Después de bajarse del tren, fueron al mostrador de la estación de tren para informar sus identidades y razones para visitar la capital. Debido a la multitud, les tomó más de una hora terminar el registro. Para cuando salieron de la estación de tren, ya eran casi las cuatro de la tarde.
Tan pronto como salieron de la estación, Pan Meijia escuchó una voz familiar que la llamaba —¡Jiajia!
Al girar la cabeza, vio a Xiao Yiguan y Pan Chimu saludándola con la mano mientras corrían hacia ella. Una sonrisa apareció en su rostro mientras correspondía el saludo y gritaba —¡Segundo hermano, Hermano Yiguan!
En el momento en que Li Lingyun escuchó esto, su rostro se oscureció y miró a Xiao Yiguan sin pestañear.
Poco después, tanto Pan Chimu como Xiao Yiguan llegaron hasta ellos.
—Segundo hermano, ¿cómo es que estás aquí? ¿Estás de permiso? —preguntó Pan Meijia.
Pan Chimu asintió y dijo —Tomé un permiso de medio mes por ti.