Dahlia no podía creer que Zoran estuviera realmente ahí en cuanto posó sus ojos en él. Ya no estaba lejos de ella. Oh, solo quería correr hacia él y abrazarlo por lo mucho que le había extrañado. Había pasado mucho tiempo desde que viera a Zoran por última vez en su alcoba, y durante muchas noches, esperó que él la visitara de nuevo solo para que nunca lo hiciera.
Estaba tan terriblemente preocupada por él que había noches en las que lloraba en silencio pensando que algo malo ya le había ocurrido. Pero ahora, él estaba aquí, y durante toda la ejecución, sus ojos nunca abandonaron su rostro, temerosa de que si alguna vez apartaba su mirada de él, él desaparecería de nuevo.
Dahlia ni siquiera se dió cuenta del grito de Nimue mientras era devorado vivo dentro de la Jaula de la Muerte. Solo sintió que se rompía su trance cuando Zoran respondió a la pregunta de Nikolai sobre por qué había regresado.