—Oriana, ve y prueba cualquiera de esos vestidos. Xena te ayudará —comentó la Reina. Oriana se levantó a regañadientes ya que era una orden de la Reina. —Señorita Oriana, ¿tiene algún color o estilo que prefiera? —Xena preguntó y al ver su reacción, ella explicó:
— Usted y su Majestad tienen casi la misma complexión, pero usted es un poco más alta. Esta es también una buena oportunidad para ver si su elección le queda bien. Todavía tenemos tiempo para enviarlo al sastre por si necesitamos hacer ajustes de última hora en su vestido. Oriana solo pudo aceptar indefensa. La Reina le estaba prestando su ropa. Sería molesto para Seren si ella se negaba en este punto. —Por favor, por aquí —dijo Xena mientras señalaba hacia la cámara lateral—. Era la habitación del guardarropa. Después de elegir cuidadosamente, con la ayuda de Xena, decidieron dos vestidos. Uno era de color oliva y el otro de color azul claro. Al entrar en la habitación del guardarropa, Xena dijo: