—Camarada, por favor cuide sus palabras. La relación entre el Camarada Mu y yo es puramente de camaradería. Somos inocentes y no tengo intenciones hacia él —dijo la enfermera.
—En ese caso, ¿por qué hizo esos comentarios groseros sobre mí? ¿Cree que como esposa de Mu Zigu, no tengo derecho a preocuparme por él? ¿Quién es usted para decidir eso? —interrogó Xiao Yiqing.
—Si los demás no lo saben, podrían pensar que yo soy la tercera en discordia y usted la esposa legal de mi marido —añadió.
—¡Eso es hablar sin sentido! —exclamó la enfermera.
—Entonces, ¿qué quiere decir con sus palabras? Mi marido ha estado hospitalizado durante tantos días e incluso le hicieron una cirugía. ¿Por qué nadie en el hospital me avisó? ¿Puede realizar una cirugía a mi marido sin mi consentimiento como su esposa legítima? —preguntó Xiao Yiqing.
—Cuñada, ¿qué ocurre? —preguntó Kang He al volver.
