Notas de piano tan suaves, hermosas, en compañía de él canto ancestral, llamado viento, es lo único que me gusta escuchar, dudo que realmente pueda tener otro momento favorito, gracias a que como a cualquier ser humano la vida le ha dado batallas que luchar, por lo cual he decidido resignarme solo a eso, a hallar consuelo en aquella melodía para mis oídos, Las cosas buenas les llegan a los que creen, las cosas mejores les llegan a aquellos que son pacientes, pero lo mejor les llega a aquellos que no se riden.
–¿Puedes moverte un poco?— pregunté mientras despertaba de mi trance, ella solo bufón, sé que para viajar en transporte público no hay que ser exigentes, en especial el metro, pero dejar que pisaran mi pies no era una idea muy placentera ,
— ¿Que te pasa?— preguntó, ella se lo buscó, la empujé con la fuerza suficiente para que no solo ella, sino también las otras personas aunque sea se empujaran entre sí, no pude evitar soltar una sonrisa, que al parecer, fue maniática para los señores que se estaban sentados enfrente, quienes me miraron de una manera, como si de algo repugnante se tratara, cosa que sólo avivó mis impulsos,que en un intento de parecer arrepentido, y ayudar a levantarse a la chica que empujé, la aventé aún más lejos aprovechando su desequilibrio, lo cual solo me provocó más gracia,
—Te crees muy gallito, ¿no?, no te preocupes yo me encargo de quitarte las ganas de maltratar mujeres— de un momento a otro unos hombres me rodearon, mi risa se ahogó usando recibí el primer golpe, luego vinieron más que solo me dejaron jadeando, sin embargo, eso no me habían quitado las ganas de seguí riendo, yo sabía perfectamente que me lo gané, en comparación de la chica que solo sollozaba enfrente de todos los presentes, media hora después por fin pude safarme de aquel lío en el que me metí, por suerte, cuando llegué a mi casa nadie me esperaba, bueno si se le puede llamar casa a este lugar, me senté en la colchoneta con un vaso de refresco en mis manos, deseando que sea más de noche para poder salir, la ciudad Fr, es subdesarrollada por lo cual, es normal que este repleta de civilización, con algunas excepciones, como el barrio donde vivo, un pequeño cuarto de renta, con ratas, y toda clase de alimañas rodeando por ahí, y no solo hablo de animales, es un sitio peligroso, pero es para lo único que me alcanzó, después de dejar mi hogar, donde me corrieron, ¿la razón?, al parecer ya se habían hartado de mí, y mis escritos fue la gota que derramó el vaso, no soportaron el hecho que su único hijo varón con problemas mentales, escribiera "asesinatos",la verdad es que sí tengo problemas mentales, pero no sé cuales, y no solo escribí muerte, como ellos alegaban, relaté historias de suspenso y de terror, con sangre mucha sangre, pero eran novelas policíacas, a las que dediqué años de mi vida, para poder ser llamado escritor, novato y sin aspiraciones, pero con mucho orgullo, ahora me encontraba esperando las 3:00 A. M., para poder salir, todas las noches encontraba inspiración, y este lugar donde el crimen estaba al alce, podía encontrar la idea para el próximo libro.
La noche siempre ha sido cálida, rodeada de un ambiente agradable y superfluo, había sido mi amiga desde la infancia, hasta que se convirtió en algo más, ahora es mi lugar feliz, mi confidente, y testigo de innumerables ocasiones donde yo me desarrollé, en especial ahora, estaba lleno de problemas, tanto económicos como personales, en un país de mierda, en una ciudad injusta para los pobres, con el peor de los trabajos, pobre y sin un alma que tan solo me quisiera, la verdad es que ni yo lo hacia, así que, no estaba en condiciones de exigir, por lo cual tenía las condiciones perfectas para ser escritor.