Esta fue la primera vez que ella lo vio llorar. Sus ojos estaban abiertos de incredulidad, estaba tan celosa que sentía que se volvería loca. Extendió la mano para sacudir su brazo, pero su mano atravesó el cuerpo de Li Chenmo. Tras varios intentos, finalmente se dio cuenta de que era como un alma incapaz de tocar nada, una forastera en este mundo.
Lo miró con odio y gritó—¡Li Chenmo, por qué no puedes olvidarla incluso después de que muere?! ¡Ella ya está muerta! ¡Solo cásate conmigo, soy tu esposa! ¿Por qué ni siquiera me dedicas una mirada?!
Cuando gritó, sintió como si le hubieran arrancado el corazón, con un dolor insoportable y un vacío en su corazón.
Preguntó con su voz llena de renuencia y amargura mientras se agarraba el pecho—¡Li Chenmo, mírame! Soy la que más te ama, ¿por qué no puedes amarme un poquito?! ¿Por qué tiene que ser ella?!