphy, Ghislaine, saquen a Rudeus de aquí! Yo me quedaré, aunque muera. Por favor, sáquenlo".

"Yo me quedo", dijo Silphy. "Yo pelearé".

"¡Bien!", dijo Eris. "Dame apoyo tras de mí, Ghislaine, llévate a Rudeus y Roxy".

"No puedo hacer eso. Juré a Sauros y Phillip que te protegería", respondió Ghislaine.

"Hazme caso, por favor, Ghislaine. Protege a los que amo".

"Ya basta", dijo Roxy. "Larguémonos todos de aquí, ese monstruo nos matará".

"Roxy, debes irte", dijo Rudeus. "Ese bebé no puede morir. Por favor, huye".

"No puedo hacer eso, Rudy".

"Maldición, Roxy, obedece. Tú no puedes morir, tú tampoco, Silphy. Ghislaine, saca a Eris de aquí". El me quiere a mi , ustedes no deben morir por mi por favor vayanse

"No te voy a dejar morir aquí, grito Silphy", mientras aplacaba su llanto. "No puedes dejar a nuestros hijos sin padre, idiota. Te amamos, ¿qué vamos a hacer sin ti?".

Orsted dio un fuerte suspiro, poniendo a todos en guardia.

"Escucha, Rudeus Greyrat. Mientras sirvas al Hombre Dios, no descansaré hasta matarte, incluso si debo matar a todos aquí y a toda Sharia", amenazó.

"Te he dicho varias veces que no lo sirvo, maldito testarudo, bastardo.tu empezaste esta pelea, maldito infeliz idiota

Si es cierto lo que dices de tus hijos, me los llevaré", dijo Orsted.

En ese momento, perdí la calma y me acerqué a él con toda la intención de matarlo, aunque apenas caminaba.

"Pero debo admitir que tu maná es impresionante. Tu complejo de Laplace te ha hecho más poderoso que él. Eres un gran estratega, y la armadura que creaste es increíble, sin contar tu habilidad como Rey del Norte y tu potencial en el estilo Dios del Cauce. Escucha, Rudeus, únete a mí en contra de Hitogami", propuso.

"Debes estar tomándome el pelo, imbecil.

Eso fue lo que te pedí al principio y me atacaste sin razonar, ¿por qué confiaría en ti, lunático de mierda?

Orsted le dio una fugaz mirada a Eris, Silphy y Roxy, especialmente al vientre de Roxy.

Escucha, Rudeus Greyrat, elige entre unirte a mí o morir. Yo puedo ayudarte a buscar una manera de proteger a tu familia de ese ser maligno. Si te unes a mí, te garantizo que te protegeré, él no puede verme.

¿Esto es seguro?

No, no sé todas las artimañas de ese ser, pero si se que le será difícil atacarte. ¿Decide, te unirás a mí?

Apenas caminaba, solté a Roxy y me apoyé en Silphy, quien estaba llorando.

¿Qué aras, Rudy?

Solo le sonreí y le di un beso.

Espera, Rudy, no confíes en el monstruo, dijo Silphy, mientras me alejaba de ella en dirección al Dios Dragón.

¡Esto tiene que ser una mentira! -gritó Eris a Orsted, quien había soltado la espada Fénix que tenía entre las palmas de sus manos.

Mientras me apoyaba en Ghislaine para no caer. La mire y le dije :

Vaya, no has cambiado nada, maestra.

Hola, Rudeus, la vida no te favoreció, eres idéntico al imbécil de Paul.

¡Jajaja! Sé que en el fondo lo amaste, Ghislaine.

¿Quién te dijo eso?

Elinalise.

Esa maldita bocana dijo sonriendo.

Finalmente llegué junto a Eris, la miré a los ojos mientras le tomaba la mano y se la apretaba, y ella me devolvío el apretón. Finalmente la solté y llegué junto a Orsted.

¿Cómo sé que no me vas a matar?

Voy a confiar en ti, Rudeus Greyrat.

Bien, no tengo otra opción, seré tu aliado contra ese bastardo pixelado, pero esto lo hago solo por mi familia, si tratas de hacerles algo te matare.

¿Pixel qué? Bueno, como sea, dijo mientras me lanzaba magia de curación y restauraba mi brazo. Luego me dio un brazalete y me advirtio que nunca me lo sacara. Este brazalete impediría que Hitogami me encontrara y viera lo que hago. Finalmente se fue diciendo que se pondría en contacto. Envainé mi sable, recuperé la espada que me regalo Paul y mis dagas cuando me dirigía hacia Roxy y Silphy. Caí desplomado de cansancio, Ghislaine me tomó y me ayudó a caminar, momento que aprovechó Silphy para darme una tremenda bofetada.

