Aunque la presencia de Zhang Ermu no se note por su personalidad apagada, es una persona generosa y diligente. Estaba dispuesto a ayudar a aldeanos si necesitaban llegar o salir de la ciudad. Su deseo es simple, espera que un día, si necesita ayuda, otros le ayuden tal como él ayuda a los demás.
Así que, cuando Li Chenze fue a él para pedir prestado un carro de bueyes, estuvo de acuerdo de inmediato. En cuanto al pago, ni siquiera lo pensó. Si la gente le daba algo para agradecerle, lo aceptaría. Si no, entonces un simple gracias sería suficiente.
Después de que cargaron sus cosas, Li Chenmo puso una gran cesta de bambú en el carro y dijo:
—Hermano Zhang, mi segundo hermano se va por mucho tiempo, y no hay nadie que cuide el jardín. Estas verduras son para ti y tu familia.
Mirando la canasta llena de verduras, Zhang Ermu asintió y dijo:
—Gracias, hermano Li.