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—Después del invierno, araré el patio para que puedas plantar lo que quieras —agregó.
—Gracias, marido —dijo Lu Jueyu con una sonrisa.
Li Chenze sentía que sus dientes se caían de tanta dulzura y tosió para recordarles que estaba allí. Li Chenmo y Lu Jueyu no pensaron que hubiera nada malo en su interacción entonces, al escuchar la tos de Li Chenze, Lu Jueyu dijo con un toque de preocupación:
—Hermano, he preparado un poco de pasta de níspero. Puedes llevar un poco contigo, es buena para los dolores de garganta.
Al escuchar sus palabras, Li Chenze se quedó un poco sin palabras, limitándose a decir:
—Está bien, gracias, tercera cuñada.
—No es nada. Beber un poco de níspero puede prevenir los resfriados.
Una vez en casa, Lu Jueyu cogió la cesta de bambú y dijo:
—Marido, hermano, voy a hacer un poco de sopa de jengibre para combatir el frío.
—¿Quieres que te ayude? —preguntó Li Chenmo.