Eres un imbécil, Rudeus Greyrat, casi haces que te maten y exploto en llanto.

Perdóname, mi amor. Todo esto fue un engaño para que el Hombre Dios pensara que pelearía. No tenía intención de combatir, pero ese demente del Dios dragón no razonaba. Traté de hablar con él, pero no entendía, quería matarme.

¿Y por qué rayos te aliaste con él?

Es la única forma que tengo de protegerlas a ustedes y a nuestros hijos. Lo siento.

En ese momento, Roxy llegó a mi lado mientras me besaba. "Eres un tonto".

"Tranquila, Roxy, no te agites, eso puede hacerle daño al bebé. No te muevas tanto. Te amo, Roxy".

Con la ayuda de Ghislaine, me subieron sobre mi fiel Homero Simpson, del cual Silphy llevaba las riendas . Mientras iba con mi cabeza apoyada en su espalda, casi dormido, miré al lado donde Ghislaine cabalgaba su propio caballo y más allá Eris, y tras ella, aferrándose a su cintura , iba Roxy. No pude evitar sonreír al ver a Eris y Roxy juntas sobre el caballo. Eso fue lo último que recuerdo hasta que llegué a casa, donde Aisha y Lilia preguntaron qué había pasado conmigo y les menti diciendoles que gaste todo mi mana en un hechizo y que solo necesitaba dormir.

Por alguna extraña razón me miraban la cabeza. Entré a mi habitación y caí dormido de inmediato, perdiendo el conocimiento por más de un día.

Mientras Rudeus dormía, las chicas hablaban más relajadas de lo que había pasado, y tuvieron que explicar a toda la familia lo que había pasado.

Ghislaine tuvo que detener a Paul, que estaba furioso e iba a entrar a la habitación de Rudeus para patearle el culo por su irresponsabilidad. Luego de una conversación, se calmó un poco. Lo mismo pasó cuando Nanahoshi llegó esa tarde y le contaron lo sucedido. Silphy tuvo que calmarla del llanto, tambien estaba furiosa con Orsted luego que le contaron que trato de parlamentar.

Por cierto, Nana, ella es Eris, ella sera la esposa de Rudeus dentro de poco, dijo Silphy presentándolas.

"Vaya, ¿has crecido mucho, Eris? ¿Me recuerdas?"

No nunca te había vistos pwro tu nombre me suena

"Sí, yo soy la chica enmascarada que viajaba con Orsted en la mandíbula inferior del Wyrm rojo."

"¿Eres tú?", dijo Eris muy agitada mientras se paraba y llevaba su mano a su espada Paul y Silphy tuvieron que calmarla.

"Hey, ¿por qué reaccionas así? ¡Yo le salvé la vida a Rudy esa vez, o lo olvidaste?"

"¡Cierto, tienes razón!", lo siento dijo Eris. Avergonzada recordando ese suceso

"Bien", dijo Silphy, "debemos

Buscar una habitación para ustedes, chicas .

Yo me quedare en una posada dijo Ghislaine. Eris debe empezar a construir su futuro, ya no me necesita a su lado.

- ¿Puedes ir a vivir conmigo? - dijo Paul guiñándole un ojo.

- Sigue soñando, idiota.

Este comentario le valió un coscorrón a Paul por parte de Lilia.

Eris eligió la segunda habitación más grande y, luego de acomodarse, bajaron a cenar todos, incluido Ghislaine.

Después de la cena y , las chicas fueron a ver a Rudeus, quien estaba profundamente dormido aún y aprovecharon de sacarle la ropa y taparlo con una manta , se despidieron de él con un beso cada una.

Cuando salieron y fueron a dormir, silenciosamente Eris entró a la habitación de Rudeus y se quedó mirándolo. Ahora que lo tenia en frente, podía verlo claramente y con más atención. Había cambiado mucho: era alto y sus rasgos eran de un hombre , su cuerpo otrora infantil era mas grande , musculoso su cabello estaba blanco y era largo casi identico al de su padre. Habían pasado 5 años. Eris se recostó a un lado de él mientras lo abrazaba.

- Regresé, Rudeus y esta vez pude protegerte de ese monstruo. Ahora seremos una familia, como me lo prometiste esa noche en Roa -

Eris lo abrazó fuertemente, sintiendo su aroma, y le dio un tierno beso en la mejilla, tal como ese beso que le dio cuando se despidio de el en Roa, pero este beso era diferente , este era el regreso, y Eris , nunca mas se iba a apartar de su lado.

Se quedó por horas junto a un dormido Rudeus, mirándolo y acariciando su cabello. A partir de mañana, una nueva historia juntos los esperaba, y Eris estaba algo nerviosa de esta nueva etapa en su vida. Pero mientras estuviera con él, nada sería complicado para Eris.