—Al ver que la cara de la Madre Lu no estaba muy bien —Lu Jueyu agregó—, acabo de terminar de preparar el desayuno y voy a avisarte antes de irme.
La Madre Lu se sintió mucho mejor después de escuchar sus palabras y dijo:
—Es tu primera vez yendo a la sede del condado, así que ten cuidado en el camino. ¿Llevas suficiente dinero?
—Sí, tengo suficiente dinero. No te preocupes por mí, Madre.
—Está bien, ve temprano y vuelve temprano —dijo la Madre Lu con preocupación.
—Entonces me voy. Volveré antes del anochecer.
—Ten cuidado en el camino. —La Madre Lu no pudo evitar recordárselo de nuevo.
Lu Jueyu se fue con prisa, planeó dejar que Li Chenmo terminara su desayuno antes de irse. Comer en el camino puede ser incómodo. Cuando llegó a la casa de Li, el Padre Li ya se había despertado y estaba despejando la nieve en el patio delantero. Al verla llegar, sonrió y dijo:
—Xiaoyu, ya estás aquí.
—Buenos días, Tío Li. Traje el desayuno —dijo mientras entraba a la casa.