«Parece que este niño todavía no ha abandonado la idea de vengarse. En tal caso, lo ayudaré», pensó Li Lingyun.
—Chen Jiande, ¿qué haces aquí? —dijo al aparcar su bicicleta al lado de Gou Dan.
Gou Dan se sobresaltó por su pregunta repentina, lo fulminó con la mirada y dijo:
—¡Lárgate! ¡Lo que hice no es asunto tuyo!
Ante su actitud agresiva, Li Lingyun sonrió y dijo:
—Si no estás dispuesto y quieres venganza, no deberías venir aquí. Porque la persona que causó tu situación actual no son tus tíos y su familia, sino tu padre.
Al oír esto, Gou Dan frunció el ceño y preguntó:
—¿Qué quieres decir?
Li Lingyun no respondió a su pregunta, sino que le devolvió la pregunta:
—¿Sabes por qué tu padre insistió en divorciarse de tu madre y renunciar a la custodia tuya y de tu hermano?
Sin hacer caso de la confusión de Gou Dan, continuó:
