Mientras tanto, Oriana paseaba por el jardín junto a la Reina Julien, quien aprovechó la oportunidad para discutir las responsabilidades que Oriana asumiría a partir de ese día.
—Hoy, he invitado a las damas de las familias nobles. Te unirás a mí —anunció Julien.
—Sí, madre.
—Estas mujeres no deben ser subestimadas. Invisibles para los demás, podrían convertirse en problemáticas o en nuestras aliadas más fuertes. Está en nuestro poder dar forma al resultado que prevalecerá. Recuerda, la política no es exclusivamente el dominio de los hombres; nosotras también debemos desempeñar nuestro papel. Al influir en estas mujeres, podemos manejar varias situaciones indirectamente a través de sus esposos, quienes serán tratados por nuestros hombres. Debemos ser astutas en nuestro enfoque... —Julien continuó explicando, concluyendo con:
— Te he observado interactuar, Oriana, y puedo decir que eres hábil en el trato con la gente, así que no tengo por qué preocuparme por ti.
