"De vuelta en las calles de la capital, Laura y Fritz trabajaban arduamente para rastrear al brujo Nimue. Lo último que supieron fue que él estaba en alguna parte de las regiones más pobres de la ciudad, y solo podían esperar obtener una pista aún mejor más temprano que tarde.
—¿Cómo este tipo logró hacerlo? —Laura no pudo evitar preguntarle a Fritz mientras suspiraba. Actualmente, ambos estaban vigilando un edificio sospechoso en el que sospechaban que se ocultaba el brujo. —¿Le dio algo a esta mujer, Rosela, que de alguna manera le permitió controlar al Rey?
—Basándonos en unas pocas evidencias que hemos recopilado y lo que sabemos hasta ahora, eso es exactamente lo que sucedió —respondió Fritz, que continuaba ocupado buscando cualquier discrepancia en el edificio frente a ellos—. Fue una poción la que hizo el truco. Aparentemente, Rosela adulteró la bebida matutina de Su Majestad aquel día, permitiéndole llevar a cabo sus planes.