—Abuela, gracias. Me siento bendecida de ser parte de esta familia —habló una mujer joven.
El grupo sonrió al escuchar esto. La anciana era conocida como la mejor suegra en el complejo.
Ella nunca maltrató a su nuera y a menudo ayudaba con las tareas del hogar. Por eso, las personas con hijas o sobrinas esperaban presentárselas a los hijos o nietos de la anciana.
—Si tu marido alguna vez te molesta, ven y cuéntale a tu abuela. Yo le daré una lección —dijo la anciana, palmeando la mano de su nieta política.
La atmosfera se volvió armoniosa por las palabras de la anciana. Poco después, la conversación se desvió hacia los regalos de compromiso del yerno de la Familia Pan, y pronó la mujer de mediana edad fue olvidada.
Mientras tanto, Li Lingyun envió a Padre Li y a Dong Li de vuelta a su casa alquilada, mientras Lu Jueyu y Li Chenmo se dirigían a la oficina de correos.