"A la mañana siguiente, Oriana estaba lista en su uniforme de sirvienta. Antes de salir de la mansión de invitados de Megaris, debía encontrarse con la Reina e informarle.
Eva le informó que Seren la había invitado al comedor. Sin pensarlo demasiado, Oriana fue allí, solo para ver que Seren ya la esperaba.
—Buenos días, Su Majestad.
—Siéntate, Oriana. Desayunemos juntas —le ofreció una sonrisa Seren.
Oriana estaba sorprendida. ¿Desayunar con una Reina? ¿Cómo puede una sirvienta sentarse en la misma mesa que la Reina? —Su Majestad, yo…
—No dudes. Por favor, toma asiento —insistió Seren.
Oriana sentía que estaba siendo cargada con los gestos amables de esta reina, pero no podía desobedecerla. Le gustaba Seren, pero al mismo tiempo no podía olvidar la enorme diferencia entre sus estatus.