El corazón de Oriana se detuvo al observar a Arlan, quien se sentaba ante ella, su forma inmóvil. Las palabras de él pesaban intensamente en su mente mientras hablaba con un tono intencionadamente arrastrado —Escuché que ese hombre está trabajando en la renovación de la mansión recién preparada de la Princesa Heredera. Me preguntaba si él es consciente del tipo de peligro en el que se ha puesto por el bien de una mujer que lo ha estado engañando, pretendiendo ser un hombre.
Cuanto más escuchaba, más sentía Oriana que su cuerpo se convertía en hielo, un impacto que parecía paralizarla. Luke—alguien a quien ella quería profundamente. No era solo Luke; era su familia también. Siempre habían extendido su amabilidad hacia ella y su abuelo.