—Lu Jueyu, te envidio por tener un alma brillante y hermosa —dijo la chica después de mirarse durante mucho tiempo.
Al escuchar sus palabras, Lu Jueyu supo que ella era el alma original. La miró y dijo:
—Todos nacen con un alma hermosa, incluyéndote a ti.
—Gracias por tus amables palabras, pero sé lo que soy. Fui creada por Dios con una personalidad sombría y tímida. Mi vida está destinada a ser corta. Incluso las personas en las que más confío y amo me traicionarán por otros en el futuro —dijo la chica sonriendo.
Añadió con una sonrisa:
—Lu Jueyu, gracias por tu amor y cuidado para con mi familia. Para devolverte tu amabilidad, te daré algo importante en este mundo.
—¿Qué es? —no pudo evitar preguntar Lu Jueyu.
—Lo sabrás cuando llegue el momento. Adiós, Jueyu —dijo la chica mirándola con una sonrisa.