Drayce caminó hacia el sofá en la zona de descanso y se acomodó cómodamente. —Vine a ver cómo estás después de finalmente poder consumar tu matrimonio —su voz teñida de burla.
—Dice el que tardó una eternidad en llegar ahí —replicó Arlan, sentándose en su silla detrás de su escritorio.
—Mi mujer era menor de edad —contrarrestó Drayce con facilidad—. Pero una vez que la tuve, no la dejé salir de nuestra cámara durante toda la semana. Si no fuera porque ella me rogaba que la dejara ir y retomar mi trabajo, habría continuado incluso más tiempo. Obviamente, a diferencia de ti, cuya esposa te dejó solo la siguiente mañana.
—Deja de presumir ya —Arlan frunció el ceño—. Tu esposa no tenía las responsabilidades de su familia materna siguiéndola. Qué bueno que estaban desesperados por enviarla lejos en su lugar. No todos tienen ese privilegio cuando una esposa se centra únicamente en su esposo.