```
A diferencia de la atmósfera incómoda en el almuerzo, ahora el ambiente era relajado. Ya que los invitados que vinieron eran todas personas cercanas a Li Chenmo y Lu Jueyu, Dong Li y Dong Huang se sentían mucho más relajados. Incluso llamaban a los ancianos abuelo, abuela, tío y tía afectuosamente.
En cuanto a la familia Lu, trataban a los hermanos Dong como a sus propios nietos. La familia Lu es el ejemplo perfecto del proverbio 'Amar la casa, amar al cuervo.' Desde el momento en que su hija adoptó a estos dos niños, se conviertieron en parte de la familia Lu.
En este momento, Madre Lu y Padre Lu sacaban los sobres rojos que habían preparado y decían:
—Xiao Li, Xiao Huang, esto es un regalo que vuestros abuelos han preparado para vosotros, tomadlo.
Ambos echaron un vistazo a Li Chenmo, pidiendo su permiso. Al ver que asentía, finalmente se atrevieron a aceptar el sobre rojo y dijeron:
—Gracias, abuela y abuelo.