En lo alto de una distante cima de montaña, tres sobrenaturales estaban sentados sobre los rústicos peñascos, saboreando un fino vino.
—Evanthe, dando un sorbo y observando el pequeño y redondo contenedor de vino de madera en su mano, comentó —Yorian, este vino tiene el mismo sabor que recuerdo. Desde que dejé Agartha, se me había olvidado.
—Esta es la especialidad de mi clan. Ningún otro vino puede saber como este —habló Yorian mientras tomaba un sorbo del similar contenedor en su propia mano.
—Sierra intervino —Esta es mi primera vez probándolo.
—Entonces saboréalo —Evanthe soltó una risita—. ¿Quién puede decir si el Señor Yorian será lo suficientemente generoso para compartir su preciado vino con nosotros otra vez?
—Yorian asintió en acuerdo, reconociendo la posibilidad —De hecho, podría no haber una próxima vez.
—Evanthe, con una sonrisa pícara, comentó —Sabemos que solo solías compartirlo con ella. ¿Qué provocó esta repentina generosidad hacia nosotros hoy?