—Lucian, por favor, mantén tu distancia —murmuró ella, luchando por moverse bajo la pesada manta que la envolvía como un saco.
Él permaneció impasible y en cambio preguntó:
—Primero, respóndeme.
—Lucian…
—¿Por qué te resulta tan difícil responder a una simple pregunta?
Justo entonces, escucharon voces desde afuera. Los demás habían vuelto.
—...Parece que se están escondiendo adentro por el frío —dijo Arthur.
—Necesito ver cómo está Erin —añadió Rafal.
—Lucian está con Erin, Rina. No te preocupes —la voz de Nathaniel los tranquilizó.
Erin rápidamente retiró su mano de debajo de la manta y empujó a Lucian en un pánico, logrando moverse un poco más lejos de él.
Lucian la miró sin palabras durante un momento antes de levantarse.
Los demás entraron a la sala de dibujo para encontrar a Lucian acomodando trozos de madera en la chimenea, mientras Erin se sentaba cerca de ella, dándoles la espalda.