—Sabiendo que la noticia de su visita a casa de Li Chenmo se había esparcido por el pueblo —dijo Padre Su—, no intenté ocultar el asunto y dijo:
—No sé su nombre. Fui allí para hacerme amigo de él, porque estoy interesado en su casa y su habilidad en la agricultura.
—¿Es así? Suegro, ¿realmente no sabe que él es Li Chenmo? —Da Gao lo miró con duda y preguntó.
—Si supiera que era Li Chenmo, nunca iría a su casa, y mucho menos haría amistad con él —Padre Su asintió y dijo.
Da Gao lo observó por un rato, pero no vio más emociones que la ira y el arrepentimiento. Dado que su suegro no sabía que la casa era de Li Chenmo, no lo culparía más. Después de todo, él no vive en este pueblo, así que es normal que no sepa cómo luce Li Chenmo.
—Suegro, debe estar cansado. Mi suegra está cocinando. Descanse un rato y almorzaremos juntos —Da Gao dijo.